Mario
J. Viera
Y cuando el poderoso filisteo se encaminó
para encontrarse con David, éste rápidamente se colocó en línea de combate
frente al filisteo, metió su mano en el morral y,
sacando una piedra, la colocó en su honda y la arrojó con fuerza al filisteo.
La piedra se incrustó en la frente de Goliat, y éste cayó con la cara al suelo.
(1 Samuel 17: 48 y 49)
Así
narra la Biblia la fábula de aquel jovencito israelí de nombre David que
liquidó a aquel gigante palestino, digo, filisteo, de nombre Hamás, rectifico,
Goliat, implacable enemigo de Israel, quien, con lanza y escudo, retaba a todo
Israel. Con solo una honda y una piedra David mató a Goliat. Hoy la historia se
repite, pero con la diferencia de que el actual David (Benjamin Netanyahu) en
lugar de una honda y una piedra cuenta con un poderoso ejército que lo apoya, y
más lanzas (misiles) que aquellas que les arroja el nuevo Goliat al cual
pretende, con todo derecho, destruir y liquidar para siempre, aunque, hasta
ahora, las piedras del nuevo David solo están haciendo efecto sobre una
población desarmada, y esa piedra que mató a Goliat se ha vuelto contra el
mismo David.
Existen
otras diferencias, hoy el gigante no es Golat, es David, y la fuerza del Golat
bíblico la había recibido de sí mismo. El Goliat de ahora había nacido débil y
fue el mismo David, el de ahora, quien le ayudó a desarrollar tal fuerza que
fue capaz de atacar al muy poderoso David.
Dejaré
ahora toda la retórica literaria que utilicé en los párrafos precedentes, que
pudiera servir de introducción, pero nunca pueda ser precisa en el contexto
actual del diferendo israelí-palestino.
El
pasado 7 de octubre, Hamás, la organización islamista, considerado por Estados
Unidos y la Unión Europea como organización terrorista y controla el gobierno
de facto de la Franja de Gaza. lanzó un poderoso ataque que tomó por sorpresa a
Israel, arrojando miles de misiles, posiblemente suministrados por Irán sobre
territorio israelí y una invasión por tierra de centenares de milicianos que se
saldó con el asesinato de mil doscientos ciudadanos israelíes, hombres,
mujeres, niños y ancianos aplicando contra esa población civil los métodos más
crueles de asesinatos. Un acto tan brutal y tan estúpidamente concebido que
hacía que rodo intento para alcanzar la paz quedara hecho añicos y presentar a
todos los palestinos como contrarios a toda solución de paz entre Israel y los
palestinos y hasta que se esfumara la solución de los dos Estados.
Hoy,
después de tan alevoso y brutal ataque de Hamás y de la furiosa respuesta
militar de Israel, tendremos que hacernos una pregunta: ¿Realmente “la idea de
los dos Estados es una bonita fantasía del pasado”, como así lo ha considerado
para BBC Mundo la investigadora asociada de Chatham House, Elham Fakhro?
Hay
que precisar algunos conceptos: NO TODOS LO ISRAELIES SON JUDIOS. NO TODOS LOS
JUDIOS SON SIONISTAS, NI TODOS SON ULTRAORTODOXOS. MUCHOS ISRAELIES SON
PARTIDARIOS DE LA SOLUCION DE DOS ESTADOS Y, AL IGUAL MUCHOS JUDIOS DE ISRAEL
TAMBIEN SON PARTIDARIOS DE ESA MISMA SOLUCION.
Algo
más que precisar: LA CONDENA AL ISRAEL DE BENJAMIN NETANYAHU NO QUIERE DECIR
ANTISEMITISMO. (el término “semita”, de manera impropia, ha sido identificado como
una “raza” o etnia, y, en especial para referirse exclusivamente a los judíos
de nacionalidad, pues el adjetivo semita es solo un término lingüístico para
identificar a los pueblos que hablan un idioma que tienen un mismo origen o
semejanza, como el hebreo, y el árabe. Los palestinos son también semitas)
¿Acaso
se puede considerar como “antisemita” a la anciana de 87 años, Marione Ingram,
quien durante un acto da apoyo a la congresista estadounidense Rashida Tlaib
censurada en la Cámara de Representantes por sus declaraciones críticas a los
bombardeos indiscriminados sobre la Franja de Gaza, expresó su opinión:
“Soy
judía, mi madre era judía y mi familia judía fue asesinada en 1941. Los judíos
de Hamburgo fueron enviados a Minsk, Bielorrusia. Al llegar allí, los
desnudaron y luego los fusilaron y los arrojaron a una fosa común. Dos miembros
de la Gestapo fueron al apartamento de mi madre y se llevaron a mi abuela la
noche antes de que yo cumpliera seis años. El Gobierno de Netanyahu y las
políticas que Israel ha implementado durante décadas han fomentado la opresión
y miseria del pueblo palestino, así como la apropiación de sus tierras. (…)
Fui hija de la guerra. He experimentado todas estas cosas. También sé con
certeza que lo que está haciendo Israel no detendrá este conflicto. Solo lo
exacerbará”.
Por
otra parte, hay que entender que, en Israel, no todos los judíos tienen el
mismo origen étnico; pues entre ellos están los sefardíes, originarios de la
península ibérica hasta su expulsión por los Reyes Católicos; los asquenazíes,
originarios de los judíos que se asentaron en Europa Central y Oriental; y los mizrajíes,
procedentes del Oriente Próximo, como Siria, Irak, Irán y Arabia.
