Un sector
de los votantes cubano-americanos, obnubilados por la gastada retórica de
determinados políticos del Partido Republicano, son propensos a votar por Mitt
Romney. Se trata de personas que han sufrido y soportan la nostalgia del
alejamiento de la Patria, pero no comprenden que son víctimas de una estrategia
electoral reiterada, que en los hechos ha servido durante años de coartada al
totalitarismo.
Oscar Espinosa Chepe.
CUBAENCUENTRO
Con expectación en todo el mundo se
esperan las elecciones de Estados Unidos a realizarse el próximo 6 de
noviembre. En ellas se elegirá el nuevo presidente entre Barack Obama, luchando
por su reelección por el Partido Demócrata, y Mitt Romney, aspirante
republicano. Una contienda que promete ser muy reñida, según las encuestas.
Asimismo se llevará a votación un número importante de escaños correspondientes
a la Cámara y al Senado.
El presidente Obama durante todo su
mandato tuvo que luchar contra el funesto legado económico de la Administración
republicana precedente. Cuando asumió la presidencia en 2008, la mayoría de los
especialistas pensaban que muy difícilmente podría evitarse que la crisis
económica recibida se convirtiera en una catástrofe similar a la Gran Depresión
iniciada en 1929, generada también por los republicanos con sus políticas
equivocas de desregulación del mercado. A las dificultades apuntadas, se agrega
la actividad obstruccionista republicana, que en los últimos cuatro años ha
priorizado sus intereses políticos y de ataque a la Administración Obama por
encima de los intereses nacionales, adoptando posiciones que incluso habrían
escandalizado a políticos republicanos de otros tiempos. En la práctica, el GOP
ha caído bajo la influencia de ultraconservadores, nucleados en el movimiento
Tea Party.
No obstante todos los pronósticos, lo
peor no sucedió en la economía. La recesión fue superada a mitad de 2009 y
desde esa fecha se creó una cadena de crecimientos trimestrales que, si bien
modestos, en las actuales condiciones mundiales supera ampliamente el
comportamiento económico de la mayoría de los países desarrollados. Proceso acompañado
de una lenta reducción del desempleo, hoy ya del 7,8 %, mientras el Índice de
Confianza del Consumidor aumenta. Todo unido al continuado desarrollo
científico-técnico y tecnológico que ha mantenido a Estados Unidos — como nunca
antes — a la vanguardia del mundo. Simultáneamente, Obama mantuvo sus
concepciones de solidaridad y compasión hacia sus conciudadanos, con medidas
entre las cuales puede citarse la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de
Salud Asequible, el llamado OBAMACARE; así como la aprobación de una reforma
financiera mediante una nueva ley para limitar la banca con controles a fin de
evitar los fenómenos que originaron la crisis de 2008, cuyos efectos aún se
padecen.
Adicionalmente a los problemas
económicos heredados de la anterior Administración, Obama recibió las dos
grandes guerras en Iraq y Afganistán, ocasionadoras de considerables pérdidas
de vidas humanas y colosales gastos que han sido una de las consecuencias del
enorme déficit presupuestario actual. De Iraq sacó las tropas y para Afganistán
existe un calendario de retirada para 2014. Debe puntualizarse que de ningún
modo ha existido contemporización con los terroristas. La prueba está en la
localización y muerte de Osama bin Laden, asi como la liquidación de cientos de
cabecillas de forma inteligente a través de sofisticados métodos de
inteligencia y tecnológicos, sin la pérdida de combatientes norteamericanos.
En política exterior, los éxitos de la
Administración Obama son indiscutibles, a lo cual ha contribuido el eficiente trabajo
de la secretaria de estado Hillary Clinton. Durante la anterior administración,
la credibilidad de Estados Unidos había descendido notablemente. Actualmente,
cuenta con un elevado prestigio en el mundo, especialmente en Europa y América
Latina, donde Obama es el mandatario mejor valorado, según estudios realizados
por la prestigiosa encuestadora Latinobarómetro. Entre el pueblo de Cuba
también goza de gran simpatía — solo comparable a la alcanzada por Franklin D.
Roosevelt en sus tres mandatos —, acrecentada por el cumplimiento de sus
compromisos precampaña, mediante la autorización de los viajes de los
cubano-americanos y la flexibilización para el envío de remesas, sin olvidar
las facilidades brindadas a los artistas de la Isla para actuar en Estados
Unidos. Su política ha dificultado al Gobierno cubano mantener el tradicional
clima de confrontación para justificar la represión y la grave crisis
económico-sociales existentes. También ha abierto espacios, todavía pequeños,
para la estancia en Cuba de personas procedentes de distintas esferas de la
sociedad estadounidense: cultura, deporte, religión, académicos y otros. Todo
eso sin abandonar los principios democráticos y la defensa de los derechos
humanos.
Hoy se calcula que el 70 % de los
latinos votará por Obama. Está claro que si alguien puede contribuir al
mejoramiento de las condiciones de la primera minoría en Estados Unidos, ese es
Obama. Lamentablemente, un sector de los votantes cubano-americanos,
obnubilados por la gastada retórica de determinados políticos del Partido
Republicano, son propensos a votar por Mitt Romney. Se trata de personas que
han sufrido y soportan la nostalgia del alejamiento de la Patria, pero no
comprenden que son víctimas de una estrategia electoral reiterada, que en los hechos
ha servido durante años de coartada al totalitarismo. La victoria del ex
gobernador Romney podría significar la vuelta atrás de la política de apertura
de Obama, perjudicando el reencuentro entre los cubanos y bloqueando las ayudas
procedentes fundamentalmente de Florida, que son muy importantes para
independizar a los cubanos de la Isla con respecto al Estado.
El ex gobernador de Massachusetts
quizás en su fuero interno no desee separar a las familias cubanas ni hacerlas
sufrir, pero indudablemente tiene muchos compromisos que seguramente, de ganar
la presidencia, lo obligarán a restringir el puente que con muchas dificultades
se ha estado erigiendo entre ambas costas del Estrecho de la Florida. De ahí la
importancia que tiene para los cubanos el triunfo de Obama el próximo 6 de
noviembre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario