Mario J. Viera
Todo
parece indicar que es así, que Rafael Correa no atinó al elegir a su relevo en
la presidencia. La figura y la personalidad del actual presidente de Ecuador ha
ido ganando simpatías entre los diferentes sectores político y sociales de la
nación amenazando con opacar toda la que fuera gran popularidad del
expresidente Correa. ¿Y por qué es esto? Quizá el motor impulsor de esa
simpatía sea su propuesta de combatir la corrupción que inoculaba al gobierno correísta.
No admite “lealtades malentendidas” en la lucha contra la corrupción como él
mismo ha asegurado: “¡Lealtad no es
obsecuencia!; ¡lealtad no es la sumisión al capo, ni defensa al amigo
vivaracho!".
Pero
no se quedan atrás los pasos que Moreno emprende para desmantelar todo el
edificio del estatismo construido durante los diez años de gobierno de Correa.
Así, con un alto por ciento de aprobación popular, Moreno se lanza al ruedo
pidiendo propuestas para la convocatoria a una consulta popular La respuesta fue
enfática y se recibieron más de 2000 propuestas que le posibilitarían formular
un cuestionario de siete preguntas dirigidas a la Corte Constitucional, “una
ventana hacia el futuro” según le denominaría Fernando Tinajero del diario El
Comercio. En general el apoyo a las siete preguntas de Lenín Moreno cuentan con
el apoyo mayoritario de las organizaciones sociales de Ecuador, aunque
considerando algunos que el temario debiera haber sido más extensivo.
Tinajero
se lamenta en este sentido diciendo que “es
deplorable que se haya aplazado la atención de algunas demandas imperiosas de
las organizaciones sociales y que se haya olvidado la derogatoria de la ley que
somete la opinión a vigilancias inquisitoriales, una medida indispensable para
el restablecimiento de un régimen que se parezca un poco a una democracia. ¿No
será más difícil lograr esa derogatoria si se la propone luego, sin el respaldo
del voto popular?”
El
tema de la corrupción fue el más generalizado en las propuestas por lo que es
la primera de las siete preguntas que Moreno eleva a la Corte Constitucional. “"Vamos
a consultar sobre la supresión de por vida de los derechos políticos para los
servidores públicos declarados culpables de delitos de corrupción". Se
busca la muerte cívica de los corruptos garantizando "nunca más vuelvan a
ser ni funcionarios, ni candidatos".
Además
de solicitar “el cese inmediato de los actuales miembros del Consejo de
Participación Ciudadana y que los nuevos integrantes sean elegidos a través de
votación universal", Moreno propone “Dejar sin efecto la enmienda que permite
la reelección indefinida", alegando que "la reelección indefinida
nunca hizo parte ni del espíritu, ni de la letra de Montecristi", en su
opinión Moreno explica que "la
alternabilidad amplía los derechos de participación, fortalece la rendición de
cuentas y garantiza la democracia".
Para
Carlos Jaramillo de El Comercio esta pregunta se destaca entre las restantes al
dejar “sin efecto la “enmienda” propuesta por el entonces presidente Rafael
Correa y aprobada el 3 de diciembre del 2015 por la Asamblea, de amplia mayoría
correísta, que permite la reelección indefinida de los funcionarios de elección
popular, lo que se ha demostrado en forma fehaciente es un atropello a la
Constitución y al principio de alternabilidad, pilar de la verdadera
democracia”.
"Consultaremos
sobre la eliminación de la denominada Ley de Plusvalía, que está en
vigencia", así Moreno esboza su cuarta interrogante. La Ley de Plusvalía "ha
golpeado al sector de la construcción que viene decreciendo casi en un 8%
(...). Además, tiene efectos negativos en el empleo y en la economía".
Según lo explicara el secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e
Innovación (Senescyt), Augusto Barrera, ren declaraciones al diario El
Telégrafo, la cuarta pregunta sobre la derogatoria de la ley de plusvalía está
encaminada “a formular una ley adecuada para generar los mecanismos que
permitan combatir la especulación del suelo”. A lo que el comentarista de El
Universo, Pablo Lucio Paredes acotó: “La
ley es muy mala (solo servía para el discurso “duro y novedoso” de Correa),
está muy bien que se elimine. Pasar por la Asamblea era demasiado complicado”.
La
quinta y sexta pregunta de Moreno están muy relacionadas entre sí, la primera
de ellas se funda en la protección de la zona ecológica del Yasuní: "He
decidido incluir una pregunta sobre la ampliación en 50.000 hectáreas de la
Zona Intangible del Yasuní y la reducción de la tercera parte del área de explotación
petrolera en el ITT" ya que siente que su gobierno tiene la "obligación
y el compromiso de defender ese espacio único y megadiverso, que es además el
techo y el cobijo para varios pueblos y nacionalidades indígenas". En tanto que en la sexta interrogante se toca
el tan debatido tema de la minería: "He incluido una pregunta sobre la
restricción de la minería metálica en todas sus etapas en áreas protegidas,
zonas intangibles y centros urbanos". En concreto y sobre este tema Moreno
se está refiriendo a la propiedad como función social, responsable, respetuosa
de las normas sobre el medio ambiente y que no dañe, según lo declara "ni
nuestros ecosistemas frágiles, ni nuestro hábitat". Al respecto ha
agregado el comentarista de El Universo, Pablo Lucio Paredes: “Debe quedar claro para todos de qué se está
hablando. Por ejemplo, ¿afecta a los grandes proyectos mineros que el Gobierno
está impulsando y que ciertamente deben ser impulsados con calidad,
transparencia, reglas ambientales estrictas?”
Evidentemente
Lenín Moreno está marcando la diferencia y ya comienza a recibir ataques de
parte de Rafael Correa quien le ha calificado de mentiroso y traidor: “Diez años me engañó, un cinismo extremo. Ya
comprendí que es un mentiroso compulsivo”. Sin embargo, Lenín Moreno no ha
perdido la flema y comente en un tuit: “El
diálogo continúa. Seguimos empeñados en reconciliar al país. Para el odio no
cuenten conmigo”. Lo que más le preocupa y molesta a Rafael Correa es, como
él lo ha dicho, que se le invalide para otra elección. Por el momento los
correistas no han hecho muchas manifestaciones en contra de la gestión de Lenín
Moreno, pero están a la espera, ya Correa los alentó, en agosto desde su programa
Enlace Digital, a la rebelión: “A
rebelarnos pueblo ecuatoriano no podemos perder lo ganado, no podemos
retroceder, volver al pasado”. La mesa ahora está servida y Moreno parece
ser el cheff que elabore un nuevo plato más grato al paladar, el de la
democracia, al menos por el momento.
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