Mario J. Viera
Los oportunistas de la peor estofa, en cualquier país del mundo, saben aprovechar los reclamos justos, para manipularlos a su favor y adelantar agendas políticas acordes con sus ambiciones de poder. Los comunistas, los seguidores de la aberración marxista-leninista son consumados oportunistas. No les interesa para nada la defensa de los intereses populares. Su único interés es el establecimiento de la llamada dictadura del proletariado que en suma y realidad es la dictadura sobre el proletariado y sobre todas las capas de la sociedad.
En Chile, los comunistas se han robado los reclamos estudiantiles por una educación universitaria gratuita y de calidad. Han visto el filón político que encierran esas protestas y se lanzan ávidos a la caza del tesoro. Saben utilizar de manera oportunista los descontentos que genera la fracasada política económica de la Escuela de Chicago, dicho de otro modo, neoliberalismo, no porque defiendan el bienestar público, sino para obtener ganancias políticas para sus propósitos de dominio. Llegados al poder desmantelan el neoliberalismo e imponen un ofensivo capitalismo de Estado bajo el control del partido comunista, peor en sus resultados que el mismo neoliberalismo. Los comunistas no luchan contra la pobreza, la socializan, la extienden a todos los sectores de la sociedad. Odian la iniciativa privada porque esa iniciativa es un freno para el establecimiento de su control absoluto de la sociedad.
Refiriéndose a las protestas estudiantiles que se sucedieron en Colombia la periodista María Clara Ospina Hernández en un artículo que publicara en el diario EL NUEVO HERALD advierte a los estudiantes colombianos: “Ojo, muchachos, no dejen que nadie se tome la vocería de sus protestas, ni se aproveche de ellas para su propio beneficio. Paracaidistas políticos, al estilo de Piedad Córdoba, arruinan completamente el sentido de una honesta protesta estudiantil”.
Cambiando solo un nombre por otro más conocido en Chile la advertencia es válida para los estudiantes chilenos. En todo movimiento de protesta sus participantes deben ser escrupulosos y espinosos, como diría José Martí, para defender sus reclamos sin permitir que los “paracaidistas políticos” saquen provecho de la protesta.
Y la escritora alarga otra advertencia: “Así que ¡ojo! Si van a continuar en su lucha, ya sea en las calles o en una mesa de concertación, mantengan sus protestas y propuestas limpias. Que sean manifestaciones pacíficas, con propuestas bien pensadas y justificadas. Mejor pocas propuestas, pero muy concretas. No se conviertan en títeres de ningún partido, agrupación, personaje político o sindicalista”.
La presencia de encapuchados infiltrados en el movimiento estudiantil chileno cometiendo actos vandálicos con daños a la propiedad personal y pública llevan las protestas a una confrontación violenta entre las autoridades y los manifestantes, creando la impresión de que se realiza un fuerte represión en contra del legítimo derecho que poseen los estudiantes chilenos a la protesta y manifestación. Esto es lo que buscan los comunistas dentro de las protestas. “Nos encontramos con un gobierno de derecha que ha apostado al desgaste, una estrategia que ha sido bastante efectiva… a la radicalidad y a la criminalización del movimiento”, así lo expresó la representante de los comunistas chilenos Camila Vallejo; eso es lo que se pretende con los actos vandálicos, presentar al gobierno criminalizando al movimiento estudiantil cuando reacciona en contra de los desafueros, ilegítimos bajo el derecho de manifestación en una democracia.
La persistencia de las protestas y las marchas manipuladas por los comunistas sin propósito de llegar a consenso va generando el cansancio; así un reporte de AP fechado este jueves señala: “Actualmente, el estudiantado no logra convocar las 200,000 personas que, sin mucho problema, congregaban al comienzo de su protesta”. Negándose a sentir la derrota la Vallejo adelanta: “A estas alturas no nos queda más que la resistencia y algunas conquistas parciales… y la trascendencia del movimiento”.
Ya el planteamiento reviste una posición beligerante expresado en el término “resistencia” y pone al descubierto el plan previsto por los comunistas configurado en el concepto de “trascendencia”.
Como señala el reporte de AP “Vallejo cree que uno de los caminos que deben tomar para lograr cambios a largo plazo es la postulación a los comicios del 2012, que elegirán a 345 alcaldes y centenares de concejales”. Se va delineando el filibusterismo político de los comunistas. El Partido pones sus esperanzas en la “trascendencia del movimiento” para alcanzar posiciones más fuerte en el Legislativo chileno. El bello rostro de la cara fea del comunismo, Camila Vallejo es una buena opción electoral y la opción electoral es ahora el camino pavimentado para ajusticiar a la democracia como ha quedado probado en la Venezuela de Chávez, el Ecuador de Correa y la pobre Bolivia de Evo Morales.
Así lo ha dicho Camila: “Existe una falta de representación en el Congreso. Esa es una realidad y ojalá que los jóvenes se empoderen y se den cuenta de que esa es la forma de cambiar el país”; es decir postularse para las elecciones en su, como define María Clara Ospina, “paracaidismo político”.
La advertencia es válida: Ojo, muchachos, no dejen que nadie se tome la vocería de sus protestas, ni se aproveche de ellas para su propio beneficio, como señala María Clara Ospina, no permitan que la democracia se menoscabe convirtiéndose en títeres de los comunistas. Mucho dolor, mucha sangre costó a los chilenos el rescate de la democracia que pisoteara, primero el gobierno procastrista de Salvador Allende y después la violencia represiva de la dictadura de Pinochet.
El estudiantado chileno no debiera permitir que el partido comunista asuma el papel de portavoz de las protestas y, al mismo tiempo, debe ser capaz de enfrentar y expulsar de entre sus líneas a los vándalos que con el rostro cubierto dañan la prístina legalidad de las protestas. Las demandas se consiguen paso a paso, violentar etapas es ir al fracaso.
Camila Vallejo, ahora ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), intenta ahora “darle continuidad al proyecto” para lo cual busca reelegirse en el cargo de presidenta de la FECh. Lo mejor que pudieran hacer los estudiantes agrupados en la FECh sería no votar por la representante de los comunistas de Chile y darle el cargo a un líder estudiantil que no sea marioneta del comunismo y con la suficiente entereza para continuar con los justos reclamos de todo el estudiantado de Chile.
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