Algunos
comentarios que expresara en Facebook y otros datos
Mario
J. Viera
Bueno, ¿qué decir? Esta bomba, la GBU-43/B Massive Ordnance
Air Blast (MOAB), lanzada sobre áreas del distrito de Achin, en la provincia de
Nangarhar, muy cerca de la frontera con Pakistán, ocupadas por las fuerzas del
Estado Islámico en Afganistán, posee un poder aterrador. Es capaz de destruir
totalmente complejos de cavernas y túneles excavados, donde tanto las fuerzas
talibanas como las de Estado Islámico encuentran refugio. La población del
distrito de Achín ─ una fortaleza de los muyahidines durante la ocupación
soviética de Afganistán ─ es totalmente de etnia Pastún la que, según
Wikipedia, ganó “la atención del mundo
durante el crecimiento y posterior caída del talibán, dado que eran el
principal grupo étnico del movimiento”. El distrito de Achin en Nangarhar constituía
un "importante refugio"
para los combatientes del EI en Afganistán y "un gran número de miembros clave del EI" han muerto en la
operación de las fuerzas armadas estadounidenses, informó a Efe Attaullah
Khogyanai, el portavoz del gobernador de Nangarhar. La provincia de Nangarhar es
muy escarpada y una de las zonas donde se sospechaba que pudo haberse escondido
Osama bin Laden.
De acuerdo con un reporte de EFE, el Gobierno afgano afirmó
que estaba en contacto con Estados Unidos e informado del lanzamiento en
Nangarhar del gran artefacto militar.
El Estado Islámico, esas bandas de asesinos y terroristas
fanáticos “notorio por su actividad en Siria e Irak, comenzó en años recientes
a expandirse por Afganistán, donde logró atraer a numerosos seguidores de los
grupos Talibanes en la región, así como islamistas de origen uzbeko”. Sus
crímenes son espantosos por la crueldad con que acometen las ejecuciones de
cientos de personas que consideran infieles. Si la “madre de las bombas” los
convierten en cenizas, no tengo por qué condenar su lanzamiento en Afganistán.
Los yihadistas, del talibán de Al Qaeda y del Estado Islámico deben ser
eliminados, destruidos y convertidos en cenizas. Y aunque fuentes de la OTAN
estiman que a inicios del 2016 el EI entrenaba unos 3,000 combatientes en
Afganistán, en tanto que en los momentos actuales ese número parece haber
disminuido a un nivel entre 600 y 800 hombres en armas, esos elementos
terroristas deben ser finalmente liquidados. En este caso, tal vez algunos me
lo tomen a mal, no tengo por qué condenar esta acción violenta y estremecedora
ordenada por D.T.
Siempre he estado en contra de Donald Trump, porque le
considero un cáncer político; nunca le daré mi apoyo, pero lanzar una tan
terrible bomba sobre los talibanes, esas bestias sedientas de sangre, llenos de
odio por todos los valores humanos y enemigos de la paz, de la convivencia, de
la tolerancia, no lo tengo a mal. Los terroristas del Estado Islámico deben ser
borrados definitivamente de la faz de la tierra.
Es cierto que, en el fondo y en el propósito del
lanzamiento de tan terrible artefacto de guerra está la intención de D.T. de
una demostración de fuerza, contra Corea del Norte y quizá contra Irán. Una
demostración de fuerzas tal y como la del presidente demócrata Harry S. Truman
cuando arrojara el 6 de agosto de 1945 su primera bomba atómica sobre la ciudad
japonesa de Hiroshima y tres días después la segunda el 9 de agosto sobre
Nagasaki, con el pretexto de que Japón resistiría hasta su último hombre sin
aceptar la rendición incondicional. Con estos horrorosos ataques Truman estaba
dando una demostración del poderío militar de Estados Unidos a la Unión
Soviética. Detesto a D.T. y a su política neofascista, pero más detesto a los
terroristas del Estado Islámico y aunque la intención sea torcida, no condeno
un ataque poderoso y destructivo contra el Estado Islámico y los talibanes que
hubiera sido lanzado con iguales propósitos por Georg W. Bush, Barack Obama o
por el payaso de Donald Trump.
Lo torcido de D.T. en el lanzamiento de esta gran bomba
contra los talibanes es el mensaje oculto de malas intenciones que contiene.
Quiere imponer el miedo en todo el mundo, quiere retar al loco de Corea del
Norte, intimidar a China y eso sí es altamente peligroso. Contra los yihadistas
está bien, pero de ahí a pasar a una fase de provocación a países con capacidad
de respuesta nuclear ya es otra cosa ¡Cuidado Donald Trump! Cuidado no
comprometa a Estados Unidos en una devastadora guerra con Corea del Norte, con
China, con Irán y con Rusia eso sería el gran holocausto de la humanidad si
antes no lo sacan de la Casa Blanca a donde nunca debió llegar.
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