jueves, 27 de septiembre de 2012

Capriles en Yaracuy


Alex Vásquez S. EL NACIONAL

Desde las 8:00 am había gente aguardando a Henrique Capriles Radonski en el aeropuerto de San Felipe, en Yaracuy. No importaron las horas de espera ─ el candidato llegó a las 11:30 am ─ ni el calor.

Llegaron temprano, como dijo una mujer que llevaba un paraguas para protegerse del sol, con el único propósito de conseguir un buen puesto para verlo de cerca. “En la caravana uno no lo va a poder ver bien”, dijo.

La historia se repite en cada aeropuerto. La gente busca un árbol o cualquier cosa que sirva para cubrirse del sol. El calor parece bajar los ánimos, hasta el momento en que el avión del candidato llega y parece inyectar energía a los presentes: empiezan a correr y sacan fuerza sobrehumana para verlo de cerca. "Aquí lo vi ahí mismo; la caravana va a ser una locura”, dijo una niña. Y tenía razón.

Como bien señaló el hombre que animó la caravana desde un camión, lo que se vivió ayer fue una avalancha. Mientras el candidato pasaba, todos corrían alrededor, se caían niños tratando de capturar gorras tricolor, se caían ancianas, se caían motos. Se caían, se levantaban, seguían corriendo.

En el recorrido de más de seis kilómetros por la quinta avenida de San Felipe los objetivos eran claros, uno más ambicioso que el anterior: verlo, conseguir la foto, conseguir la gorra, conseguir el autógrafo en la gorra.

La caravana empezó antes de lo previsto, porque un grupo de taxistas de San Felipe protestaba por la muerte de un compañero a manos del hampa. Se atravesaron ante el autobús que llevaba al candidato a la caravana. Él se bajó para escucharlos. “Sé que en Yaracuy uno de los principales problemas es la violencia. Los taxistas me dijeron que quieren un gobierno que defienda la vida de sus hijos. Yo defenderé la vida de sus hijos, no la vida planetaria”, expresó.

Las calles se llenaban de gente cuando el candidato pasaba. La quinta avenida estaba abarrotada cuando Capriles llegó a la tarima. El mismo día, a la misma hora, en una calle paralela, la Gobernación de Yaracuy organizó una “caminata por las misiones”. Pero todo el pueblo estaba en el acto de Capriles y en la calle paralela había muy poca gente.

Insultar. El candidato criticó que el oficialismo insista en invertir su tiempo en afectar su campaña. Al igual que el martes, Hugo Chávez se encadenó cuando su oponente hacía un acto de campaña.

Capriles considera que eso ocurre porque el mandatario se quedó sin propuestas, luego de 14 años en el poder. “Lo único que les queda es insultar y amenazar. Se encadenan para que el país no vea esto”, agregó.

Capriles enumeró los tres principales problemas del estado: fallas en los servicios públicos, inseguridad y desempleo.

Dijo que las personas quieren y necesitan un empleo que las ayude a progresar. Aseguró que su gobierno garantizará que así sea.

Afirmó que desde las oficinas públicas le manifiestan apoyo constantemente. “Los venezolanos no queremos construir un partido político, queremos construir un país. El trabajador público va a tener en mí el líder de un equipo para todos”, dijo.

El cierre en Yaracuy fue la séptima visita del candidato. Luego de su caravana, viajó a Maracay, estado Aragua, donde realizó un mitin de cierre de campaña en la avenida Bolívar, a la altura del bulevar Pérez Almarza.

Capriles pidió perder el miedo y aseguró que nada podrá contra el poder del voto el 7 de octubre. “Los invito a que voten por ustedes, porque yo voy a votar por ustedes”, añadió. El candidato cerrará hoy su campaña con una caravana en Sucre y un acto en el estadio José Bernardo Pérez de Valencia, Carabobo.

Al público le importaba más ver al candidato que escuchar lo que decía. A pesar de la llovizna, gritaban para que quienes estaban delante cerraran sus paraguas y poder fotografiarlo. “Es que algo así no se veía desde que vino Chávez. No me acuerdo cuándo”, dijo una mujer con su celular en la mano enfocando a Capriles.

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