I
Mario J. Viera
…y también adoraron a la Bestia, diciendo:
“¿Quién se le puede igualar y quién puede luchar contra ella?”
Grande fue el Partido Republicano
cuando Abraham Lincoln asumiera la presidencia de los Estados Unidos. El
marcaría la historia en un antes y un después. Conservó la Unión y proclamó la
libertad de los esclavos. Pocos de los presidentes republicanos que le
sucedieron alcanzaron su grandeza ─ honrosas y escasas excepciones entre las
que no figuran ni Ronald Reagan ni George W. Bush ─, muchos fueron la negación
de la política de Lincoln. Sin embargo, el Partido Republicano representaba una
derecha decorosa de centro, independientemente de alguna gris figura que de vez
en vez aparecía en el escenario político para dañar el buen nombre del partido,
como fue el caso del senador republicano por el estado de Wisconsin, Joseph
McCarthy quien dio nombre a una época y colocó a los Estados Unidos al borde
del totalitarismo y el fascismo.
A partir de las dos administraciones
de Ronald Reagan, el Partido Republicano inició su decadencia, pasando desde
las democráticas posiciones de Abraham Lincoln y de un conservadurismo de
centro hasta convertirse en una agrupación que se identifica con las posiciones
más retrógradas del conservadurismo. Las trompetas del apocalipsis comienzan a
sonar como advertencia del rumbo erróneo que esta agrupación política está
desandado.
Para los republicanos de ahora, Reagan
es el gran estadista y el vencedor sobre el comunismo internacional cuando en
realidad resultó ser un estadista mediocre que necesitaba de los consejos de la
Premier británica Margaret Thatcher, tan mediocre como lo había sido como actor
de cine y con solo una labor destacada en esa época, la de prestarse para
acusar a otros cineastas ante el Comité Senatorial que presidía McCarthy en el
sonado caso de los Diez de Hollywood. Reagan fue el antecedente del Tea Party.
Bajo su acendrado anticomunismo se escondía el fanatismo ultraconservador. En
1964 apoyó la candidatura a la presidencia de Barry Goldwater, un hombre que
tenía en su haber un extenso expediente de oposición a todas las iniciativas de
justicia social. Se oponía al libre funcionamiento del sindicalismo; como
senador, Goldwater, en 1954 votó en contra de
la destitución de Joseph McCarthy y en 1964 en contra de la Ley de Derechos
Civiles.
Tras dos intentos fallidos para la
nominación como candidato a la presidencia por el Partido Republicano,
finalmente Reagan logra la nominación en 1980. Aprovechando los errores de
Jimmy Carter en la conducción de la administración federal, en su incapacidad
para afrontar la crisis de los rehenes en Irán y solucionar la creciente
inflación y el desempleo, así como la debilidad que se evidenciaba durante su
administración en la defensa nacional, Reagan logró fácilmente la victoria
electoral frente a su contrincante Carter.
Según Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Ronald_Reagan
), Reagan sería elegido con una promesa de “reducir
impuestos, aumentar el presupuesto de defensa y equilibrar y reducir el gasto
fiscal”, implementó políticas similares que, en su conjunto, llegaron a ser
conocidas como neoliberalismo. Durante su presidencia comenzó el aumento
desmesurado de la deuda tanto la pública como la privada. Contrario a lo esperado
por sus partidarios, el déficit fiscal de Estados Unidos creció de 900 mil
millones de dólares a algo más de 3 billones, la tasa de inversiones
industriales declinó precipitadamente ─
siendo reemplazada por grandes inversiones en instrumentos financieros en lo
que ha sido llamado una orgía especulativa ─
el desempleo llegó al 10% de la fuerza de trabajo y la seguridad de trabajo y
los ingresos reales del resto decayeron. [Francis Wheen: How Mumbo-jumbo
Conquered the World.- Harper Perennial, London, 2004, Cap 1 (The Voodoo
Revolution)]
Opuesto al Estado de Bienestar, Reagan
se abrazó a la teoría económica de la Escuela de Chicago, doctrina económica
que pasó a ser una ideología al igual que la doctrina económica marxista lo
había sido. Las reformas económicas de Reagan que contemplaba la desregulación
de los sistemas financieros y las rebajas de impuestos a las grandes
corporaciones fueron conocidas como reaganomics
o lo que es lo mismo, la implantación del capitalismo salvaje basado en la
libérrima actuación de la fuerzas del mercado; no obstante para Conrad P.
Waligorski en “Liberal economics and
democracy, Keynes, Galbraith, Thurow, and Reich” afirma que “un mercado totalmente libre es
definitivamente no el mejor mercado para una democracia, un mercado sin
regulaciones no garantiza ni justicia ni prosperidad..." La
confirmación de esta afirmación quedó demostrada durante la última
administración de George W. Bush y la economía explotó ante las narices de los
neoliberales reaganistas.
