Juan Ignacio
Irigaray. AMERICA EL MUNDO
En uno de esos 'días difíciles' que
todos tenemos, la presidenta peronista Cristina Fernández de Kirchner reprendió
la noche del jueves tanto a aliados como opositores. Y ha disparado una
sentencia inquietante: "Sólo hay que
tenerle temor a Dios y a mí, en todo caso, un poquito".
La increíble advertencia fue hecha en
uno de sus habituales monólogos (no da conferencias de prensa) desde la Casa
Rosada, transmitidos por cadena nacional de radio y televisión, una práctica
que algunos analistas ya han bautizado como el "Aló Presidenta",
copia del "Aló Presidente" de Hugo Chávez.
Enfadada visiblemente y con gestos
duros, la Jefa de Estado retó a los gobernadores provinciales, muchos de ellos
también peronistas. "Basta de
echarle la culpa a los demás de lo que no son capaces de hacer ─ despotricó ─ que nadie ponga excusas y se haga cargo de la responsabilidad de
gobernar".
Y avisó a todos sus funcionarios que “a mí lo que más me molesta es que no se
hagan las cosas o se hagan mal”. También los increpó con que "a ningún argentino le vayan con el cuento
que hacen tal cosa porque esta presidenta los manda".
Además, defendió el uso de la cadena
nacional y sentenció que "es legal". "Cada vez que las uso no es para contar de mi vida ni para pedir que me
voten, la utilizo para seguir informando a los argentinos de las cosas que
estamos haciendo y que algunos quieren ocultar", opinó.
En lo que va de 2012, Fernández ya
hizo uso de ese recurso 18 veces, o sea dos veces por mes. En total más de 16
horas de monólogo, por lo general en horario 'prime time' de la televisión.
Desde 2010, la usó 52 veces, pese a
que la ley establece que la cadena nacional es para transmitir en situaciones
"graves, excepcionales o de trascendencia institucional". Chávez
lidera su uso en Latinoamérica con casi 79 horas en 2012.
Aún muchos argentinos no entienden a
cuento de qué la presidenta contó que tiene dos hijos, "uno con pañales
que había que lavar y planchar y Florencia que ya no. Quién inventó el pañal
descartable debe estar a la altura de Bill Gates. Ayudó a la liberación
femenina junto a los anticonceptivos".
Cuando advirtió que "sólo hay que
tenerle temor a Dios y a mí, en todo caso, un poquito", muchos ministros,
secretarios y funcionarios que presenciaban su discurso celebraron la
ocurrencia aplaudiendo y haciendo risas, en una suerte de claque oficialista en
esas alocuciones.
Este viernes el diputado peronista (no
kirchnerista), Francisco de Narváez consideró "muy fuerte" cuando la
presidenta “dijo 'hay que temerle a Dios pero también un poquito a mí'. La verdad, a mí no me da miedo, me da
vergüenza”.
“Me da
vergüenza que desde el atril presidencial se haga este tipo de manifestaciones
y que la señora presidenta comience casi a compararse con Dios”, remató.
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