viernes, 15 de marzo de 2013

El triunfo de la oposición


Francisco Rivero Valera. EL UNIVERSAL

El éxito político de la oposición ha hecho historia en varios países del mundo.

En Chile, por ejemplo, el triunfo de la oposición sobre la dictadura militar de Pinochet ocurrió en el plebiscito de 1988. Con 2 estrategias básicas: la auténtica unidad de la oposición y, en consecuencia, su presentación en las elecciones con la tarjeta única.

En Nicaragua, la Unión Nacional Opositora repitió la misma hazaña en 1990, con la derrota electoral del presidente Daniel Ortega y del Frente Nacional de Liberación Sandinista. Y con el final de un período revolucionario de 12 años, iniciado en 1978.

En Japón, la oposición japonesa derrotó al Partido Liberal Demócrata en el 2009, bajo el lema en la unión está la fuerza. Y fue el final de un período de gobierno ejercido por un solo partido político durante 54 años.

En Egipto, la oposición unida promovió la renuncia de Hosni Mubarak en el 2011. Y el final de una dictadura con 30 años en el poder.

Y demás.

Lo interesante en saber es que la oposición política en cualquier país, sin importar sus diferencias geográficas, culturales, económicas y sociales, puede tener éxito  siempre y cuando logre hablar con un solo idioma: la unidad y con un objetivo: la defensa de la democracia.

En Venezuela, en cambio, la oposición no ha tenido la misma suerte.

En el 2012 sufrió doble derrota electoral: en las elecciones presidenciales y en las regionales del 16 de diciembre. Por 3 razones básicas: 1 extrínseca, inherente al abuso de poder del régimen. Y 2 razones intrínsecas de la Mesa de la Unidad Democrática: existencia de una unidad más de forma que de fondo, y selección de la tarjeta unitaria, y no de la tarjeta única, por falta de desprendimiento de  los intereses particulares de los partidos políticos. Y esos errores se pagan caros.

Pero, ahora  la oposición venezolana tiene la oportunidad de su vida para ganar las nuevas elecciones presidenciales del 14 de abril. Solo necesita consolidar la unidad y utilizar la tarjeta única. Sin embargo, dependiendo del ángulo con que se mire, ante la actual situación política del país, también se puede decir que la oposición tiene asegurado el triunfo en estas elecciones, gane o pierda en la totalización de votos.

O sea, si la oposición pierde las elecciones, el próximo gobierno comunista será de corta duración, no solo por la imposibilidad de recuperar el mal hecho en estos 15 años  sino por su eficiencia en crear y profundizar las crisis. Al fin y al cabo siempre han demostrado ser muy eficientes con su ineficiencia. Después, a corto plazo sus propios seguidores serán los encargados de suplicar cambio de gobierno, de ejecutar el final de un período  catastrófico que va para 15 años y de decir adiós al socialismo del siglo XXI.

Y, al contrario, si la oposición gana la presidencia, sería el responsable de hacer flotar este país sumergido en la crítica situación social, económica y política socialista vista en los indicadores económicos, en la renuencia de Rusia y China de no concertar nuevos convenios, y en el temor del régimen cubano de no recibir la ayuda pactada. Pero, reflotar al país sería difícil por 3 problemas: implacable y saboteadora oposición chavista, aplicación de medidas económicas necesarias, y de alto impacto social, y pérdida de apoyo político. Al final el Gobierno también correría el riesgo de ser de corta duración.

Sin embargo, recordemos que para lograr el triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios. Simón Bolívar.

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