Acoso a las Damas de Blanco
Aparece en la TV un provocador de la seguridad del estado atacando con duros calificativos a las Damas de Blanco y a la persona de su vocera Laura Pollán. Previamente, el “pueblo indignado” compuesto de lo más bajo de la excrecencia social, se lanza contra esas mujeres, acosándoles con gritos e insultos.
La agencia EFE reportó desde La Habana el nuevo atentado contra el grupo de mujeres que reclaman pacíficamente la liberación de los presos de conciencia. Ocurrió el domingo por segunda ocasión durante la pasada semana. Las rodearon, profiriendo alaridos, como participantes de un macabro espectáculo de circo.
Durante varias horas, informó EFE, estuvieron sometidas al burdo acoso, sin que la policía viniera en su rescate. Algunas de las integrantes de las Damas de Blanco se sentaron en el suelo y soportaron con entereza los ataques verbales de las hordas movilizadas por la seguridad del estado. La dignidad que existe en los débiles frente a la fuerza de la bestialidad humana les eleva y les coloca por encima de la chusma, embriagada de odio, de los miserables que se creen valientes cuando se sienten con el apoyo de las fuerzas represivas y con el número.
“Traidoras” les gritaba la traidora turba de mercenarios al servicio de la intolerancia, “Vende patrias” espetaba la multitud de los que vendieron el honor de la patria a una banda de usurpadores…
Es curioso lo que hace notar la agencia española al referirse a que varias calles en torno a la esquina donde se produjo el indigno acto, estaban cerradas al tránsito vehicular y, muy cerca se apostaban dos ambulancias y varios carros policiacos en los alrededores. No es el pueblo el que se manifiesta en contra de los opositores. Es evidente que todo es un montaje policiaco y mucho más cuando los supuestos partidarios del degradado régimen castrista “reconocieron” al segundo secretario de la Sección de Intereses de los Estados Unidos Lowell Dale Lawton que desde cierta distancia seguía el peregrinar de las Damas de Blanco, un funcionario diplomático que muy pocos cubanos pudieran reconocerle en la calle.
A Lawton le gritaron “Hurón, recoge a tus ratas”. Así chillaban precisamente las ratas del castrismo, la repugnante excreta social que el régimen usa para llevar a cabo sus más oscuros y sucios actos. Indáguese sobre esa basura humana y se verá quienes la componen, delincuentes comunes, juntos a hijitos de papá, agentes de la policía política vestidos de civil y algún que otro imbécil que siempre se puede tener a mano.
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