Joseph Poliszuk: Un análisis de EL UNIVERSAL
Aunque nunca hubo debate, Henrique
Capriles y Hugo Chávez dialogaron. En ningún momento se vieron las caras, pero
la profesora del posgrado de Análisis del Discurso de la Universidad Central de
Venezuela, Cristina D'Avolio, concluye que cada una de las veces que tomaron el
micrófono respondieron a su adversario y, en ese toma y dame, destaca que los
dos candidatos construyeron un diálogo en el que por primera vez en mucho
tiempo el Presidente de la República se vio obligado a responder.
Acostumbrado durante años a fijar la
agenda desde Aló Presidente y otros espacios, a Chávez también se le vio
reactivo en esta oportunidad. "El
candidato burgués dice que 4 millones de venezolanos se acuestan sin comer, eso
era cierto en 1998", le respondió en julio cuando ambos comandos
apenas aceitaban su maquinaria. "Jalabola
eres tú, majunche!", agregó en agosto, y esta semana volvió con otra
de esas: "¡¿Quién va a debatir
contigo, muchacho? Anda a la Misión Robinson, eres un analfabeta
político!".
Tras estudiar varios de los discursos
de ambos candidatos, D'Avolio concluye que esta fue una campaña en la que sin
mencionar el nombre del otro, tanto Chávez como Capriles dedicaron buena parte
de sus palabras a echarle tierra al proyecto del otro y a destacar el suyo. Eso
sí, cada uno a su estilo.
El Presidente se ofreció al principio
como "el candidato de la Patria". Al principio mostró una
representación heroica de él y de sus seguidores con frases como "Los
hijos de Bolívar", pero más recientemente ─ cuando se vio a obligado a responder
por su obra de Gobierno ─ se vendió como garantía de paz y beneficios sociales.
Capriles, por su parte, se mantuvo al otro lado del cuadrilátero con ofertas de
progreso, unidad y enunciados conciliadores como los que presentó el 10 de
junio en el inicio de su campaña: "Yo no soy enemigo de nadie".
El
viraje del Presidente
Como ya Chávez lo había hecho con
Henrique Salas Romer y Manuel Rosales, para Capriles también tuvo sobrenombres.
En 1998 bautizó a su adversario como "Frijolito", en 2006 dijo que se
enfrentaba al "Filósofo del Zulia" y este año volvió a las andadas ya
no solo contra el "Majunche", sino también contra lo que el 11 de
junio reiteró durante su primer discurso de la campaña como el
"majunchismo".
En esa oportunidad Chávez se refirió
52 veces a "ellos", los de la oposición, principalmente como "el
majunchismo". Pero también como "los imperialistas", "los
que engañan u ocultan", "los burgueses", "los
representantes de las transnacionales" y "los hijos de papá y
mamá".
Bastante más cauto, apenas tres meses
después, el Presidente ha preferido enfilar baterías únicamente contra su
adversario. Eso notó la profesora Cristina D'Avolio tras comparar los discursos
que ambos candidatos pronunciaron recientemente entre el 20 y 24 de este mes
con los primeros de la campaña.
"Chávez continúa con la descalificación pero ya no dirigida a un 'ellos'
como grupo social, sino directamente orientada hacia Capriles",
explica. Y así lo dejó claro el propio Presidente esta semana desde Acarigua,
en el estado Portuguesa: "¿Quién es
el candidato de los banqueros prófugos? ¡El Majunche! ¿Quién es el candidato de
la patria? ¡Chávez!".
Él o yo. Como en otras campañas, el
Presidente polarizó. Nunca dejó de lanzar dardos contra su oponente; lo
novedoso para D'Avolio es que recientemente ha incluido entre su repertorio la
palabra "todos", que desde el principio de esta campaña electoral ha
sido más asociado con Capriles para vender ideas como la de "una Venezuela
para todos por igual".
No es casual para D'Avolio que Chávez
remachara la palabra "todos" 36 veces en Mérida: "Les saludo a todos, a la juventud, a los
estudiantes, a las mujeres, a los hombres, a los trabajadores, las
trabajadoras, campesinos, productores, los sectores medios profesionales,
científicos, investigadores, profesores universitarios, trabajadores
universitarios; a todos, a los niños y niñas de Mérida".
"Todos somos Chávez", agregó, e incluso dos días más tarde
insistió en esa idea desde el estado Portuguesa: "Chávez se hizo pueblo, como dijo Gaitán el gran líder colombiano; ya no
soy yo, soy un pueblo, todos somos Chávez".
La
línea de "El flaco"
Capriles, por su parte, desde el
principio ha evitado la polarización y el enfrentamiento de la sociedad. "Voy a ser el presidente de todos los
venezolanos", destacó el 10 de junio en el primer discurso que dio en
la carrera por Miraflores. "Venezuela
va a amanecer el 8 de octubre unida y ahí va mi mensaje para los que piensan
distinto a mí: yo sí quiero ser su Presidente, yo también quiero ser el
Presidente de los rojos y voy a ser el Presidente de los rojos también".
No quiere decir que "El
flaco" ─ como él mismo se ha vendido ─ haya evadido a Chávez. Basada en
los discursos que ofreció esta semana y la pasada en Barinas, Cúpira, Ciudad
Guayana, La Guaira, Puerto La Cruz y Valencia, D'Avolio destaca que el
candidato de la oposición ha marcado sus diferencias con el Gobierno a través
de dos aspectos fundamentales: por un lado ha insistido en el proyecto de país
que plantea y, en la misma medida, ha censurado la gestión de su adversario, a
quien se refiere como "el candidato del pasado" o "el candidato
del Gobierno".
"Este gobierno dice que construyó 500 escuelas por año, ¿dónde están?
Vamos a ir a buscarlas", dijo el 22 de este mes en Valencia.
Esa crítica ha ido acompañada de lo
que tanto ha vendido como el autobús del progreso. "Ustedes jóvenes, este es un proyecto para la educación, este es un
proyecto para que ustedes se formen y el día de mañana tengan un empleo",
señaló esta semana en Barinas.
"Este
proyecto es para los adultos mayores, los que tengan una pensión que también
tengan su ticket de alimentación, sus fondos para medicinas, este proyecto es
para que el que esté en una misión no tenga que ponerse la franela de un color
y pueda recibir lo que le corresponde sin chantaje, este proyecto es para que
los que trabajan en el campo tengan su título de tierra y recursos para
desarrollar nuestra tierra".
La diferencia sustancial es que Capriles ha
enfrentado a Chávez pero con respeto. "No
apela al insulto, sino a la crítica de la gestión gubernamental", dice
la experta en análisis del discurso. Y así lo ha hecho desde las primeras
palabras que pronunció en la plaza Caracas minutos antes de formalizar su
candidatura ante el Consejo Nacional Electoral.
"El
otro candidato nos plantea una Venezuela dividida, Capriles les plantea una
Venezuela unida", dijo entonces. "El otro candidato plantea una Venezuela de violencia, Capriles les
plantea una Venezuela de paz, una Venezuela de tranquilidad; el otro candidato
les plantea que se pongan la franela de un color, yo les planteo que se pongan
la franela de la Vinotinto, la Venezuela tricolor".