Félix Cordero
Peraza. EL UNIVERSAL
Lentamente
la honda electoral va envolviendo el tejido social de la nación. Los medios de
comunicación se hacen eco de todo cuando acontece en el campo de la política y
de lo electoral. Saben, que todo hecho o circunstancia que sucedanacional e
internacionalmente, tiene sus efectos en los resultados del 15-O. Aunque la
suerte está echada son días y horas muy sensibles a los cambios y regateos.
Transitamos, como debe ser, por caminos incuestionablemente democráticos.
Teatro de operaciones donde se deben resolver todos los conflictos políticos o
del poder público. Los tira y afloja toman su espacio definitivo entre los
dirigentes y dirigidos. Entre el liderazgo y la masa. Es el pueblo el que
decide quién le gobierna a nivel regional. En democracia si algo no debe ser
modificado son los tiempos establecidos para las elecciones nacionales o
regionales. Cumplido a rajatabla. Lo otro es arbitrario, totalitario y, por ende,
dictatorial.
La antipolítica
Se radicaliza la campaña electoral para el próximo 15-O. Solo faltan siete días. Las expectativas mueven emociones y radicalizan sentimientos. Es el tema preferido de un grueso sector de la población. Opina y analiza, saca cuentas, evalúa. Su voto ya está decidido. Califica o descalifica. Los argumentos van a favor o en contra de un candidato. Un segundo grupo se comporta apático al tema, indiferente, displicente. Es el clásico insensible a los asuntos de interés público. Concentrado en las cuestiones de utilidad personal y familiar. Dedicado al deporte, la educación, la ciencia, la tecnología, y en general ama a Dios como a sí mismo. Le importa poco o nada los problemas de las otras personas. El tercer grupo echa humo por la boca, carga la antipolítica a flor de piel. Enjuicia radical a los partidos. Su principal componente es su animadversión a la política. “Yo no tengo que ver con política” es su proclama principal. Le huye a las conversaciones políticas.
La polarización
La
decepción y la desesperanza que invade a la población tendrán influencia
también en los resultados. Un sector de la sociedad está desilusionado con lo
que está pasando y no querrá ir a votar. Desganada. También encontramos gente
furibunda con lo que le pasa. Llena de odio y rabia por la situación que
atraviesa. Este grupo numeroso lo encontramos mayoritariamente en la clase
media. Pero igual en las clases populares. No obstante los esfuerzos de los
candidatos a gobernador, de uno y otro bando por ganar adeptos, con sus
propuestas de obras públicas y hasta de modelo económico, en el voto decidirá
la polarización. ¡La gente votará por chavista o antichavista! O se es del
gobierno o de la oposición. Muy marcada la fractura política. La influencia de
la división nacional principal será determinante. Poco intervendrá el perfil o
propiedades del candidato. La toma de decisión de votar tendrá que ver en gran
medida con la división política presente en el país. Las ofertas o
proposiciones jugarán un rol muy pequeño. Son las líneas políticas nacionales
(chavismo o antichavismo) que resolverán.
La abstención
Otro fenómeno que afectará los resultados finales será la abstención. Gran aliada del gobierno y enemiga de la oposición. El promedio histórico de abstención en las elecciones a gobernador desde 1989 hasta el 2012 es del 47%. Lo que quiere decir que si se mantiene el promedio, de los más de 18 millones de electores, quedarían aproximadamente la mitad. Si baja la abstención por el grado de descontento generalizado, la mayoría de las gobernaciones quedarían en manos de la oposición. Pero si sube sería aprovechado por el gobierno. Si la abstención sube al 60%, entonces dejarían de votar 10 millones 800 mil. Quedarían 7 millones 200 mil, que se lo repartirían entre el gobierno y la oposición. En ese momento la organización partidista, como siempre en estos casos, decidiría quién gana más gobernaciones. Ganará más gobernaciones quien carretee más gente. Quien mejor se haya organizado. ¡La cosa está compleja! ¡Grandes incógnitas rodean los resultados finales del 15-O! ¿Por quién votarán los apáticos, la antipolítica, los decepcionados y los que tienen odio y rabia? La madre de las incógnitas es la abstención. Ella decide quién gana más gobernaciones. La suerte está echada y en 7 días lo sabremos.
@efecepe2010
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