Olga Connor.
EL NUEVO HERALD
Nicolás Márquez es un
escritor argentino, periodista y abogado, que se ha especializado en investigar
los casos de personalidades del mundo latinoamericano que se han desviado de la
tradición democrática del continente. El
canalla: la verdadera historia del Che Guevara (2009) es uno de ellos. Le
ha seguido con una serie sobre “el socialismo del siglo XXI”: Chávez, de Bolívar al narcoterrorismo
(2010), El impostor Evo Morales: de la
Pachamama al Narco-Estado y El
cuentero de Carondelet: Rafael Correa (2013, Buenos Aires, ContraCultura).
Este último fue
presentado por el Interamerican Institute
for Democracy y por el Diario Las Américas en el Instituto de Estudios
Cubanos y Cubano Americanos de la Universidad de Miami (ICCAS), con palabras
introductorias de Guillermo Lousteau, presidente del IID; José Benegas; Carlos
Alberto Montaner, y del propio autor.
Lousteau se refirió al
excelente prólogo de Ricardo López Murphy, presidente de Red Liberal de América
Latina (RELIAL), en el que se destaca la pugna en el continente por instaurar
dos modelos contrarios, la democracia republicana y representativa, y el socialismo
del siglo XXI. La primera permite el pluralismo y la alternancia en el poder
gubernamental, con elecciones populares y división de poderes. Se promueve la
libertad de prensa, la economía de la sociedad civil y la iniciativa privada,
que solo se puede mantener con la defensa de los derechos de la propiedad.
Mientras que en el
otro modelo, el socialismo del siglo XXI, predominante en países como
Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y recientemente Argentina, (sin contar
con su origen, Cuba), “no hay un rol en
ese sistema para la sociedad civil, ni tampoco un peso sustancial para la
representación política”, escribe López Murphy. “La militancia se convierte en el centro de la vida de todos los
pobladores”, dice. Esto da lugar a manifestaciones y movilizaciones, que
lógicamente ocupan el lugar de actividades libres de la sociedad civil. En el
debate sobre estos dos modelos hay que inquirir sobre las mediciones de
indicadores del bienestar de la sociedad.
El libro de Márquez es
un retrato Rafael Correa y su gobierno en el palacio de Carondelet, con sus
invenciones y mentiras, y está basado de una investigación sobre el terreno.
“La entronización del caudillo es el producto de la ideología populista”,
comentó Lousteau (aunque uno se pregunta si en Argentina sería “la caudilla”).
José Benegas se
refirió a la obra previa de Márquez, y Montaner hizo una historia de los
diferentes sistemas de gobierno, y comentó especialmente sobre la influencia en
Correa de la teología de la liberación ─ que plantea que las naciones ricas lo
son a costa de las más pobres.
Finalmente habló
Márquez, quien relató el viaje reciente de Correa a Chile y su visita a la
tumba de Salvador Allende, lo que denota sus inclinaciones políticas. “Allende no era un demócrata, sólo quisieron
venderle a la gente esa idea de que lo era”, afirmó. “Cuando Regis Debray le preguntó a Allende en 1970 que pensaba de Che
Guevara y la juventud chilena, este le respondió: ‘No ha habido un ser más
consecuente con sus ideales continentales’. Allende quería un modelo
totalitario al estilo castro-comunista. Estas son dictaduras perfectas que
aparentan no serlo”.
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