Maria A. Aguila le responde a Oscar
Peña por la crítica que este hiciera en contra de las últimas medidas de
presión económica que ha impuesto Trump contra el régimen castrista, y le
confronta diciendo:
“Oscar
Peña, tú que eres una gran persona y tienes la bola mágica danos porfa, el
alumbrón de como quitar a la dictadura del poder, la voluntad del pueblo
existe, pero no tienen los medios y están sofocados por la dictadura, cuál
sería tu plan, exactamente paso a paso, para el cambio, ya sabemos que el
régimen no sede un paso, ni va a hacer elecciones donde participen otros
partidos, ni harían un plebiscito, entonces, cuál sería la manera, si tu
sugerencia es el sometimiento del pueblo de por vida, o que sugieres una
intervención americana para que alguien diga que es inferencia extranjera, la
verdad no entiendo...”
Decidí dar mi opinión en respuesta a
las interrogantes de Maria A. Aguila:
No sé qué responderá Oscar Peña a esa interesante
pregunta. Esa pregunta es la misma que muchos se hacen, y parece que no le
encuentran respuesta adecuada. Trataré de dar mi opinión sobre el tema que, la
Sra. Aguila, lleva a discusión: “de como quitar a la dictadura del poder”
teniendo presente que “la voluntad del pueblo existe, pero no tienen los medios
y están sofocados por la dictadura”.
Algunos, tal vez muchos, creen, como
cree el Sr. Mauricio Claver Carone, que las presiones económicas, llevadas
hasta la saciedad contra el régimen fascista-comunista que impera en Cuba,
bastarán para propiciar su caída. El mensaje subliminar de estas propuestas es
simple, hacer que el hambre de los cubanos obligue a una revuelta, de tal envergadura,
que conmocione al gobierno castrista. Sin embargo, existe un pero en cuanto al
mensaje, y ese pero, lo da la Historia. Nunca el hambre ha impulsado
revoluciones o revueltas.
No fue el hambre el motor impulsor
para la Revolución Francesa de 1778, sino los intereses afectados del Tercer
Estado por parte de la aristocracia. No fue el hambre, lo que antes impulsara
en Inglaterra el estallido de la Revolución Gloriosa de Gran Bretaña de 1688,
no fue el hambre y las miserias del pueblo, sino los intereses políticos de un
sector de la aristocracia británica. No fue el hambre la que redactó la
Declaración de Independencia de las Trece Colonias en América del Norte en
1776. No fue el hambre lo que impulsó a los españoles en 1808 a iniciar la
Guerra de Independencia contra el dominio napoleónico, sino el resentimiento de
la población por las exigencias de manutención y los desmanes de las tropas francesas.
No fue el hambre del pueblo lo que motivó la lucha independista de Simón Bolívar
en 1810. No fue el hambre lo que propició que el 10 de octubre de 1868, el
hacendado bayamés Carlos Manuel de Céspedes diera el grito de independencia,
sino los intereses políticos y económicos de los criollos. Tampoco fue el
hambre lo que motivara a José Martí a iniciar “la guerra necesaria” de 1895.
Es más. no fue el hambre el motor que
impulsó a las juventudes alemanas del sector oriental, a derribar el Muro de
Berlín, sino la defensa de sus derechos civiles y su identidad como alemanes;
como fueron las huelgas en Polonia promovidas por el Sindicato Solidaridad o en
Bulgaria, la huelga general que llevara a cabo la oposición anticomunista. No
fue el hambre lo que con la resistencia en Túnez se iniciara el periodo de la
Primavera Arabe.
El hambre y la miseria no genera
héroes. Entonces ¿Qué se debe hacer?
Primero debo enfocar un tema que
influye sociológica y políticamente en la actividad de las organizaciones
opositoras/disidentes al interior de la isla. Cuando las organizaciones ultra
opositoras del exilio cubano en Estados Unidos, junto a individuos como Marco
Rubio, los hermanos Díaz Balart, Lincoln y Mario, Mauricio Claver Carone, Marcell
Felipe y Orlando Gutiérrez-Boronat, promueven como factor de desestabilización
y derrocamiento del poder castrista por medio de sanciones económicas y su asfixia
financiera, lo que favorecen, en realidad, es un estado de impasse, de
quietismo y conformismo dentro de los sectores oposicionistas internos, que, a
la espera del desastre total de la economía en Cuba, solo se dedicarán a mantenerse
actuales con declaraciones y acciones de bajo nivel, confiados de que el
régimen castrista o neo castrista se desplomará irremisiblemente. ¡Error garrafal desde el punto de vista
político! Es que ninguno de estos cabilderos de las medidas “duras” tienen la
más elemental idea sobre la resistencia frente a un régimen totalitario;
incluso, ninguno de ellos, tiene ni siquiera una idea aproximada de las
realidades cubanas.
Entonces, pregunto de nuevo: ¿Qué se
debe hacer? Así, aceptando como cierto lo anotado por la Sra. Aguila que “la
voluntad del pueblo existe, pero no tienen los medios y están sofocados por la
dictadura”, debemos plantearnos, el qué se debe hacer.
