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viernes, 27 de octubre de 2017

Se están afilando los dientes con las elecciones de diciembre

Mario J. Viera


  
Menos de dos meses para las elecciones municipales que la espuria y fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente (ANC), órgano ficticio que oculta el golpe de estado propinado por el régimen militarista de Nicolás Maduro, ha convocado. Y se sienten eufóricos. El ensayo de las elecciones regionales, donde pusieron a pruebas todas sus artes oscuras para ganar por fraude la mayoría de las gubernaturas, les salió bien y ya tienen engrasada su maquinaria. Quizá hasta piensan, es muy probable, que lograron sembrar la desconfianza en los resultados electorales y en el ejercicio del voto dentro de la población y que este sentimiento frustrante les permita ganar mayoría municipal por la vía del abstencionismo.

Y dice la impresentable presidenta de la impresentable Asamblea Nacional Inconstituyente Delcy Rodríguez: "Con la elección municipal el pueblo de Venezuela va nuevamente a decirle al mundo, 'queremos paz, tranquilidad’" frente a los hechos violentos promovidos por la oposición política. Se siente confiada, ya ve el triunfo adornando su mesa de trabajo, ya se ve orgullosa hablando del gran triunfo de “la democracia” del Socialismo Siglo XXI y mucho más por el acatamiento a los dictados de la espuria que le regalaron los candidatos de Acción Democrática que juraron ante ella, radiante cual nueva diosa Diana en su trono de Éfeso en la Casa Amarilla, Ramón Guevara de Mérida; Laidy Gómez de Táchira; Alfredo Díaz de Nueva Esparta y Antonio Barreto de Anzoátegui. Y como estos que incumplieron con su compromiso de no jurar ante el monumento al fraude, legitimaron con su acción a la ANC, entonces ¡Nada! Se anulan los resultados electorales de Zulia y la elección de Juan Pablo Guanipa por no haberle rendido pleitesía y reconocimiento a la dictadura. Y decide la fraudulenta Asamblea y lo comunica su fraudulenta presidenta que habrá que repetir las elecciones en el estado de Zulia.

La actitud de plegamiento de esos candidatos de Acción Democrática hizo que Henrique Capriles dijera una airada resolución: “Hablo por mí, no por mi partido. Mientras esté en la Unidad el señor Ramos Allup (dirigente de Acción Democrática), yo no voy a seguir en esa mesa. Lo de ayer no tiene justificación"

Con este antecedente, la ANC tiene en sus manos una carta de triunfo al imponer la obligación de que todos los alcaldes electos deberán jurar ante ella, es decir como lo dijera Freddy Guevara coordinador nacional del partido Voluntad Popular, la obligación de “arrodillarse ante la asamblea nacional constituyente”; si la oposición gana de todos modos perderá. Si los alcaldes electos aceptan la imposición de la ANC, estarán reconociendo la legitimidad de esta y si no lo hacen los electos no serán reconocidos y no podrán ocupar el cargo. Así Guevara ha planteado que Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López, no participará en esas elecciones. Por su parte la Mesa de Unidad Democrática ha negado que se haya pronunciado sobre la realización de las elecciones municipales, aunque la diputada opositora Dennis Fernández dijo, aludiendo a que todavía no se había tomado una decisión al respecto, según el diario El Nacional: "Nos estamos preparando para tomar una decisión, bien sea de participar o no, y en su momento emitiremos un pronunciamiento, y acudiremos a organismos internacionales con competencia en derechos humanos, viendo la radicalización de un proceso político, además en contra de la decisión del pueblo, de la democracia y libertades".  


Es evidente el propósito que alienta la dictadura venezolana y sus organizaciones satélites. En primer lugar, despojar a la oposición de su arma más efectiva, el voto y ahondar la división dentro del movimiento opositor. Si la oposición se decide por participar en las elecciones de diciembre estará actuando como compañero de viaje de la dictadura y de hecho reconociéndole a la ANC la capacidad de convocatoria. Si se decide por el abstencionismo estará renunciado a la lucha electoral y ahondando la frustración popular hacia la solución por esa vía y, de paso, permitirle al oficialismo apoderarse tranquilamente de todos los poderes municipales. Por otra parte, la oposición debe plantear un reto a la Asamblea Nacional Constitucional ante la anulación del triunfo alcanzado en Zulia. Si se cruza de brazos sin hacer el mínimo acto de rechazo al intento de repetir las elecciones en Zulia estará claudicando vergonzosamente ante la por todos considerada fraudulenta ANC.

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