Para el neo keynesiano Vicenç Navarro
el neoliberalismo y el fundamentalismo de mercado impuesto desde la llegada al
poder de Ronald Reagan se convirtió en un dogma ─ “creencias y ortodoxias basadas en fe y no en evidencia científica”
─ que desregulando el poder financiero ha sido el origen de las crisis
económicas surgidas a finales del siglo XX y principios del Siglo XXI. Según
este autor, el neoliberalismo aplicado en numerosos países y concretamente en
Estados Unidos y Europa han propiciado la Crisis de las hipotecas subprime, la Crisis bancaria europea y
provocado la Gran recesión de principios del siglo XXI. Además, las tesis
neoliberales esgrimidos no han sido verdaderamente aplicadas y las
consecuencias han sido contrarias a los objetivos (El fracaso del neoliberalismo. 7 de mayo de 20130)
George W. Bush agudizaría los males
del neoliberalismo durante su administración y conduciría al país al caos de la
crisis con la explosión de las llamadas “hipotecas basuras”. El incremento de
la desregulación de los sistemas financieros y los recortes de impuestos al
sector que representa el uno por ciento de la sociedad, unido al desangramiento
humano y material de dos guerras supuestamente dirigidas a derrotar al
terrorismo islamita surtirían un efecto tornado en el sistema económico del
país que generaría un alto índice de desempleo y la formación de un elevado
techo de la deuda nacional. Condiciones todas estas que acompañadas de
propuestas inteligentes permitirían el triunfo electoral del casi desconocido
senador demócrata por el Estado de Illinois, Barack Hussein Obama.
Con pocas oportunidades iniciales
frente a candidatos demócratas como Hillary Clinton y John R. Edwards, Obama
logró imponerse como candidato presidencial, debido, entre otras cosas a que
según Andrés Valdez Zepeda y Delia A. Huerta Franco en “La Estrategia Obama: La construcción de una marca triunfadora en la
política electoral” (Revista Latina de Comunicación Social) “supo hacer (…) una crítica feroz y verosímil hacia el establishment de la política
norteamericana. Supo aprovechar el hartazgo de la gente con el sistema político
del país y logró venderse, desde el inicio de la contienda, como un candidato
ganador, como el candidato del cambio y la esperanza, el único que puede
limpiar la política nacional”.
Estos autores ofrecen un resumen de
las principales propuestas de Obama que lograron una gran movilización a favor
de su elección presidencial:
“Medio
Ambiente: Reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 80%, invertir
150 mil millones de dólares en 10 años en "energía limpia", lograr
que para el 2025 el 25% de la energía que consuma Estados Unidos venga de
fuentes renovables y reengancharse a la convención contra el cambio climático
de las Naciones Unidas.
Economía: Reducir impuestos a la clase media,
revisar los tratados de libre comercio con México y Canadá, fomentar nuevos
tratados de libre comercio con otros países, garantizar la libertad sindical,
simplificar los trámites para pagar impuestos.
Salud: Nuevo Plan Nacional de Salud que
incluya a todos los norteamericanos (incluyendo a los que trabajen en el
equivalente a las PYMES), seguro de salud para todos los niños, creación de
incentivos a quienes desarrollen un mejor servicio de salud, luchar contra el
SIDA a nivel mundial y mejorar el programa de la salud mental.
Educación: Reforzar la educación de los niños
entre los cero y los cinco años, invertir en estrategias para evitar la
deserción escolar, mejorar las condiciones de trabajo de los profesores (becas,
capacitaciones e incentivos económicos).
Política exterior: Empezar un inmediato y progresivo
retiro de las tropas norteamericanas en Irak, servir de nexo diplomático entre
Israel y Palestina para la existencia de los dos Estados, doblar la ayuda
internacional para cumplir las metas del milenio, abrir más embajadas y
consulados en África para canalizar más ayuda.
Otros Temas. Considerar como un delito federal
los crímenes de odio por orientación sexual, apoyar la unión civil entre
personas del mismo sexo con los mismos derechos que un matrimonio (adopción incluida)
y oponerse a la propuesta republicana de prohibir constitucionalmente los
matrimonios homosexuales”.
Se podía entrever dentro de su
plataforma elementos inspirados en el New
Deal de Roosevelt, posiciones contrarias al neoliberalismo, tendencia a la doctrina económica de John
Maynard Keynes y a favor del Estado de Bienestar, temas estos repugnantes para
el conservadurismo republicano-reaganiano.
El rechazo del ultra conservadurismo
hacia Obama comenzó a manifestarse crudamente desde el primer día de su
mandato, aunque ya desde la etapa de su campaña electoral se advertía un
incremento de la resistencia ultra conservadora. En las elecciones del 4 de noviembre
de 2008, Barack Obama vencería a su contrincante republicano John McCain, un
hombre que, en otras circunstancias hubiera merecido la presidencia. El error
de McCain fue su posición titubeante ante los ultraconservadores del Partido
Republicano, la bancada que llegaría a ser la flor y nata del Tea Party, y la
selección como compañera de fórmula de la inepta Sarah Palin luego devenida en
la diva del Tea Party. Con la elección de Obama para la presidencia, como
opinaran Valdés Zepeda y Huerta Franco, su verdadera batalla apenas comenzaba. “Los republicanos y los sectores más
conservadores de los Estados Unidos no tan fácilmente (dejarían) que un negro
ocupe la silla presidencial del país más rico y más fuerte del orbe”.