No desconozco que, cuando existe un
movimiento de resistencia activo y consolidado en un país sometido a una
dictadura despótica, las sanciones económicas unidas a las diplomáticas, pueden
jugar un valioso medio auxiliar de apoyo a las demandas de la resistencia, y
siempre que estas sean de carácter multinacional y no exclusivamente
unilaterales. ¿Qué ocurrió en Venezuela cuando se entrometieron en el
desarrollo de la resistencia interna el equipo Bolton- Claver Carone- Pompeo-Trump
y su propuesta de “todas las opciones sobre la mesa”? Si el 10 de enero, cuando
Juan Guaidó se proclamó Presidente Encargado de Venezuela, fue el “alumbrón”
que hizo despertar a la durmiente oposición venezolana, luego de las propuestas
de los cuatro jinetes del Apocalipsis, en plan electoralista, se produjo el “apagón”
de todo ese movimiento de resistencia. Y pregunto, ¿qué se consiguió con las
sanciones económicas a Nicaragua? Daniel Ortega continúa gozando de buena salud;
¡Nada!
Entonces alguno dice que, con esas
medidas de carácter económico, que la administración Trump impone sobre la
dictadura fascista-comunista, se puede impedir para que la Seguridad del Estado
consiga técnicas más sofisticadas para reprimir al pueblo. Esto es falso, con
los recursos que la Seguridad del Estado cuenta en este momento, le basta son
suficientes para continuar su labor represiva.
Ahora bien, analicemos las
conclusiones que plantea la Sra. Aguila de que “la voluntad del pueblo existe,
pero no tienen los medios y están sofocados por la dictadura”. Según la Real
Academia Española, voluntad significa, en una de sus acepciones: “Intención,
ánimo o resolución de hacer algo”. Hoy por hoy, hablando en sentido general, en
el pueblo no existe tal voluntad; existe descontento, sí, pero no existe la
resolución de “hacer algo”, la conciencia de la necesidad del cambio. El pueblo
no tiene los medios para el cambio. Esto es debatible. ¿Que está sofocado por
la dictadura? Es cierto, y estará más sofocado por la dictadura si continúan
los ya demostrado fracasados planes de asfixiar la economía del régimen. Sesenta
años con lo mismo y nada ha cambiado. Ni cuando la caída del bloque soviético
el régimen castrista pudo ser socavado. Declararon el Periodo Especial para
cargar sobre las espaldas del pueblo todo el sacrificio y las penurias y
sobrevivir al embate del desastre económico que representó la pérdida total de
los subsidios soviéticos.
¿Medios? Si por ello se entienden los
recursos necesarios para generar una revuelta armada, tengo que reconocer que
no existen esos medios. El aparato represivo del régimen está preparado para
enfrentar tal contingencia. ¿Qué sucedió con el intento de revuelta armada en
La Habana y otras provincias, de la conspiración del 30 de agosto de 1962? Fue
el concierto de todas las organizaciones anticastristas de aquel momento, Frente
Anticomunista de Liberación (FAL), Frente Revolucionario Unido (FRU),
Movimiento Montecristi, Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) y el
Movimiento 30 de Noviembre (MR-30-11). El resultado: el G-2 penetró varias de estas
organizaciones, detuvo a algunos y lanzó un fuerte operativo en la misma fecha
en que se planeaba el levantamiento, culminado con el fusilamiento de más de
doscientos implicados en el movimiento. ¿Alzamiento armado? ¿En las serranías
del país? ¿Empleando qué armamentos que puedan enfrentar al equipamiento de las
FAR? Las fuerzas armadas del régimen poseen un buen entrenamiento en
operaciones anti insurreccionales que haría de todo imposible el
establecimiento de un frente guerrillero en las zonas rurales y montañosas del
país. ¿Qué ocurrió con el movimiento guerrillero anticastrista en el Escambray,
con todo el apoyo y los recursos que le ofrecía la CIA?
¿Medios? Sí, existen y variados. Los
medios propios de la resistencia civil noviolenta. Pero, lo primero que se
requiere es que exista la voluntad política de la oposición/disidencia de
emprender un movimiento de resistencia cívica no violenta, incluyente, donde
tengan cabida todas las posiciones de derecha, de centro y de izquierda, que
animen el propósito de lanzar el reto político al Partido Comunista de Cuba y
con activistas capaces de canalizar el descontento popular hacia la acción
cívica y la promoción de la conciencia del cambio, de la necesidad de hacer.
Segundo, existencia de un liderazgo horizontal decidido a elaborar una
estrategia consensuada e inteligente para impulsar la resistencia. Tercero,
centrarse en la problemática de la realidad cubana y sin esperar por la ayuda
de salvadores extranjeros y actuar sin someterse a las directivas de los grupos
del exilio, todos de corte derechista, republicanos y trumpistas. No resulta
fácil pero no es del todo imposible, solo se requiere decisión y empeño, sin
precipitaciones, pero también sin titubeos.
Cuando el movimiento de resistencia
estalle y enfrente a los represores, entonces sí y solo sí será bienvenida el
auxilio de la comunidad internacional y las sanciones económicas y diplomáticas
multinacionales para aislar y ahogar al régimen de opresión.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario