viernes, 25 de agosto de 2017

¡Despierten, ya están aquí!

Mario J. Viera

 “Levantaos, vámonos; mirad, está cerca el que me entrega”. (Marcos 14:42)




El Maestro está al tanto, conoce que la hora de las angustias está próxima, que todo ya está dispuesto para un fatal desenlace y se va con sus discípulos a un monte a meditar. Es bien entrada la noche y les pide a sus seguidores que se mantengan alertas, que no se dejen vencer por el sueño, y se aparta para poder meditar, y se angustia previendo lo que se avecina. Contempla a sus discípulos rendidos por el sueño, es que ¿ni siquiera una hora han podido mantenerse en vigilia?, pero él sigue alerta, meditando en alerta, adivinando lo que se mueve por las laderas del monte, del enemigo que se acerca... “Cómo, ¿todavía están dormidos? ¿No se percatan que el enemigo, siempre en acecho, ya está al alcance? ¿Cómo es posible que, en esta noche, en esta oscura noche, no comprendan que tienen que mantenerse alertas...?” Ya el Maestro escucha el sonar metálico de las armas del perseguidor, el ruido de sus pasos, los rumores de sus voces... ¡Ya llegan...! Decepcionado llega junto a sus discípulos y les grita: “¡Despierten, ya están aquí, y ustedes ni siquiera se han dado cuenta!”

Pensemos y extraigamos enseñanzas de esta anécdota. No podemos ser como los discípulos displicentes del relato que se quedan dormidos en una noche que pudiera ser decisiva. No podemos permitirnos ser sorprendidos en medio de la noche. Ya están aquí, y ganan fuerza, si nos dormimos y no estamos vigilantes, ahora, en este mismo momento, luego ya será tarde. Sabemos quién es el enemigo, sabemos que por años han estado aletargados carentes del necesario apoyo, del imprescindible estímulo’ pero siempre a la espera de cualquier oportunidad para hacer adelantar su prédica de odio e intolerancia. Ahí están, les vimos marchando con actitud marcial, con milicias propias, armadas con fusiles de asalto, por las calles de Charlottesville en Virginia. Hordas, todavía escuálidas, de neo nazis, de miembros del Ku Klux Klan, de los que se creen supremos por tener una piel descolorida, como anémica, de toda esa caterva de la extrema derecha que se propaga por todo el Sur profundo del Jim Crow.

¡Alerta, ya están aquí! Ya se levantan, ya se alían todos los fascistas; ya toman aliento de la retórica del populismo nacionalista reaccionario de un presidente inepto e irresponsable, opuesto a todo principio democrático. “Make America Great Again!”, hacer grande a los Estados Unidos, “Only White” como ordenaban las leyes de Jim Crow; “Land and blood” reclaman los nazis de ahora como antes lo hicieran los nazis iniciales, los de Adolfo Hitler, los de las terribles SS. Ya toda la piara racista se moviliza cuando Jason Kessler convoca a la concentración de Unite the Right a celebrarse en Charlottesville con el pretexto de impedir que se remueva de su pedestal la estatua ecuestre del jefe del Ejército esclavista del Sur entre 1861 y 1865. Y fueron al encuentro de lo más retrógrado, la flor y nata de la intolerancia racial, haciendo acto de presencia el ex líder del KKK que apoya fieramente a Donald Trump, David Duke y junto a él se encontraba el ultra nacionalista y supremacista blanco Richard B. Spencer que ve una conexión profunda entre la ultraderecha y los postulados de Donald Trump y considera que, como él mismo ha dicho, “El partido republicano es el partido de la gente blanca, quiera admitirlo o no. El 90% de sus votos viene de gente blanca, expresa nuestra cultura, Donald Trump dio el primer paso al reconocer esa identidad política”, y le acompañaba el mismo Jason Kessler, junto a otros de menor categoría como Christopher Charles Cantwell y James Alex Fields Junior el asesino del auto, el neo nazi que asesinó a Heather Heyer y atropelló a 19 otras personas que se oponían a las marchas de los supremacistas y neo nazis.


Escuchemos el llamado: “¡Despierten, ya están aquí!

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