El diario español El País reportó que grupos de matones partidarios de Mubarak agredieron a las multitudes concentradas en la Plaza Tahrir que reclaman la renuncia del mandatario egipcio.
Aunque el gobierno reportó que en el enfrentamiento se produjeron 639 la agencia Al Yazira elevó esta cifra hasta 1500 los heridos.
De acuerdo con El País los partidarios de Mubarak llegaron a la plaza armados con garrotes, navajas y machetes y vestidos de civil. A caballo y a lomo de camellos y otros y llegados también en ómnibus los matones envistieron contra los protestantes.
El País informó que Jane Dutton, periodista del canal catarí Al Yazira aseguró “haber visto a agentes de seguridad entre los pro-Mubarak, una afirmación que comparten las organizaciones pro derechos humanos Human Rights Watch y Amnistía Internacional”.
En un discurso que pronunciara Hosni Mubarak tras la marcha del millón de personas consideró que las protestas “dejaron de ser un fenómeno noble y civilizado de práctica de la libertad de expresión para convertirse en unos choques desafortunados, movilizados y controlados por fuerzas políticas que querían agravar y empeorar la situación. Amenazaron la seguridad y la estabilidad de la nación mediante actos provocadores, robos, saqueos, incendios, bloqueos de carreteras y ataques contra instalaciones vitales, propiedades públicas y privadas, y llegaron a irrumpir en edificios diplomáticos”
Refiriéndose al rechazo por parte de “algunas fuerzas políticas” del diálogo que había propuesto aseguró que nunca había buscado el poder pero reafirmando su disposición a continuar en el gobierno hasta la conclusión de su periodo presidencial.
“Quien hoy os habla, Hosni Mubarak ─ dijo ─, está orgulloso de los largos años que ha dedicado a servir a Egipto y su pueblo. Esta amada nación es mi país, es el país de todos los egipcios, he vivido en esta tierra y he luchado por ella y la he defendido, su soberanía y sus intereses, y en esta tierra pienso morir, y la historia me juzgará, como a otros, por mis méritos y mis defectos”.
A las pocas horas de este discurso, el presidente de los Estados Unidos Barack Obama dijo que había hablado directamente con Mubarak y afirmó: “No corresponde a ningún otro país decidir quién va a gobernar Egipto. Sólo los egipcios pueden decidirlo. Lo que es indudable -y así se lo he dicho al presidente Mubarak- es mi convicción de que, para que la transición sea ordenada, debe ser verdadera, debe ser pacífica y debe comenzar ya”. Agregó además que “los últimos días, la pasión y la dignidad que han demostrado los ciudadanos de Egipto han sido una inspiración para todos los pueblos del mundo, incluido el de Estados Unidos, y para todos los que creen en que la libertad humana es inevitable”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario