Tomado de EL PAIS
Un adolescente, de alrededor de 14 años y vestido con uniforme escolar, consiguió colarse en un centro de reclutamiento militar en Mardán, en el noroeste de Pakistán y mató a 31 militares y hirió al menos a 36, 16 gravemente, al hacer explotar el chaleco cargado de explosivos que llevaba. El atentado suicida, reivindicado por talibanes aliados de Al Qaeda, se produjo mientras las víctimas estaban haciendo la instrucción matinal sobre las ocho de la mañana (hora local).
Corresponsales de la BBC aseguran que tropas de las fuerzas armadas paquistaníes han descubierto campamentos en el noroeste del país en los que se entrenan a niños de 10 a 12 años para inmolarse. Cuentan también que el número de atentados con suicidas adolescentes ha aumentado.
Un oficial de policía ha explicado a AFP que el joven suicida iba vestido con el uniforme de un colegio cercano al centro de reclutamiento atacado, pero no era estudiante en esa escuela.
Un portavoz del Movimiento de Talibanes de Pakistán, Azam Tariq, ha reivindicado la autoría del atentado en conversación telefónica con AFP desde un lugar desconocido. "Vamos a seguir con este tipo de ataques dirigidos a los protegidos de EE UU, y lo haremos para vengarnos de los lanzamientos de misiles y las operaciones militares en zonas tribales hasta que estos cesen", ha añadido Tariq. Este grupo es el principal responsable de una ola de casi 450 atentados -suicidas, principalmente-, que han causado más de 4.000 muertes en todo el país en los últimos tres años y medio.
Algo más…
El Gobierno paquistaní ha encarcelado a Muhammad Samiullah, de 17 años, acusado de blasfemia por unos supuestos comentarios sobre el Profeta en un examen escrito para su escuela en abril de 2010. Samiullah fue arrestado el pasado 28 de enero y permanece en una prisión juvenil en Karachi, el centro financiero del país, en espera de juicio.
"El Gobierno de Pakistán debe retirar inmediatamente los cargos por blasfemia contra un estudiante de 17 años y brindarle una liberación segura". Con estas palabras Human Rights Watch (HRW) ha comenzado hoy una campaña a favor del joven.
Pakistán se caracteriza por el abuso de la ley de la blasfemia, "pero mandar a un estudiante a prisión por algo que garabateó en un examen de escuela es realmente horrible", asegura en un comunicado Bede Sheppard, investigador de derechos de los niños de HRW.
La ley de la blasfemia, introducida en el Código Penal en los años ochenta, durante el mandato del dictador Muhammad Zia ul Haq, volvió al foco de atención internacional en noviembre pasado. Entonces, una cristiana llamada Asia Bibi fue condenada a muerte. En enero, el gobernador del Punjab, Salman Taseer, fue asesinado por uno de sus guardaespaldas por su postura pública en contra de la ley.
Tras su asesinato, 40.000 personas se manifestaron en Karachi para apoyar al asesino, Mumtaz Qadri, que aseguró en la corte que creía que Taseer era un blasfemo, lo que mostró la gran división en Pakistán por esta ley.
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