El Gobernador de Florida pierde apoyos a pasos agigantados entre republicanos y demócratas.
Rui Ferreira | Miami. EL MUNDO AMERICA.
El gobernador del Tea Party
El gobernador de Florida, Rick Scott, todavía no lleva dos meses en el puesto y ya está siendo atacado por todos los flancos. Resulta que a este empresario, que ingresó al Partido Republicano como plataforma para llegar al puesto, se la ha ocurrido cancelar el mayor proyecto de transporte público que el estado tenía planificado: un tren bala entre la ciudad de Tampa, al noroeste, y Orlando, al centro, con posibilidades de extenderse al sur, a Miami.
Según Scott, el estado no se encuentra en la posición de poder gastar los 2.400 millones de dólares que cuesta el proyecto, un dinero que será prestado primero por el Gobierno federal, y devuelto una vez que el tren bala comience a generar ingresos.
Para el Gobernador, en medio de la crisis económica y con un presupuesto apretado, no es posible asumir esos gastos. Una postura frenéticamente aplaudida por los seguidores del 'Tea Party', que abogan por la reducción de los gastos federales y el no retorno de los préstamos para obras públicas, con el argumento de que provienen de los impuestos.
Lo que el gobernador no dice es que su campaña política fue fuertemente subsidiada por la industria automóvil y las gasolineras. Tradicionalmente en Florida, los grupos de presión de esas industrias han sido muy fuertes, razón por la cual el transporte público no ha sido ampliamente desarrollado.
Scott, además, ha dicho que el proyecto le costará al estado otros 3.000 millones adicionales, aunque no ha mostrado de dónde sacó esa cifra que, dicen sus opositores, es sencillamente "una tontería" del gobernador.
El descontento con el gobernador abarca tanto a republicanos como demócratas. Según dos congresistas estatales de Florida, la demócrata Arthenia Joyner y el republicano Thad Altman, la cancelación del proyecto mata 1.500 puestos de trabajo y un sondeo reciente de la firma Harris Interactive, reveló que el 67% de los floridanos apoyan el proyecto mientras el 17% se opone.
Joyner y Altman creen que al cancelar el proyecto, el gobernador se ha extralimitado en sus funciones por lo cual han entablado una demanda en las cortes estatales para impedirlo de descarrilar un proyecto cuya planificación ha tardado casi una década.
"Lo único que nos preocupa y darle trabajo a Florida", explicó la congresista Joyner, citando una de las consignas de campaña del propio Scott.
En la demanda se pretende obligar a Scott a recibir "rápidamente" los fondos federales para el proyecto y comenzar la construcción del tren bala. Además, se solicita al juez que ordene, si es necesario, que obligue al gobernador a esperar que la secretaria del Transporte, Ray LaHood, envíe la totalidad de los fondos prometidos.
Scott tuvo una reunión la semana pasada con LaHood. Pero no fue muy provechosa. El gobernador prometió enviar a una carta a la Secretaria de Transporte con todo lo que Florida necesita para construir el tren bala. Hasta el miércoles no envió nada, dijeron fuentes de la secretaría.
Para los analistas es "extraordinario" que un gobernador haya logrado unir a los dos partidos contra sus planes, a escasos dos meses de su elección. "Al menos nunca ha pasado con ninguno que haya logrado recaudar tanto dinero como este", dijo la analista Susan MacManus, de la Universidad del Sur de Florida.
El tren bala en Florida es un proyecto franco-estadounidense.
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