Mario J. Viera
Menos
de dos meses para las elecciones municipales que la espuria y fraudulenta
Asamblea Nacional Constituyente (ANC), órgano ficticio que oculta el golpe de
estado propinado por el régimen militarista de Nicolás Maduro, ha convocado. Y
se sienten eufóricos. El ensayo de las elecciones regionales, donde pusieron a
pruebas todas sus artes oscuras para ganar por fraude la mayoría de las gubernaturas,
les salió bien y ya tienen engrasada su maquinaria. Quizá hasta piensan, es muy
probable, que lograron sembrar la desconfianza en los resultados electorales y
en el ejercicio del voto dentro de la población y que este sentimiento frustrante
les permita ganar mayoría municipal por la vía del abstencionismo.
Y
dice la impresentable presidenta de la impresentable Asamblea Nacional
Inconstituyente Delcy Rodríguez: "Con
la elección municipal el pueblo de Venezuela va nuevamente a decirle al mundo,
'queremos paz, tranquilidad’" frente a los hechos violentos promovidos
por la oposición política. Se siente confiada, ya ve el triunfo adornando su
mesa de trabajo, ya se ve orgullosa hablando del gran triunfo de “la democracia”
del Socialismo Siglo XXI y mucho más por el acatamiento a los dictados de la
espuria que le regalaron los candidatos de Acción Democrática que juraron ante
ella, radiante cual nueva diosa Diana en su trono de Éfeso en la Casa Amarilla,
Ramón Guevara de Mérida; Laidy Gómez de Táchira; Alfredo Díaz de Nueva Esparta
y Antonio Barreto de Anzoátegui. Y como estos que incumplieron con su
compromiso de no jurar ante el monumento al fraude, legitimaron con su acción a
la ANC, entonces ¡Nada! Se anulan los resultados electorales de Zulia y la
elección de Juan Pablo Guanipa por no haberle rendido pleitesía y
reconocimiento a la dictadura. Y decide la fraudulenta Asamblea y lo comunica su
fraudulenta presidenta que habrá que repetir las elecciones en el estado de
Zulia.
La
actitud de plegamiento de esos candidatos de Acción Democrática hizo que
Henrique Capriles dijera una airada resolución: “Hablo por mí, no por mi partido. Mientras esté en la Unidad el señor
Ramos Allup (dirigente de Acción Democrática), yo no voy a seguir en esa mesa. Lo de ayer no tiene justificación"
Con
este antecedente, la ANC tiene en sus manos una carta de triunfo al imponer la
obligación de que todos los alcaldes electos deberán jurar ante ella, es decir
como lo dijera Freddy Guevara coordinador nacional del partido Voluntad Popular,
la obligación de “arrodillarse ante la asamblea nacional constituyente”; si la oposición
gana de todos modos perderá. Si los alcaldes electos aceptan la imposición de
la ANC, estarán reconociendo la legitimidad de esta y si no lo hacen los
electos no serán reconocidos y no podrán ocupar el cargo. Así Guevara ha
planteado que Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López, no participará en
esas elecciones. Por su parte la Mesa de Unidad Democrática ha negado que se
haya pronunciado sobre la realización de las elecciones municipales, aunque la
diputada opositora Dennis Fernández dijo, aludiendo a que todavía no se había
tomado una decisión al respecto, según el diario El Nacional: "Nos estamos preparando para tomar una
decisión, bien sea de participar o no, y en su momento emitiremos un
pronunciamiento, y acudiremos a organismos internacionales con competencia en
derechos humanos, viendo la radicalización de un proceso político, además en
contra de la decisión del pueblo, de la democracia y libertades".
Es
evidente el propósito que alienta la dictadura venezolana y sus organizaciones
satélites. En primer lugar, despojar a la oposición de su arma más efectiva, el
voto y ahondar la división dentro del movimiento opositor. Si la oposición se
decide por participar en las elecciones de diciembre estará actuando como
compañero de viaje de la dictadura y de hecho reconociéndole a la ANC la
capacidad de convocatoria. Si se decide por el abstencionismo estará renunciado
a la lucha electoral y ahondando la frustración popular hacia la solución por
esa vía y, de paso, permitirle al oficialismo apoderarse tranquilamente de
todos los poderes municipales. Por otra parte, la oposición debe plantear un
reto a la Asamblea Nacional Constitucional ante la anulación del triunfo
alcanzado en Zulia. Si se cruza de brazos sin hacer el mínimo acto de rechazo
al intento de repetir las elecciones en Zulia estará claudicando
vergonzosamente ante la por todos considerada fraudulenta ANC.
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