miércoles, 27 de febrero de 2013

Del caracazo a la Operación Digan La Verdad


Mario J. Viera

Ocurrió hace 24 años, un 27 de febrero. La violencia social se había desatado sangrientamente sobre Caracas. Había comenzado como una protesta pacífica contra la crisis en que se sumió la economía venezolana y degeneró en enfrentamientos de la población de los barrios humildes con las fuerzas represivas y en saqueos generalizados. Aquellos desmanes que provocaron más de 400 muertes fue el Caracazo, una fecha de la que el chavismo se ha adueñado.

El Diario de Caracas recuerda la fecha diciendo:

La llegada, cada año, del 27 de febrero es ocasión para los consabidos “resúmenes analíticos” de prensa y muy especialmente para los fastos hipócritas de los revolucionarios, quienes han acuñado la fecha como un referente ancestral de su falsario altar epopéyico. De este modo, los desmanes protagonizados aquel vergonzoso día por caraqueños de distintos estratos sociales (pues no fueron sólo los más pobres quienes salieron de sus casas a apropiarse de lo ajeno) pasaron a ser una gesta gloriosa del pueblo venezolano, nada menos que inspiradora del movimiento redentorista que 3 años más tarde encabezaría su hoy endiosado líder máximo.

Y como los comunistas son lo más parecido en dextrógiro a los fascistas, ahora los usurpadores del gobierno venezolano celebran y festejan el Caracazo; celebran como fiesta una fecha que debiera ser luctuosa, como el castrismo celebra la fecha del 26 de julio cuando en 1953 se produjo el sangriento fracaso de la aventura castrista del asalto al cuartel Moncada. Son iguales en su culto necrofílico. En la Plaza Caracas celebran Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.

Y responde Henrique Capriles Radonski al festejo diciendo: “Ellos viven todos los días en una fiesta, un jolgorio y no entienden que eso no cambia nuestra Venezuela ni a nuestro estado. Un día como hoy, es un día triste en nuestra historia, la muerte no se celebra”, y agrega: “Este país necesita de nuestro estado por eso mientras ellos celebran, nosotros caminamos y nos metemos en las comunidades para conocer y dar respuesta a las necesidades de nuestro pueblo”.

Y en el jolgorio “revolucionario”, Cabello la emprende contra los estudiantes que protestan frente a la embajada de los Castro ─ que no de Cuba ─ y en el municipio caraqueño de Cachao: “Están (los estudiantes) en las calles defendiendo a la ultraderecha venezolana y el fascismo. El país es testigo de lo que le hicieron a un señor quitándole el marcapasos. Al menos abusadores son. Y esos son los que quieren parecerse a un pueblo noble y valiente”. Mas nada dice de la represión violenta que militares y policías han lanzado contra los jóvenes de la Operación Digan La Verdad.

Pero el vicepresidente al que nadie le diera su voto y se muestra como si fuera el propio presidente de Venezuela no se queda  corto en sus expresiones de odio: “El pueblo rebelde del 27-F hoy es Gobierno. Por eso, hoy no habrá ningún burguesito que venga a joder al pueblo”.

Vale entonces la réplica de Capriles: “Cuando una persona insulta a otra por la mañana, por la tarde y por la noche, es porque no tiene nada que proponer. No tiene proyecto, ni visión. En vez de estar insultando y descalificando pónganse a trabajar”.

En la Avenida Uslar del Chacao permanecen encadenados los estudiantes. La fuerza de los efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Nacional no les hace desistir. El Secretario General de la FCU de la Universidad de Los Andes (ULA) manifiesta la disposición que les anima de mantener la protesta pacífica: “Vamos a permanecer (encadenados) el tiempo que sea necesario. Invitamos a los venezolanos a que se suman a esta protesta que busca que se diga la verdad”. Y la verdad que quieren se les diga es conocer “en qué condiciones está el Presidente y si está en condiciones de gobernar”. Así, de sencillo, porque no hay noticia sobre la salud de Hugo Chávez que no sea aquello que quieran decir Maduro y Cabello.

Ellos, los estudiantes han emitido un comunicado donde plantean la médula de lo que han denominado “Operación Digan la Verdad”: “Ningún venezolano, independiente de su posición política, cree realmente en las informaciones "oficiales" sobre la salud del Presidente. Todos sabemos que están ocultando la verdad y que Nicolás Maduro es el principal beneficiado de esta crisis nacional”.

Expresan también su rechazo “a seguir permitiendo que Nicolás Maduro se mantenga en el poder sin votos, gobernando a través de firmas electrónicas y reuniones fantasiosas con las cuales justifican medidas tan inaceptables como la devaluación de (la) moneda y el paquetazo económico”.

Y reclama el comunicado de la Operación Digan la Verdad:

Cada vez que disparan contra nosotros, disparan contra el pueblo. Cada vez que golpean nuestros cuerpos, golpean la dignidad del país. Cada vez que dispersan una protesta con sus bombas, dispersan la posibilidad de que se respete la ley en Venezuela.

Chávez continúa siendo un fantasma. La verdad que se oculte ahora será la mentira que el pueblo simple no les perdonará a los que han jugado con su esperanza, con los que les han mentido. Chávez es como un ídolo para muchos incautos, si ha muerto, o si está incapacitado para gobernar y los pretendientes al trono lo han ocultado por sus anhelos de poder, será su debacle. Con la fe de los pueblos es peligroso jugar sucio y esto es lo que hacen ahora Maduro y Cabello.

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