Andrés Oppenheimer
Aunque tanto la Unión Europea como el
bloque Mercosur de Sudamérica condenaron la última ronda de violencia en el
Medio Oriente antes del acuerdo de cese de fuego, hubo una enorme diferencia
entre sus respectivas posturas: una fue balanceada, la otra fue vergonzosamente
tendenciosa contra Israel.
La Unión Europea, de 27 países, dijo
en una declaración del 19 de noviembre que “lamenta profundamente la pérdida de
vidas civiles de ambos lados” del conflicto entre Hamas e Israel, y que “todos
los ataques deben finalizar de inmediato”.
Y agrega que “la Unión Europea condena
enérgicamente los ataques con cohetes desde la Franja de Gaza a Israel”, y que
“Israel tiene derecho a proteger a su población de esa clase de ataques; al
hacerlo, debe actuar de manera proporcionada y asegurar la protección de los
civiles en todo momento”.
En otras palabras, los países europeos
explícitamente reconocieron que Israel tiene el derecho de defenderse de los
diarios ataques de Hamas, exigiendo al mismo tiempo que Israel no responda de
manera desproporcionada. Días antes, el 14 de noviembre, Estados Unidos había
emitido un comunicado culpando a “Hamas y otras organizaciones terroristas” de
haber iniciado esta última ronda de violencia.
En comparación, la declaración el
bloque Mercosur — integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela, tras la
suspensión de Paraguay — omitió toda referencia al derecho de Israel a
defenderse. La declaración del 17 de noviembre del bloque sudamericano,
expresaba “preocupación por el uso desproporcionado de la fuerza” — una clara
referencia a Israel — y pedía la inmediata finalización de la violencia.
La declaración no mencionó la escalada
de ataques con cohetes de Hamas en los últimos meses. Desde el 2005, los
milicianos de Hamas han disparado más de 8,000 misiles contra Israel desde la
Franja de Gaza, incluyendo 2,000 este año, perturbando la vida cotidiana de más
de un millón de personas que viven en el sur de Israel, según las Fuerzas de
Defensa de Israel.
Este año, por primera vez, los misiles
de Hamas — suministrados en gran parte por Irán — han alcanzado a Jerusalén y
Tel Aviv. Israel dice que Hamas lanza misiles desde áreas densamente pobladas
de Gaza, cercanas a las mezquitas, escuelas y hoteles, usando a los civiles
como escudos humanos.
La declaración del Mercosur también
dice que sus países miembros “expresan su apoyo a la solicitud del Estado de
Palestina” de obtener un banca en las Naciones Unidas como país observador en
el voto de la Asamblea General previsto para el 29 de noviembre. Israel y
Estados Unidos dicen que ese reconocimiento formal de Palestina, que permitiría
a los palestinos lanzar acciones diplomáticas y legales contra Israel, sólo
puede darse después de un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
El hecho de que la declaración de
Mercosur no reconociera el derecho de Israel a defenderse refleja el creciente
apoyo del bloque sudamericano a la causa palestina y su alejamiento de un
enfoque balanceado de la disputa de Medio Oriente, me dijo en una entrevista el
ex presidente peruano Alejandro Toledo, que sigue el tema de cerca.
“Me preocupa la posición del Mercosur:
la encuentro un poco desbalanceada”, me dijo Toledo, agregando que la posición
de la Unión Europea es más equitativa. “El estado de Israel tiene derecho a
defenderse, y al mismo tiempo tiene el deber de proteger a la población civil”,
dijo Toledo.
Mi opinión: Coincido con los analistas
más objetivos en que ni los palestinos ni los israelíes están enteramente
libres de culpa en este conflicto. Las políticas de línea dura del primer
ministro israelí Benjamín Netanyahu no han ayudado a negociar la paz en Medio
Oriente, y los nuevos gobiernos pro-fundamentalistas islámicos de Egipto y de
Turquía han empeorado las cosas al acercarse a grupos como Hamas, que admiten
abiertamente que quieren borrar a Israel del mapa.
Y Hamas, a su vez, es culpable por
haber escalado drásticamente sus ataques con cohetes contra objetivos civiles
en Israel en los últimos meses, probablemente para provocar una sangrienta
respuesta israelí que presionaría a Egipto, Jordania y otros países a renunciar
a sus tratados de paz con Israel.
Pero aunque todos tienen parte de la
culpa, el mundo debe reconocer el derecho de Israel a defenderse. Ningún país
puede cruzarse de brazos cuando sus civiles son bombardeados todos los días
desde un territorio vecino.
La Unión Europea adoptó una postura
balanceada, llamando a la cordura a ambas partes. Mercosur, quizás reflejando
su transformación de un bloque económico a un bloque político cada vez más
radicalizado desde la incorporación de Venezuela, tomó una postura vergonzosa,
echándole toda la culpa a Israel.
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