¿Cuáles
son los propósitos del Trump de Israel, de Netanyahu? Extender Israel sobre
todo el territorio de la que fue la antigua Palestina; es su mesianismo, el
sueño del caudillo “liberador” que expulsará a todos les extranjeros de la
tierra de Israel, el sueño del Mashíaj que acabaría
con todos los opresores extranjeros.
En
este propósito, Netanyahu ha hecho todo lo posible para que la solución
política sea precisamente solo un sueño inalcanzable. Primero, quitó todo
respaldo a la Autoridad Palestina de Fatah, organización laica que, desde los
Acuerdos I y II de Oslo aspiraba a la independencia palestina por medios
pacíficos y totalmente opuesta a Hamás; pero Netanyahu que ni quiere oír hablar
de dos Estados, dirigió una política que fortaleciera a Hamás en contra de la
OLP y de la Autoridad Palestina. Le interesaba que se identificara a todos los
palestinos más como terrorista que como un pueblo pacífico. Así lo dejó en
claro en 2019, según lo reportó el periódico hebreo Haaretz: "Cualquiera
que quiera frustrar el establecimiento de un Estado palestino tiene
que apoyar el refuerzo de Hamás y la transferencia de dinero a Hamás.
Esto es parte de nuestra estrategia". Es tal como apunta el medio
periodístico The Times of Israel Benjamin Netanyahu, durante los diferentes
gobiernos que ha liderado se enfocó en dividir “el poder entre la Franja de
Gaza y Cisjordania, poniendo de rodillas al presidente de la Autoridad
Palestina, Mahmoud Abbas, mientras realizaban movimientos que apuntalaban al
grupo terrorista Hamas”. Su
propósito, según resaltó este medio, “era evitar que Abbas — o cualquier
otra persona en el gobierno de la Autoridad Palestina en Cisjordania — avanzara
hacia el establecimiento de un Estado palestino”.
Entre
los movimientos que Netanyahu hacía a favor de Hamás dirigidos a debilitar a la
Autoridad Palestina estaba su propósito de reducir la ayuda extranjera a la
Autoridad Palestina, en tanto facilitaba la entrada de recursos de Qatar y de
otras fuentes para Hamás.
Todo
esto pasando por encima del Memorándum de Wye River, firmado por el propio
Netanyahu junto con Yasser Arafat en Maryland entre el 15 al 23 de octubre de
1998 y cuyo objeto era reanudar la aplicación del Acuerdo Provisional de Oslo
II de 1995 sobre la Ribera Occidental y la Franja de Gaza.
En
su torpeza política hacia los palestinos, Netanyahu alimentó al Goliat
palestino de Hamás propiciándole el poder de ataque del 7 de octubre. Quien ese
día contaba con la honda no fue David, sino Goliat, arrojando miles de misiles
en lugar de una simple piedra.
Si
Israel, durante su campaña sobre Gaza ha cometido crímenes de guerra, también
Hamás los ha cometido, no solo con su mortífero ataque contra Israel, sino
también contra el mismo pueblo al que dicen representar toda vez que provocaron
la furia israelí, sino también, empleando a los gazatíes como escudo humano. Si
las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacan en Gaza al hospital Al Shifa,
también las milicias de Hamás agreden a las FDI parapetadas en el mismo
hospital; y buscar refugio en el hospital infantil Rantisi poniendo en peligro
a todo el personal sanitario de ambos centros de salud y a los pacientes en
ellos recluidos.
Durante
los sucesivos gobiernos de Netanyahu se han producido innumerables violaciones
de los derechos humanos de los palestinos que pueden considerarse como delitos
de apartheid como lo denunció Amnistía Internacional en un reporte del 2022:
“Actos
crueles e inhumanos como la confiscación masiva de tierras y propiedades, los
homicidios ilegítimos, las lesiones graves, los traslados forzosos, las
restricciones arbitrarias de la libertad de circulación y la denegación de la
nacionalidad, entre otros, hacían a las autoridades israelíes responsables del
crimen de lesa humanidad de apartheid, que es competencia de la
Corte Penal Internacional”.
Bajo
el autocrático gobierno de Netanyahu, con su partido de extrema derecha, el
Likud, sus aliados ultraortodoxos del Shass (Asociación Internacional de los
Sefardíes Observantes de la Torá), el Judaísmo Unificado de la Torá (coalición
integrada por los partidos ortodoxos askenazíes Agudat Israel y Déguel HaTorá);
la alianza del Sionismo Religioso, Fuerza Judía y el partido ultraortodoxo, de extrema
derecha y homófobo, Noam, la democracia en Israel amenaza con degradarse.
Netanyahu
no es el David emancipador de Israel ni mucho menos el Mashíaj esperado que
reestablecerá el mítico reino de David
El
desprecio hacia los palestinos por parte de funcionarios del régimen de
Netanyahu alcanza niveles increíbles, tal como sentenció recientemente el exembajador
de Israel ante la ONU Dan Gillerman sin hacer distinción alguna entre
palestinos y miembros de Hamás: "Estoy muy desconcertado por la
preocupación constante que el mundo muestra por el pueblo palestino y que de
hecho muestra por ESTOS ANIMALES HORRIBLES E INHUMANOS que han cometido las
peores atrocidades que este siglo ha visto",