Mario J. Viera
“Cuando México nos manda gente, no nos mandan a los mejores. Nos mandan
gente con un montón de problemas, y ellos nos traen esos problemas. Están
trayendo drogas. Están trayendo crimen. Son violadores. Y asumo que algunos son
buenas personas”. Así se expresó Donald Trump el 16 de junio de 2015 en su
discurso para anunciar su candidatura a las primarias del Partido Republicano y
muy recientemente, ya cuando el Huracán Harvey golpeaba a Texas, Trump volvió a
referirse a México diciendo: "Con
México siendo una de las naciones con más criminalidad en el mundo, tenemos que
tener EL MURO. México lo pagará por medio de reembolso/otro". ¿Cuánto
hay de verdad en los exabruptos críticos de Trump sobre México?
No voy a tratar de
dilucidar si Trump posee pruebas contundentes que justifiquen, su afirmación de
que “México manda gente a los Estados Unidos” y lo obvio, aunque lo que dice es
que llegan a Estados Unidos muchos, muchísimos mejicanos “con un montón de
problemas”, que traen drogas, que traen crimen, que son violadores, aunque quizá
algunos no sean tan malos y problemáticos... Sin embargo, hay algo que Donald
Trump y muchos en Estados Unidos desconocen, ¡Caramba, no podemos ser tan
exigentes para pedir que lo sucedido hace 73 años sea recordado por Trump y por
muchos en estados Unidos! Trump ni había nacido en aquel tiempo. Eran tiempos
aquellos cuando Estados Unidos combatía en el Pacífico contra el imperio
japonés. El 21 de julio de 1944, esa vez sí, México envió, mandó gente a
Estados Unidos: un destacamento de 300 voluntarios mejicanos que se habían
enrolado en las fuerzas aéreas mexicanas y se disponían a partir hacia Estados
Unidos, recibiendo entrenamiento militar durante siete meses en varias bases
militares de Estados Unidos. Treinta de aquellos voluntarios fueron finalmente
seleccionados para formar una unidad especial aérea, que serviría de apoyo a la
fuerza aérea de Estados Unidos en la guerra del Pacífico. El “Escuadrón aéreo 201 - Águilas Aztecas”.
Este Escuadrón mejicano bajo el mando del Coronel Antonio Cárdenas Rodríguez,
realizaría 1 966 horas de vuelo en misiones de combate, sirviendo en
observaciones, bombardeos y ametrallamientos sobre posiciones japonesas en
Filipinas y Formosa, poniendo fuera de combate a 30 mil soldados japoneses y
destruyendo infraestructura, armas y convoyes de abastecimiento y refuerzo de
las fuerzas niponas. Cinco de aquellos pilotos mejicanos (Capitán Pablo Rivas
Martínez, Subteniente Guillermo García Ramos, Subteniente Mario López Portillo,
Teniente P.A. Héctor Espinoza Galván y Subteniente P.A. Fausto Vega Santander) morirían
en acción de combate. Fueron héroes, no trajeron a estas tierras ni drogas, ni
crímenes, ninguno de ellos fue violador.
Hay otra fecha que Donald
Trump y muchos en Estados Unidos no debieran olvidar, aunque aparentemente lo
hacen. Fue el 29 de agosto de 2005, cuando la furia desatada de la naturaleza
devastaba Nueva Orleans bajo los efectos del poderosos huracán de magnitud 5
Katrina dejando a su paso un saldo de 1.836 muertos, 705 personas desaparecidas,
151.000 millones de dólares en daños y 1 millón de casas dañadas... La ciudad
sumergida bajo olas de 6 metros y el desplome de los sistemas de diques que
resguardan a la ciudad. Grande era la desesperación de los damnificados que
vagaban sin encontrar sitio de resguardo seguro. Había hambre y había
contaminación en las turbias aguas... Llegaba la ayuda, llegaba tardía, pero se
abría como esperanza... En todo aquel panorama de angustia dolor y espanto México
abrió su corazón solidario... El 30 de agosto de 2005, el presidente de los
Estados Unidos de México Vicente Fox envió sus condolencias al presidente
George W. Bush, mediante una declaración abierta donde expresaba:
"En nombre del pueblo y el gobierno de México, le expreso mis más
profundas y sinceras condolencias por los devastadores efectos del huracán
Katrina [...] México y los Estados
Unidos son países vecinos y amigos y en momentos difíciles, los buenos amigos
siempre están presentes. Haremos todo lo que está en nuestras manos para ayudar
en esta situación tan desafortunada [...] Cuenten con todo nuestro apoyo..."
Si, como asegurara
recientemente en un artículo que firmara para el Washington Post el ex
diplomático Stephen Kelly, “Nunca se sabe
cuándo vamos a necesitar un vecino amigable y una comida caliente”. Fue
entonces que México envió a su gente y la envió con generosa ayuda. Y como nos
informa el periódico La Prensa Gráfica,
un convoy militar de 45 vehículos (con aproximadamente dos centenares de
militares, médicos y otros trabajadores sanitarios) entró en Texas proveniente
de México cuando en la costa estaba ya el buque militar mexicano
"Papaloapan" con siete vehículos anfibios, ocho unidades todoterreno,
una ambulancia y dos helicópteros de salvamento. Además, México donaría 1
millón de dólares a través de la Cruz Roja Mexicana y una ayuda humanitaria de más
de 200 toneladas de comida que fueron llevadas en 5 aviones de la Fuerza Aérea
Mexicana. De acuerdo con La Prensa Gráfica, tras una operación de tres semanas,
los equipos mexicanos habían servido 170,000 comidas, habían ayudado a
distribuir 184,000 toneladas de ayuda y llevado a cabo medio millar de
consultas médicas. Los marinos mexicanos también ayudaron a limpiar de ramas y
escombros de la localidad costera de Biloxi, en Mississippi. El Departamento de
Estado reconocería la gran ayuda prestada por México: “Apreciamos mucho que el pueblo y el gobierno mexicano vinieran a la
ayuda de aquellos que más lo necesitan”.
El 23% de la población
hispana en Nueva Orleans era de origen mexicano y esa gente que “nos envía
México” se entró con entusiasmo a las labores de rescate y de reconstrucción de
la ciudad; la mitad de ellos, según un estudio realizado, “estaban en situación
irregular” es decir indocumentados.
Ahora el huracán Harvey ha
golpeado dramáticamente a Texas y de nuevo México se ofrece para mandar a su
gente, no a llevar drogas, no a cometer crímenes, no a hacer violaciones, sino
a llevar ayuda a los que han perdido todo en Corpus Christi y Houston: “"Hemos
ofrecido al Gobierno estadounidense toda la ayuda y colaboración que puedan
brindar las distintas dependencias gubernamentales mexicanas para atender los
impactos de este desastre natural, como deben hacerlo siempre los buenos
vecinos en momentos de dificultad", declaró la Secretaría de Relaciones
Exteriores de México.
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