Mario J. Viera
Cuando ya se había controlado el motín del
6 de enero asaltando la sede del Congreso de Estados Unidos, Marco Rubio tomó
la palabra para repudiar la muerte de una mujer participante en el asalto al
Capitolio. Expresó entonces, en tono apasionado y aparentemente sincero, que los
enemigos de Estados Unidos debían estar contentos por lo ocurrido ese día en el
DC. Y dijo: “Estados Unidos no es un gobierno o un presidente o un
congreso, Estados Unidos es tu familia, tu fe, tu comunidad; eso es Estados
Unidos. Eso es lo que no entienden nuestros adversarios. Eso es lo que tenemos
que recordar. Así es como vamos a reconstruir nuestro país y pasar la página para tener un futuro más brillante que el pasado.
Por eso siento esto con tanta vehemencia y espero que los que están en
secuencia conmigo lo entiendan”.
Antes había expresado en un tuit: “No hay nada patriótico en lo que está
ocurriendo en Capitol Hill. Esta es la anarquía antiamericana al estilo del
tercer mundo”. Luego, a la 1:12 pm tuitió para hacer un llamado a Donald
Trump: "Señor presidente los hombres
y mujeres de las fuerzas del orden están siendo atacados. Es crucial que ayude
a restablecer el orden enviando recursos para ayudar a la policía y pedirles a
los que hacen esto que se retiren".
Estados Unidos no es un gobierno, ni es un
presidente, y las acciones violentas contra el Capitolio no tienen nada de
patriotismo, simplemente es la manifestación de la anarquía antiamericana al
estilo del tercer mundo. Muy bien lo expuso Rubio. ¿Convincente? Depende de la
imagen que cada cual tenga del senador republicano por Florida. Sin embargo, lo
que dijo entonces no era equivocado. Pero el 9 de diciembre de 2020, ya
considerando que Trump había perdido ante Joe Biden, Rubio declaró: “Si el presidente elige postularse nuevamente
en 2024, creo que será el candidato republicano. Y de hecho creo que tiene muy buenas posibilidades de ganar.
Lo que dije que aceptaría es, en última instancia, que lo que los estados
certifiquen legalmente a través de su proceso y lo decida el Colegio Electoral.
Así es como funciona nuestro sistema”. Trump tiene muy buenas posibilidades
de ganar en el 2024, esa es la opinión que sustentaba Rubio; no obstante, esas “posibilidades”
que ve a favor de Trump, podrían quedar en nada si recibe una condena por el
impeachment al cual pretenden los demócratas adelantar. En entrevista con la
periodista de Tele Mundo 51, Gloria Ordaz, el 13 de enero, Marco Rubio no condenó
a Trump como instigador al asalto al Capitolio, considerando que solo tenía “alguna
responsabilidad”; y. de acuerdo con la periodista que condujo la entrevista,
Rubio declaró que tomaría una decisión sobre el juicio político con base en las
pruebas que presenten los fiscales de la Cámara de Representantes”.
Ahora el senador acaba de declarar en "Fox News Sunday",
algo diferente a lo que dijera en la entrevista para Tele Mundo 51. "Creo que el juicio
es estúpido", dijo tajantemente. "Ya tenemos un fuego encendido en este país", adelantar el
juicio sería como agregar "un montón
de gasolina" a ese fuego encendido. Expresó, además, que votaría para desestimar
el artículo de impeachment contra Trump lo antes posible. "Creo que tiene derecho al debido proceso. La
Cámara no tiene mucho registro de testigos porque la embistieron muy rápidamente...
Creo que esto va a ser muy malo para el país”.
En una declaración que hiciera el 14 de
enero para el canal de Miami NBS 6, Merco Rubio dijo: "Muchas de las personas que están ahí fuera
por primera vez, después de ver lo que sucedió la semana pasada, en cierto modo
teniendo en cuenta los últimos cuatro años, ahora, de repente, están dando
vueltas en los carromatos y amenazan con
convertirlo en mártir. Su movimiento será más fuerte porque ustedes lo
habrán convertido en mártir", advirtió a los legisladores demócratas.
Hay que asegurar que Trump pueda presentarse el 2024 como candidato republicano
para la presidencia. Una condena política en el Senado lo inhabilitaría
permanentemente para esa opción. Rubio, por tanto, se opone a esa solución.
A solo dos día de la toma de posesión de
la presidencia de Joe Biden, el senador de Florida saca sus uñas y, en un
mensaje publicado en un video de Twitter en la mañana del día 22 de enero,
implícitamente deja claro que hará todo lo posible para torpedear cualquier iniciativa
que emprenda la administración Biden (“no va a ser buena para el país y no va a
ser buena para la gente, para los trabajadores estadounidenses y para sus
empleos”): "No vamos a poder quedarnos
sentados aquí en un período de luna de miel y ver cómo suceden estas cosas".
Entre esas “cosas” está el oleoducto
Keystone XL, aprobado por Trump el 24 de marzo de 2017 y antes bloqueado por
Barack Obama en 2015, porque, como se dice en un artículo de AFP, a diferencia
del crudo extraído de los tradicionales pozos, “el de las arenas bituminosas de Alberta debe ser sacado mediante
recalentamiento subterráneo; lo
cual implica utilizar agua hirviendo para separar el bitumen de la arena para
luego refinarlo”. Rubio en este video aseguró que Biden, de “un plumazo, literalmente dejó sin trabajo a
miles y miles de trabajadores obreros sindicalistas (…) Y luego el presidente entra en la Oficina
Oval, firma una orden ejecutiva que elimina el oleoducto de Keystone y están
sin trabajo” Contrario a lo que Marcos Rubio dice que serán eliminados
miles de trabajadores en el oleoducto, muchos especialistas consideraron que una
vez terminado, el oleoducto solo demandaría 50 trabajadores permanentes. Estos
mismos especialistas expresaron que el oleoducto, eliminará muchos más empleos
al desviar inversiones destinadas a energías limpias; como la solar o la eólica.
No solo los ambientalistas se oponen al trazado del Keystone XL, también se
oponen los pueblos indígenas de Estados Unidos y Canadá, como la Confederación de
Pies Negros (Blackfoot) y de la nación Gran Sioux (Great Sioux).
Marco Rubio toma entonces el tanque de
gasolina para arrojarlo sobre ese fuego encendido, que dice se tiene en Estados
Unidos: "El presidente Biden, espuso
Rubio, está hablando como un centrista, usando las palabras del centro como unidad, pero gobernando como alguien de extrema izquierda”. Obviamente,
el mensaje de Rubio está dirigido a la extrema derecha del Partido Republicano
y de los seguidores de Trump. Para ejemplificar su afirmación, agrega: “Número uno, ha emitido más 'fiats'
ejecutivos que nadie en un período tan corto de tiempo. Más que Obama, más que
Trump. En segundo lugar, estos no son sólo 'fiats' ejecutivos normales. Esto
literalmente está bajando la lista de
deseos de la extrema izquierda y marcarlos a todos”.
Da la impresión que Marco Rubio quiere recoger la bandera del populismo de derecha caída de las manos de Donald Trump, para lanzarse, posiblemente, como aspirante a la presidencia del 2024. Primero tendrá que reelegirse como senador el 2022. "No soy dueño del escaño en el Senado, dijo, no me pertenece. Si quiero volver al Senado de los Estados Unidos, tengo que ganar eso cada seis años”. Para entonces habrá que ver si de nuevo es electo para el escaño del que no es dueño. Probablemente tanto ese sector de la diásporas cubanas y venezolanas de tendencia trumpista les den el voto, pero no todos los de las comunidades cubanas y venezolanas de emigrantes y exiliados votarán por él y es posible también que será pocos los portorriqueños que le quieran seguir viendo como senador por Florida.
Claro y revelador de que el senador ha quedado atrapado en sus discursos incongruentes.
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