Mario J. Viera
Sí, como siempre, desde el inicio de la actual administración, los republicanos se mandaron a correr en el correcto sentido que le damos los cubanos a esta expresión, es decir, salir a dar opiniones festinadas sobre un hecho no confirmado y casi siempre con malas intenciones.
No se puede negar que no pierden ocasión para atacar a Barack Obama, ya sea por su propuesta de reforma de salud, ya sea por su solicitud de elevar el techo de la deuda, ya sea porque lo acusen de musulmán o le declaren no ciudadano de nacimiento estadounidense. Cada vez que se les presenta la ocasión lanza piedras y patadas. Todo lo que haga el presidente es, para ellos, de entrada, equivocado.
Ahora comenzaron a sensibilizar al exilio miamense acusando al gobierno demócrata de manejos secretos con el régimen de los Castro y para lo cual se basaron en una información brindada por la AP sobre la declaración de unas fuentes que identificara como “funcionarios no identificados del gobierno de EEUU y a personas conocedoras del tema”.
Según esa información el gobierno de Obama, supuestamente, le había ofrecido al gobierno de Raúl Castro varias concesiones entre las que se encontraba el recorte a los programas a favor de la democracia financiados por los Estados Unidos y la posibilidad de que el espía recien liberado, René González, uno de los cinco sicarios de la Red Avispa, cumpliera su libertad condicional en Cuba y, a cambio, obtener la liberación de Alan Gross.
La respetable legisladora por el sur de Florida ante el Congreso, Ileana Ros-Lehtinen, que no puede ocultar, y que no oculta, su absoluto rechazo a Obama, condenó de inmediato a la Casa Blanca: “Es una vergüenza ─ calificó ─ para la administración colaborar con los tiranos en La Habana. Esto podría establecer un peligroso precedente y alentar a otros dictadores a tomar a estadounidenses como rehenes”. Así, sin más y sin antes enterarse de primera mano sobre la certeza de la información de la AP.
Luego, el play boy del Tea Party, Marcos Rubio, tras de referirse a Gros como “un hombre que fue injustamente encarcelado en primer lugar”, algo que nadie en sus cabales puede negar, declaró: “En vez de suavizar las sanciones en respuesta a la toma de rehenes, Estados Unidos debería tomar más medidas punitivas contra el régimen de Castro”. ¡Perfecto!; estoy plenamente de acuerdo en que Estados Unidos debiera tomar más medidas punitivas contra el castrismo, ¡las que sean! Siempre que las medidas punitivas no se concreten en apretarles las clavijas a los cubanos residentes en Estados Unidos prohibiéndoles tener mayor contacto con sus familiares rehenes del castrismo en la isla y limitándoles la ayuda económica que puedan brindarles.
No obstante, el carismático, bien parecido y de fácil palabra neo Senador, lanzó la amenaza de bloquear la confirmación senatorial de Roberta Jackson para el cargo de subsecretaria para el hemisferio occidental. ¡Caramba, ya cansan los políticos carismáticos, bien parecidos y de fácil oratoria! Siempre me traen a la memoria al Fidel Castro de 1959.
¡Ah! ¿Qué dice el patético representante al congreso de Estados Unidos, David Rivera? Pues con esa mueca que siempre emplea acompañando a sus brillantes conclusiones dijo: “Es escandaloso que el presidente Obama negocie con un régimen terrorista para buscar la liberación de un rehén estadounidense, cuando ha sido la política explícita de esta nación no negociar nunca con terroristas”. Las expresiones casi tienen igualdad semántica, “vergüenza” dice Ros-Lehtinen; “escandaloso” menciona Rivera.
¿Qué respondió el gobierno americano? El viernes la portavoz del Departamento de Estado, Estado Victoria Nuland, negó categóricamente las especulaciones agitadas por los republicanos: “No quiero comentar nuestras conversaciones privadas con los cubanos, pero digo inequívocamente que Estados Unidos no está considerando la liberación de ninguno de los miembros de los Cinco Cubanos a cambio de Alan Gross”, y replicó con un rotundo No a la pregunta que se le formulara si habría la posibilidad de que la propuesta hubiera sido considerada alguna vez por el gobierno de Obama y, añadió que Alan Gross “no es un espía y no es comparable de ninguna manera con los crímenes de los Cinco Cubanos”.
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