viernes, 21 de septiembre de 2012

Otro quintacolumnista de visita en Cuba



Mario J. Viera
Louis Farrakhan recibe saludo caluroso del tirano de Cuba

No son perseguidos; no se les limita sus derechos de movimiento. No se les condenan a largos años de privación de libertad por colaborar con un Estado enemigo. No son sancionados por lo que escriben o declaran públicamente como culpables de “propaganda enemiga”. Ellos forman la Quinta Columna anti americana en Estados Unidos.

Pueden ser intelectuales, artistas, profesores universitarios y hasta líderes religiosos, pero todos tienen un perfil que los identifica, el odio hacia las instituciones democráticas del país en que nacieron y su alianza con los que han hecho de la prédica del odio hacia los Estados Unidos su mejor pretexto para justificar su tiranía. Aplauden a Hugo Chávez y cantan loas al castrismo. No adelantan la menor crítica en contra de los encarcelamientos arbitrarios a los que el gobierno de los Castro someten a sus opositores por ejercer el derecho sagrado de la opinión y, en cambio, se conmueven, casi hasta las lágrimas, por los cinco sicarios castristas presos en Estados Unidos por actividades de espionaje.

Uno de estos quintacolumnistas está de visita en Cuba; su nombre Louis Farrakhan, nacido Louis Eugene Wolcott. Musulmán suis generis, líder del movimiento Nación del Islam.

Magníficas credenciales presenta el musulmán negro estadounidense, para ser recibido calurosamente por el tiranuelo de Cuba: antisemita, racista, homofobo y simpatizante de Gadafi.  Uno que ha dicho de Adolfo Hitler: “Hitler fue un gran hombre. No fue grande para mí como negro, pero él fue un gran alemán y levantó a Alemania de las cenizas de su derrota por las fuerzas unidas de toda Europa y de Estados Unidos tras la Primera Guerra Mundial. Así que, Hitler tomó a Alemania de las cenizas y la alzó e hizo de ella la máquina de combate más grande del siglo veinte”.

Sobre Gadafi ha dicho: “Amo a Muammar Gadafi, y amo a nuestro presidente (Obama). Me apena ver a mi hermano presidente establecer una política que no solo busca remover a este hombre del poder, sino también de la tierra (…) No me importa lo que Gadafi haya hecho mal, él no es el “perro rabioso del Oriente Medio’”. Hay que destacar que en agosto de 1996,  Farrakhan viajó a Trípoli, Libia para recibir un premio de Gadafi de 250 mil dólares

Al criticar la declaración de Barak Obama de considerar legítima la unión matrimonial entre personas del mismo sexo le expresó a la comunidad gay: “No soy enemigo de ustedes, y yo los amo, pero el pecado es pecado de acuerdo con los postulados de Dios”.

La Nación del Islam que preside Farrakhan, ni siquiera puede considerarse estrictamente musulmana, pues frente al riguroso monoteísmo del Islam se define politeísta. Su teología, por otra parte, se presenta como la contrapartida racista del Ku Klus Klan. Según su credo, el mundo fue creado de la nada por un Alá inicial que era negro y que al fallecer dejó establecido un Consejo de Sabios, todos negros que se encargarían de trazar la historia de la humanidad.

Por otra parte, la teología de la Nación del Islam considera a los negros como superiores a los seres de otras razas, lo que choca con la prédica musulmana que reconoce que todas las razas son iguales. La raza blanca es demoníaca y fue creada por Jacob, un científico maligno según la visión escatológica de la Nación del Islam.

Farrakhan tiene sobre la conciencia la muerte violenta del líder negro Malcom X, cuando este rompiera con la Nación del Islam en 1964. En esa ocasión Farrakhan había declarado por escrito: “La cita con la muerte ya está fijada y Malcolm no escapará a ella; un hombre como Malcolm debe morir”. La viuda de Malcom siempre le consideró como el inductor del asesinato de su esposo.

A este “distinguido” personaje el general-presidente Raúl Castro le tendió una invitación para que visitara a Cuba. Y allá se fue y se reunión con los familiares de los cinco sicarios castristas presos en Estados Unidos; entonces sin ningún rubor dice que Cuba, la actual Cuba sometida al totalitarismo, “es la vanguardia del cambio universal, una semilla que Estados Unidos desea aplastar”. Dijo además que el embargo que Estados Unidos mantiene sobre el castrismo “es una abierta manifestación de guerra” y añadió: “La verdad es la primera baja en esta guerra y se ponen en prácticas las mentiras”. Y dijo más: “La revolución se convirtió en una semilla para combatir las injusticias y para Estados Unidos está debe ser aplastada”.

¿De qué revolución estaría hablando?, porque del régimen impuesto en Cuba ─ que pretende ser todavía revolucionario, cuando en realidad nunca lo fue ─ nada hay que lo caracterice como luchador contra las injusticias. Su propia esencia es la opresión y la distorsión de la justicia.

No es la primera vez que Farrakhan visita a Cuba ya en marzo del 2006 había viajado a la isla donde se reunió con Fidel Castro y hasta dictó una conferencia, donde señaló que Estados Unidos debía aprender mucho de Cuba pero que no lo hacía por ser muy arrogante.

Ya regresa a Estados Unidos el quintacolumnista y regresa dispuesto a hacer propaganda a favor de la dictadura cubana: “A nuestro regreso difundiremos los videos de nuestra visita a la mayor de las Antillas, y daremos a conocer información real sobre Cuba, porque estoy convencido que nuestra causa no está perdida y obtendremos la victoria”.

No sé si su Alá negro le bendecirá por ser tan canalla; pero no creo que lo simples mortales que en Cuba no forman parte del poder, ya sean blancos, ya sean negros, no se verán representados por este hipócrita, que ni siquiera fue fiel con el movimiento negro de Estados Unidos en la década de los 60. Un hipócrita que no tuvo los testículos de Malcom X ni el civismo de Martin Luther King.

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