Francisco Rivero
Valera. EL UNIVERSAL
Todo parece indicar que el triunfo
electoral de Capriles va en camino de ser irreversible. Y solo faltan 37 días.
Eso quiere decir que el domingo 7 de octubre:
-Se irá Chávez.
-Será el fin del mundo chavista.
-Los venezolanos despertaremos de esa
pesadilla. Y volveremos a respirar con libertad. Como el 23 de Enero del 58, al
terminar los 10 años de dictadura de Pérez Jiménez.
-Nos daremos cuenta que hemos perdido muchas
cosas. Sobre todo el miedo.
-Surgirá un nuevo país, en Democracia.
-Y haremos realidad nuestro sueño de
reconstruir esta Venezuela destruida y arruinada. Con un nuevo Presidente
electo por el pueblo para ser pensante y
líder de todos los habitantes de la nación. Orgullo de 28 millones de
venezolanos. Digno representante de la patria y de nuestro gentilicio ante la
comunidad internacional. Amante de la paz, de la reconciliación y del progreso.
Fiel a la Constitución Nacional. Enemigo de la guerra y de interminables
cadenas nacionales atiborradas de mentiras, de cinismo, de faltas de respeto,
amenazas y ofensas a la dignidad de personas, instituciones y países.
-Comenzará la cayapa de todos los venezolanos para salir de abajo y lograr la
reconstrucción de este país que nos llevará muchos años. Sin presos políticos.
Ni exiliados. Ni exclusión social. Ni represión de la disidencia o de los
medios de comunicación social.
-Retornará el derecho al trabajo para todos
los venezolanos, sin listas Tascón, como el mejor camino contra el desempleo y
la delincuencia.
-Volverá el respeto a la dignidad del
trabajador y de su familia para que nadie sea coaccionado impunemente en
beneficio político al ser obligado a usar franela roja o gorra roja, asistir a
contra-marchas o pintar propaganda del gobierno, bajo amenazas de perder su
trabajo.
-Y los edificios públicos no serán pintados
solo de rojo ni se llamarán Patria,
Socialismo o Muerte sino de cualquier color y con su nombre de registro
público. Y los poderes públicos del Estado serán independientes en esa resurrección de la democracia.
-Y el pueblo volverá a creer en sus Fuerzas Armadas, en Pdvsa, en
la Asamblea Nacional, en el Consejo Nacional Electoral, en el Tribunal Supremo
de Justicia, en la Fiscalía y en la Procuraduría General de la República, en la
Defensoría del Pueblo, creados para defender la vida y los derechos de todos
los venezolanos y extranjeros. Sin miedo e incertidumbre ante amenazas de
expropiaciones e intervenciones, al retornar la seguridad jurídica.
-Se irá el gas
del bueno y los perdigones en las marchas, y volverá la práctica
democrática de la concertación y del diálogo, y la educación primaria,
secundaria y universitaria como símbolo de progreso y no como recurso político
de implantación de un sistema foráneo de gobierno totalitario y fracasado del
siglo XIX.
-Cuando Chávez se haya marchado nos daremos
cuenta del tiempo perdido. De nuestros valores morales destruidos. De los
recursos económicos despilfarrados. De la profundidad de nuestro atraso y de la
gran oportunidad perdida de haber alcanzado la mayor suma de felicidad posible en 14 años funestos.
-Y recordaremos nuevamente a miles de
familiares, amigos y compatriotas que murieron en manos de la inseguridad y la delincuencia.
-Pero, cuando Chávez desaparezca nos daremos
cuenta que nada perdura para siempre, salvo Dios, y que, gracias a Dios,
recuperamos la Venezuela que siempre soñamos: libre, democrática y pluralista.
Y gritaremos: Gracias a Dios. Viva Venezuela.
Que así sea.
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