El pomposo secretario de Estado de
EEE.UU., Mike Pompeo, ha nombrado a Elliott Abrams como el líder del equipo de
la Casa Blanca que se enfocará en la crisis de Venezuela. Y dice, Pompeo al
anunciar su designación: "Elliott
será un verdadero activo en nuestra misión de ayudar al pueblo venezolano a
restaurar plenamente la democracia y la prosperidad en su país". Y
Pompeo define al veterano republicano a quien ha nominado para asesor en el
caso venezolano como un "veterano de la política exterior experimentado,
con principios y de mente dura", aunque olvidó agregar “y totalmente
inescrupuloso”. Al mismo tiempo, Abrams tiene fama de pragmático, insistente y
arrogante. También de duro “anticomunista” como le ve Elisa Pastrana, del
portal Las 2 Orillas.
Abrams trabajó para la administración Bush
como asesor adjunto de seguridad nacional, y fue uno más de los que embarcaron
a George W. Bush en la invasión a Irak; ya antes había prestado sus servicios
al gobierno de Ronald Reagan como subsecretario para Asuntos Interamericanos,
siendo uno de los implicados en el escándalo que sacudiría a la Casa Blanca del
Irán-contra. Un proceso por el cual la administración Reagan durante la guerra
Irán-Irak vendió armas a Irán para sufragar a las guerrillas Contra de
Nicaragua. Dos actos que ya antes el Senado de Estados Unidos había prohibido.
Acusado de haber ocultado información al Congreso fue condenado a dos años de
pena en libertad condicional, aunque luego fue indultado por George H. W. Bush.
Se había iniciado en la política como
demócrata para girar a la derecha y unirse al Partido Republicano decepcionado
con Jimmy Carter; entonces se unió a la campaña de Ronald Reagan.
En 2016 Elliot Abrams escribió un artículo
de opinión para el Weekly Standard, que tituló "When You Can't Stand Your Candidate" ("Cuando no puedes
apoyar a tu candidato") advirtiendo al Partido Republicano que había
nominado “a alguien que no puede ganar y
que no debería ser presidente de Estados Unidos". Esto no lo olvidó
Donald Trump oponiéndose firmemente a que Abrams ocupara el puesto de
Subsecretario de Estado al que Rex Tillerson le había propuesto. Sin embargo,
Trump aceptó la propuesta de Pompeo de nombrar A Abrams como el encargado para
dirigir el equipo formado para el conflicto venezolano. Al ser nombrado, Abrams
declaró a los medios en la sala de prensa del Departamento de Estado: "Dejé
este edificio hace 30 años esta semana, esa fue la última vez que trabajé aquí.
Así que es muy agradable estar de vuelta. Esta crisis en Venezuela es profunda,
difícil y peligrosa. Vamos a ponernos a trabajar en ello".
El viejo halcón republicano es recordado
negativamente en la América Central y sobre todo con su complicidad en las
acciones de represalia del ejército hondureño, que serían recordadas como la
masacre de El Mozote. Por esta complicidad en ocultar y deformar los asesinatos
de 1000 personas, incluidos niños y mujeres en El Mozote por el Batallón de
Infantería de Reacción Inmediata Atlacatl, fuerzas armadas especiales,
entrenadas y financiadas por Estados Unidos, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos interpuso contra él una demanda. El gobierno de Estados Unidos
no aceptó la responsabilidad y el caso no prosperó.
Un reporte de 1992 de la organización no
gubernamental Human Rights Watch (HRW) ─ que cita BBC Mundo ─ sobre lo ocurrido
en El Mozote y "la necesidad de recordarlo" señala que:
"(…) Durante una audiencia en el Senado, el subsecretario de Estado para los
Derechos Humanos, Elliott Abrams, astutamente distorsionó varios puntos para
desacreditar las versiones públicas de la masacre".
"Abrams
también insistió en que el número alto de víctimas reportadas en la prensa era
inverosímil, señalando que sólo 300 personas habrían estado viviendo en El
Mozote en el momento de la presunta masacre".
"(En el Senado) Abrams prodigó elogios al
Batallón Atlacatl, diciendo que 'el batallón al que usted se refiere (en
relación con la masacre de El Mozote) ha sido elogiado en varias ocasiones en
el pasado por su profesionalismo y por la estructura de comando y control
cercano en que las tropas se mantienen cuando entran en batalla".
“Con ese prontuario ─ señala el semanario
Semana ─, muchos se preguntan si Elliott Abrams es el funcionario más idóneo
para resolver la difícil situación de Venezuela, o si su designación es parte
de una jugada del gobierno Trump para atizar el fuego. En ese sentido, la
participación del asesor de seguridad, John Bolton, y del secretario de Estado,
Mike Pompeo, a su vez dos halcones recalcitrantes, hacen pensar que en
Washington pueden estar decantándose por una salida militarista para Venezuela,
o que, al menos, están jugando a mostrarle los dientes al régimen de Maduro”.
Tres tristes halcones revolotean en torno
de Trump, puesta su aguda mirada sobre Venezuela; olfatean el dulce olor del
petróleo venezolano, sus garras prestas para asaltar sobre la presa, Mike
Pompeo, John Bolton y Elliott Abrams, solo esperan la excusa apropiada, la
manzana ya está madura. Tres consejeros furiosos de Donald Trump que cual las
tres erinias, la implacable Alecto; la celosa Megera y la vengadora Tisífone,
de la mitología griega, se preparan para castigar a la dictadura chavista, sin
importarles que los medios no sean los más apropiados para la legitimación de
la transición venezolana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario