Carlos de la Torre. HOY.com
Si algo hace bien el correísmo es la publicidad. Si yo
fuese empresario de la urea no dudaría en contratar a los Alvarado para que
hagan propagandas de lo maravilloso que es mi producto y lo honesto que es mi
negocio.
La última obra de los Alvarado, o de quienes trabajan
para ellos pues es una pena que no se diga quién hace los spots, no tiene mucho
que ver con la urea. Quienes no hayan tenido la oportunidad de ver el video
"Yo acuso a Rafael Correa" que fue transmitido hasta el cansancio por
la tele lo pueden ver en YouTube si son masoquistas, vagos como yo, o forofos
del presidente.
En este video, Correa es transmutado en un ser
sobrehumano y excepcional. Es la encarnación del progreso, y un señor indígena
desde el puente del Napo dice que nos llevará al desarrollo. Su Gobierno no
solo hace obra material en este mundo, es fundamentalmente espiritual. Correa
es la esperanza, nos ha devuelto la autoestima y la dignidad. Los enemigos son
la prensa corrupta. Por esto el video termina ofreciendo dos alternativas:
"Rafael para tu pueblo", "Correa para los corruptos".
La publicidad tiene la virtud de revelar la realidad.
Correa ya no es un político más.
Es el redentor, es nuestro padre bondadoso y sabio, es
quien hace obra y siembra esperanza. Es el santo que es injustamente atacado
por los corruptos que son enemigos del pueblo, del Mesías y de Dios.
Quienes no alaban al patriarca benefactor son inmundos
por definición. Quienes no aceptan su amor y sabiduría se merecen correazos. Al
igual que el Dios del antiguo testamento y como un padre chapado a la antigua,
el líder bondadoso y generoso debe castigar a los envenenados que tienen mala
fe.
Los latigazos son para su propio bien y los de la nación.
Los correazos les limpiarán sus pecados, son los silicios
que los redimirán y les enseñarán que Correa es la luz y la esperanza.
En su infinita sabiduría y bondad, el Cordero de Dios
casi da su vida por nuestra redención.
El líder es representado como un héroe en los momentos en
que su machismo casi le cuesta la vida.
Por esto se ven imágenes del patriarca valiente exigiendo
que los policías le disparen si son hombres de verdad. Al igual que Cristo fue
torturado por los infieles manipulados por los corruptos, pero resucitó. Dejó
de ser un hombre más, se transmutó en el líder necesario para alcanzar el
paraíso terrenal y compartir la comunión con los santos en su tercera elección.
Esta propaganda además manipula apelando a valores
autoritarios aprendidos desde la infancia.
Correa es el patriarca, el macho alfa del clan. Los
ciudadanos son emasculados e infantilizados. Si no aceptan el amor que el
patriarca ofrece a su pueblo se transforman en corruptos y se merecen al igual
que las mujeres que no obedecen las directrices del padre, del hermano y del
marido ser castigadas a correazos. ¡Qué mejor que hacerlo en público mostrando
en las cadenas y en las sabatinas las fotos de los corruptos infames!
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