Ya vuelan aviones franceses sobre cielo de Libia. Gadafi no cumplió el alto al fuego. La reacción de las fuerzas de la coalición se moviliza.
Locura, prepotencia, egolatría es la clara actitud del asqueroso tirano libio. Como todos los déspotas totalitarios se cree que los pueblos son piezas de uso propio. Se identifican ellos mismos como la representación del propio país; como Fidel Castro que en su día reclamó que él era la revolución, Gadafi se proclama a sí mismo ser Libia.
“El pueblo libio está preparado a morir por mí” dijo Gadafi en carta que le enviara al presidente de los Estados Unidos. Para él no es por un ideal que su pueblo supuestamente esté preparado a morir en su defensa. No, él y solo él, es la causa de su pueblo; su figura es la bandera.
El pueblo de Libia está preparado a morir luchando por el rescate de su dignidad, por su derecho a ser él mismo, por su libertad como seres humanos. El pueblo libio lo ha probado enfrentándose en desigual batalla con las tropas de la tiranía, combatiendo con armas de infantería a las unidades de tanques, a las hordas de mercenarios, defendiéndose con ametralladoras antiaéreas montadas sobre las camas de camionetas civiles.
Gadafi, “ha mentido a la comunidad internacional. Prometió un alto el fuego y no lo ha cumplido” como declarara el Primer Ministro británico David Cameron ante la Cumbre de Paris que reunía a representantes de Francia, Gran Bretaña, Alemania, Bélgica, Estados Unidos, España, Dinamarca, Noruega, Grecia, Canadá, Holanda, Polonia; los representantes de los países árabes, Jordania, Irak, Emiratos Arabes Unidos, Catar y Marruecos; miembros del Consejo Europeo, la Unión Europea, la Liga Arabe y la ONU en la persona de su secretario general Ban Ki- moon.
El presidente de Francia expresa claramente la opinión general: "Intervenimos hoy en Libia, bajo el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, con nuestros aliados, y especialmente con nuestros aliados árabes. Lo hacemos para proteger la población civil de la locura criminal de un régimen que, asesinando a su propio pueblo, ha perdido toda legitimad".
Gadafi perdió la legitimidad desde el mismo momento que lanzó la represión y la violencia contra las masivas demostraciones populares que pacíficamente reclamaban su renuncia. La legitimidad de defensa de un gobierno contra cuadrillas armadas rebeladas contra la autoridad, la perdió Gadafi con sus ataques indiscriminados sobre las poblaciones insubordinadas pero sin armas. A la violencia, el pueblo libio recurrió a la autodefensa y se armó como pudo para rechazar la agresión.
Bengasi
La astucia de zorro que el dictador ha alcanzado en sus cuatro décadas de poder absoluto le hará buscar algún medio propicio que provoque un desembarco militar de las potencias de la coalición para generar el descontento de la Liga Arabe. El conoce que Amr Musa, secretario general de la Liga Arabe ha dejado bien en claro: "El objetivo primordial es proteger a los civiles, y no invadir (...) un país. No queremos que ninguna parte vaya demasiado lejos”.
En Bengasi, los civiles esperan con ansiedad la acción de la coalición para detener los ataques que el prepotente tirano lanza sobre el bastión de la resistencia.
Según The Independent, los residentes se han mostrado enojados ante la demora de Occidente para detener la agresividad de las fuerzas pro Gadafi. “Europa y Estados Unidos nos han vendido”, asegura con amargura Hassan Marouf, un hombre de 58 años parado ante la puerta de su casa en Bengasi. “Hemos escuchado bombardeos toda la noche ─ agregó ─ y ellos no están haciendo nada. ¿Por qué? No tenemos otra ayuda que la de Dios”
Si, los bombardeos han continuado. La población teme por su vida. Gadafi ha pretendido engañar a la opinión internacional declarando que ha hecho un alto al fuego.
Marouf ha dicho lo que es el sentir de la resistencia libia: “Nosotros los hombres no tememos morir; pero hay mujeres y niños adentro y ellos lloran a lágrimas vivas"
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