sábado, 2 de febrero de 2013

Con la autoestima en el piso


En los últimos años, todo parece indicar que esa baja autoestima se está imponiendo en el contexto social de Venezuela por influencia negativa, intencional y permanente de modelos de liderazgo que gobiernan al país, que inducen a creer en que los antivalores son alternativa de desarrollo, algo paradójico.

Francisco Rivero Valera. EL UNIVERSAL

La Autoestima es el amor propio y la dignidad. O sea, la percepción evaluativa de uno mismo. R Burns.

La autoestima es una condición psicológica natural del ser humano, influenciable positiva o negativamente por otras personas y valores del colectivo.

Puede ser alta y baja.

La persona con alta autoestima es optimista. Segura de sí misma. Se acepta con sus valores, fortalezas y debilidades. Es inconforme ante el progreso. Enfrenta fracasos como aprendizaje. Se siente digna de ser respetada y respeta a los semejantes, con sus méritos y errores.

Las personas con alta autoestima defienden su dignidad aún en situaciones adversas y extremas de vida o muerte, porque dignidad es sinónimo  de libertad, creatividad y de ser racional con valores morales.

Lo contrario es baja autoestima. N Branden.

La autoestima es una necesidad humana. Se ubica en la pirámide de Maslow, antes de la autorrealización y después de la aceptación social, seguridad y necesidades fisiológicas. Y cataliza nuestra manera de pensar, sentir, decidir y actuar con 2 pilares fundamentales: la autoeficacia y la autodignidad.

La autoeficacia es la capacidad de confiar en sí mismo. Y de comprender la realidad de los hechos.

Y la autodignidad es la seguridad de nuestro valor como personas, origen de la actitud positiva para exigir el derecho a vivir, triunfar y ser felices. Bonet.

Personas con alta autoeficiencia y autodignidad tienen alta autoestima e integran comunidades identificadas con el progreso. Y la gente con baja autoestima tiene pobre autoeficiencia y autodignidad y constituyen comunidades sumidas en el atraso y en la marginalidad, entendiendo por marginalidad, más que vivir al margen del alto status socioeconómico, la carencia de objetivos personales.

En nuestro país, por ejemplo, la autoestima divide a los venezolanos en 2 grupos.

-Venezolanos que creen y defienden su derecho a ser, poder y tener. Serían las personas con alta autoestima, preocupadas por el progreso personal y del país.

-Y, compatriotas enterrados en su negación de crecer. Serían personas con autoestima  baja, como en el piso, sumergidas en la marginalidad y en el atraso. M. Barroso.

En los últimos años, todo parece indicar que esa baja autoestima se está imponiendo en el contexto social de Venezuela por influencia negativa, intencional y permanente de modelos de liderazgo que gobiernan al país, que inducen a creer en que los antivalores son alternativa de desarrollo, algo paradójico. Y se evidencia en la actitud de conformismo y mediocridad de los venezolanos en el trabajo, el lenguaje, la apariencia personal, el irrespeto a los derechos de los demás, tolerancia al atropello, dependencia económica del Estado, corrupción, delincuencia y demás.

Sin embargo, si la autoestima es inducida por personas negativas, también es influenciable con la educación positiva. Sería el proyecto de venezolanos con alta autoestima que buscan alternativas para cambiar. Una de ellas es la reingeniería del pensamiento con programas educativos de nuestras universidades. Verbigracia: Compromiso con los Valores, de la UCV, para jóvenes en edad escolar. El Nacional 18-03-12.

Y aunque falta mucho por hacer para cambiar, sería bueno recordar que el recorrido de 10.000 kilómetros siempre comienza con un primer paso. P Ch.

Comencemos con el resultado de su autoevaluación. Si es alta su autoestima, entenderá que los venezolanos tenemos una sola alternativa para salir de abajo: cambiar de actitud.

Que así sea.

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