El diario español EL PAIS, publicó un artículo referido a la conferencia de prensa en la que el presidente de los Estados Unidos, Barak Obama se refería a los últimos acontecimientos producidos en Egipto e Irán.
Obama ha mandado un mensaje claro a los autócratas de Oriente Próximo, señaló el diario: "El mundo está cambiando. Ha surgido una generación joven y vibrante que busca mayores oportunidades. Hay que estar a la cabeza del cambio; no se puede estar por detrás de la ola".
En referencia particular a Irán, escribe el autor del artículo, donde el gobierno ha reprimido las protestas de los últimos días y ha encarcelado a líderes de la oposición, Obama ha dicho que "lo que es verdad para Egipto tiene que ser verdad para Irán". Ha asegurado que las demandas de los manifestantes iraníes son las mismas de los que protestaron en Egipto. "Lo que es diferente", ha añadido, "es la respuesta del gobierno, que en el caso de Irán ha sido la de disparar a la gente, golpearles y arrestarles".
Asegurando que los Estados Unidos no va a dictarles a los gobiernos del medio oriente la forma en que tienen que gobernar a sus países, Obama agregó: "Pero hay ciertos principios universales a los que nos adherimos y uno de ellos es el de no utilizar la violación y la coerción para mantener el control, y otro es el derecho a la libertad de expresión".
Del otro lado del Estrecho de la Florida apareció una nueva “reflexión” del senil líder de la llamada “revolución cubana’ referida a los sucesos ocurridos en Egipto. Castro aseguró que apoyaba “al pueblo egipcio y su valiente lucha por sus derechos políticos y la justicia social”. Siempre enfocando el tema desde su característica posición de demonizar a los Estados Unidos. “…el pueblo egipcio logró un importante objetivo: derrocar al principal aliado de Estados Unidos en el seno de los países árabes. Mubarak oprimía y saqueaba a su propio pueblo, era enemigo de los palestinos y cómplice de Israel, la sexta potencia nuclear del planeta, asociada al grupo belicoso de la OTAN”. Más adelante anotaría: “Egipto, un país árabe, fue convertido en el segundo receptor de armas norteamericanas. ¿Para luchar contra quién? ¿Contra otro país árabe? ¿Contra el propio pueblo egipcio?”.
Pasó por alto que durante las protestas en Túnez y Egipto no hubo manifestaciones en contra de los Estados Unidos ni se quemaron banderas de ese país. El pueblo egipcio, como el tunecino, se había movilizado en contra de una dictadura continuista como la que existe en Cuba y se pronunció a favor de la democracia.
Uno de los párrafos más interesantes de esta “reflexión” castrista es la que se cita a continuación. “Sería un error imaginar que el movimiento popular revolucionario en Egipto obedece teóricamente a una reacción contra las violaciones a sus derechos más elementales. Los pueblos no desafían la represión y la muerte ni permanecen noches enteras protestando con energía por cuestiones simplemente formales. Lo hacen cuando sus derechos legales y materiales son sacrificados sin piedad Sería un error imaginar que el movimiento popular revolucionario en Egipto obedece teóricamente a una reacción contra las violaciones a sus derechos más elementales. Los pueblos no desafían la represión y la muerte ni permanecen noches enteras protestando con energía por cuestiones simplemente formales. Lo hacen cuando sus derechos legales y materiales son sacrificados sin piedad a las exigencias insaciables de políticos corruptos y de los círculos nacionales e internacionales que saquean el país”.
Un grado mayor de cinismo no se puede pedir. Castro ha presidido un gobierno que sacrificó y continúa sacrificando sin piedad los derechos legales y materiales del pueblo cubano “a las exigencias insaciables de políticos corruptos y de los círculos nacionales e internacionales que saquean el país”.
Durante su gobierno, Cuba se entregó en cuerpo y alma a los intereses del círculo internacional que constituía el bloque soviético. Fue una pieza importante a favor del imperialismo soviético en plena guerra fría. Cuba se convirtió en la azucarera del CAME, lo que conllevó a la ruina de la industria del azúcar cubano. Cuba suministró carne de cañón para las guerras auspiciadas por los intereses del comunismo internacional. Cuba ha estado sometida por cinco décadas a los espurios intereses de una clase parasitaria que se apoderó de su gobierno que le ha mantenido en condiciones de extrema pobreza y convertido en una gigantesca cárcel.
El castrismo hipócritamente alaba el coraje del pueblo egipcio, pero como Mubarak, o peor que él, mantiene un régimen que niega los derechos elementales de la población; que condena a sus oponentes a la cárcel, a la vejación, a la marginalización. Contra las expresiones de rebeldía popular lanza sus turbas como hiciera Mubarak. Golpea, acosa sin importarle qué medios utilizar con tal de lograr su objetivo: silenciar la protesta popular.
Tal vez, algún día, se produzca en Cuba una revolución pacífica de pueblo en contra de la opresión de corte fascista marxistóide que durante tantos años ha estado padeciendo. Entonces se verán los tanques en las calles. Entonces se verán a las tropas del Ministerio del Interior lanzando furiosos ataques contra la población inerme que reclame un retorno a la democracia.
Esa sería la respuesta del gobierno gerontócrata, que como en el caso de Irán sería la de “disparar a la gente, golpearles y arrestarles". Lo que vale para Egipto vale también para Cuba.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario