sábado, 28 de julio de 2012

Comedia bolivariana


Jesús Heras. ABC DE LA SEMANA

Era lógico que Chávez utilizara la figura de Bolívar con fines electorales.  De otra manera no se explicaba la exhumación de sus restos; la contratación de especialistas para la reconstrucción digital de su rostro, ni tampoco la construcción de un costoso mausoleo.

“El culto a Bolívar” como lo definiera el historiador Germán Carrera Damas no es nuevo. Ha servido a dictadores desde el siglo diecinueve hasta nuestros días para exacerbar la fibra patriótica. Pero con Chávez se da una circunstancia distinta. Su personalidad mesiánica, suficientemente estudiada por especialistas, requiere de la herencia y el nombre del prócer para alimentar su propósito continuista en el poder.

No importa que en ese camino se mienta, se altere la historia y se destinen los dineros públicos para ceremonias propias de los más primitivos despotismos. Eso hemos presenciado los venezolanos en los últimos días ¿Hasta dónde esta enloquecida  exaltación es beneficiosa en términos electorales? ¿Acaso alguien discute que Bolívar es el Padre de la Patria? ¿Acaso alguien desconoce su origen o sus riquezas? El historiador Guillermo Morón ha puesto las cosas en su lugar: “Bolívar era aristócrata, mantuano, burgués, adinerado y blanco. Todo lo que odia Chávez”.

Pero las cosas no hay que tomarlas demasiado en serio. Sobre todo cuando provienen de un hombre enfermo. Si la nueva cara del Libertador, surgida de la “supuesta” reconstrucción computarizada de su rostro es veraz, sólo existen dos explicaciones posibles. O bien los mejores pintores de la época eran malazos o los restos, exhumados por Hugo Chávez, no corresponden al Libertador.

Con relación al mausoleo destinado a los restos de nuestro héroe histórico, difícil es distinguirlo, por su forma, del arquetipo de velero que sirvió de inspiración para el diseño del famoso hotel, Burj al Arab de Dubái, preferido por las parejas más ricas del mundo para sus Lunas de Miel.

Solo que Bolívar, sin Manuelita a su lado, ya no está para esos trotes. Y Hugo Chávez enfermo como se encuentra, mucho menos lo está.

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