miércoles, 7 de noviembre de 2012

El burro pateó al elefante


Mario J. Viera

Estaban confiados los republicanos que arrasarían en las elecciones; creían que se harían con los votos electorales de la Florida y de Ohio. Rugía el Tea Party, ellos barrerían a Obama. Cuatro años estuvieron fraguando la derrota de Barack Obama, así lo había asegurado John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes Federal y desde el primer día del mandato de Obama se unieron unánimemente para bloquear cualquier iniciativa del presidente.

En febrero los republicanos celebraron la 39 Conferencia Conservadora de Acción Política con el propósito de denostar a Obama y allí habló la estrella del Tea Party, el Senador Marcos Rubio diciendo: “El presidente de Estados Unidos parece muy buen padre, parece muy buen esposo, pero es un presidente terrible...”. Y no solo para los republicanos Obama es un “presidente terrible”, también intentaron presentarle como nacido en Nigeria, que era de credo musulmán y hasta de alentar ideas filo-comunistas.

Manejaron conceptos de carácter ideológico que les abocaba a la ultra derecha y esgrimieron planteamientos decimonónicos del Estado reducido y del laissez faire. Olvidaron un concepto fundamental dentro de la sociedad americana, la diversidad. Idealizaron un Estados Unidos que ya no es, que mucho ha transcurrido desde 1776; que ya apenas hay vínculo con la época de la Guerra Civil; que ya no es el mismo país de finales de la Segunda Guerra Mundial ni tampoco del fin de la Guerra Fría. Es que ni el resto del mundo posterior al fin de la confrontación Unión Soviética-Occidente es igual.

Intentaron los republicanos sacar partido de las dificultades para la recuperación de la economía y del índice de desempleo que supera el 7 porciento. Dos temas que serían su caballo de Troya y despreciaron el surgimiento de los indignados de Occupy Wall Street como reacción ante la actitud del Congreso y las diferencias colosales entre el 1 porciento de la población y el resto de la sociedad. Olvidaron que Estados Unidos es reacio a aceptar posiciones políticas al extremo para conducir a la nación.

Y llegó el 6 de Noviembre y su larga noche. Obama ganaría ampliamente los votos electorales (303 contra 206) y se llevaría la victoria con los votos populares con una diferencia a su favor de más de 2 millones 600 mil votos y ganando en más de la mitad de los Estados.

Una creciente fuerza política comienza a manifestarse representada por el voto hispano que fue favorable a Obama con el 72 porciento contra el 28 porciento que recibiría Romney.

Lograron los republicanos mantener la mayoría en la Cámara y los demócratas conservaron su mayoría senatorial.

La Florida dejó de ser el bastión seguro de los republicanos, aunque Obama la ganó por estrecho margen. Miami-Dade se tiñe de azul y hasta en la comunidad cubano-americana que siempre fue bloque de votos republicanos ahora está dividida casi a la mitad, 50 a 47 según El Miami Herald.

Las cosas cambian desfavorablemente para el Partido Republicano, perdió en estas, que seguramente serán, históricas elecciones; perdió Romney a pesar del gran esfuerzo que desplegara su campaña; pero el gran perdedor, el gran derrotado ha sido el Tea Party y, es posible que el Partido Republicano luego de la derrota replantee sus vínculos con este ultra-reaccionario movimiento.

Definitivamente, ayer el burro demócrata pateó al elefante republicano.

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