Andrés
Oppenheimer
La plataforma republicana aprobada por
la convención del partido esta semana — que esboza lo que podría hacer un
gobierno republicano si el candidato Mitt Romney gana las elecciones — propone
una línea dura hacia Latinoamérica: su sección dedicada a la región empieza
diciendo que “resistiremos a la
influencia extranjera en nuestro hemisferio” y describe a Venezuela como
“un estado narcoterrorista”.
En línea con la postura general de la
sección de política exterior del documento — que afirma en su primer renglón
que “somos el partido de la paz mediante
la fuerza”— los párrafos destinados a Latinoamérica reflejan un giro a la
derecha con respecto a la misma sección de la plataforma republicana en la
campaña presidencial del 2008, que empezaba celebrando los “lazos duraderos entre todos los pueblos de
las Américas”.
Antes de decir lo que pienso de la
nueva plataforma republicana sobre América Latina, veamos en detalle lo que
dice.
“La
actual administración le ha dado la espalda a Latinoamérica, con resultados
predecibles. En vez de apoyar a nuestros aliados democráticos en la región, el
presidente ha priorizado el acercamiento con nuestros enemigos”, dice el
nuevo documento republicano.
“Venezuela
representa una creciente amenaza contra la seguridad de Estados Unidos, una
amenaza que ha empeorado mucho durante el gobierno del actual presidente. En
los últimos tres años, Venezuela se ha convertido en un estado narcoterrorista,
transformándose en una avanzada iraní en el Hemisferio Occidental”, afirma.
“El
régimen actual concede pasaportes o visas venezolanas a miles de terroristas de
Medio Oriente, ofreciendo así un refugio seguro a los entrenadores, operativos,
reclutadores y recaudadores de fondos de Hezbolá”, añade.
El documento dedica varios párrafos a
Cuba, expresando que “rechazamos
cualquier sucesión de poder dinástica de la familia Castro, y afirmamos las
condiciones estipuladas en la ley estadounidense para levantar las sanciones
comerciales, financieras y de viaje: la legalización de los partidos políticos,
y los medios independientes, además de elecciones libres y justas con
supervisión internacional”.
El documento también dice que “la guerra contra las drogas y la guerra
contra el terror se han convertido en un mismo emprendimiento”, y que
“saludamos a nuestros aliados en esa lucha, especialmente a los pueblos de
México y Colombia”. La sección latinoamericana de la plataforma no menciona a
Brasil, el país más grande de la región.
En otras secciones, la plataforma
republicana adopta una postura durísima contra la inmigración ilegal, exigiendo
que se les nieguen fondos federales a las universidades que otorgan aranceles
estudiantiles subsidiados a estudiantes indocumentados, y oponiéndose a
cualquier forma de “amnistía” para las personas que carecen de documentos
inmigratorios.
Los partidarios de Obama niegan que la
administración haya ignorado a Latinoamérica, alegando que el presidente hizo
cinco visitas a la región, tantas como cualquier otro presidente de Estados
Unidos desde Ronald Reagan. Y rechazan la acusación republicana de que
Washington ha disminuido su respaldo militar contra el terrorismo y el
narcotráfico en la región, afirmando que Obama incrementó el nivel de la
cooperación militar con México en mil millones de dólares, y que duplicó la
asistencia de seguridad anual otorgada a los países centroamericanos.
Según los partidarios de Obama, la
sección latinoamericana de la plataforma del Partido Republicano es un retorno
al primer período presidencial de George W. Bush, cuando la Casa Blanca empleó
una retórica dura contra el presidente venezolano, Hugo Chávez, y contra sus
discípulos de la región. Ese abordaje fracasó, dicen, porque Chávez lo usó a su
favor, alegando ser víctima de “la agresión del imperio”.
Con respecto a la afirmación de que
Venezuela es una amenaza contra la seguridad nacional porque supuestamente se
ha convertido en “una avanzada iraní”
y que da refugio a “miles de terroristas
de Medio Oriente”, allegados al equipo de política exterior de Obama dicen
que son afirmaciones carentes de evidencias.
“Irán es la prioridad de
seguridad nacional número uno del presidente Obama”,
me dijo Dan Restrepo, quien hasta hace poco fue el principal asesor de Obama
sobre asuntos latinoamericanos. “Pero si
los republicanos tienen evidencias de que hay ‘miles’ de terroristas del Medio
Oriente en Venezuela, deberían dárselas al presidente y hacerlas públicas”.
Mi opinión: los republicanos tienen
razón al decir que Obama ha descuidado a Latinoamérica. Lo ha hecho (y, de
paso, aclaremos que lo mismo hizo el ex presidente Bush después del 11 de
septiembre del 2001).
Pero también es cierto lo que dicen
los allegados a Obama cuando afirman que los discursos confrontacionales le
hacen el juego a Chávez y sus aliados. Estos últimos insultan constantemente a
Washington con la esperanza de que el presidente de Estados Unidos reaccione
con un discurso agresivo, y les de una excusa para seguir acaparando poderes
absolutos.
Si Romney sigue esa línea, seguramente
— e irónicamente — podría estar haciéndoles un favor.
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