viernes, 2 de noviembre de 2012

Fidel Castro y Hugo Chávez prefieren a Romney


Mario J. Viera
Castro y Chávez preferirían a Mitt Romney en el gobierno de Estados Unidos antes de que Barack Obama se reelija. Al contrario de lo pretendido por el spot republicano de un supuesto apoyo castro-chavista a la relección de Obama, la realidad es que, tanto Fidel Castro como Hugo Chávez preferirían que Mitt Romney ganara la presidencia.

El spot republicano reproducido en todas las emisoras de idioma español del Sur de la Florida muestra a Hugo Chávez y a la infanta Mariela Castro afirmando que si fueran ciudadanos de Estados Unidos votarían por Obama. La intención es obvia el de un mensaje subliminar que busca presentar al presidente como partidario del Socialismo Real, del Socialismo del Siglo XXI, en fin, del comunismo. Sin embargo se trata de una burda manipulación dirigida principalmente a captar, o mejor decir, lavar el cerebro del exilio cubano de Miami para asegurar los votos de esa comunidad.

Tanto Fidel Castro, como Hugo Chávez, que pudieran parecer, el primero como un viejo de inteligencia disminuida y el segundo como un payaso, no tienen nada de tontos. Ellos, si realmente fueran partidarios de Barak Obama ocultarían sus simpatías hacia el candidato demócrata durante la campaña electoral de Estados Unidos. Ellos conocen muy bien que cualquier opinión favorable que emitan a favor de un político de Estados Unidos significaría el fin de las aspiraciones electorales de ese político por el rechazo que existe en Estados Unidos hacia el castrismo y el chavismo.

Pero tanto Castro como Chávez necesitan a un halcón republicano en la Casa Blanca intentando resucitar la diplomacia del gran garrote de Teddy Roosevelt que les facilite la coartada perfecta para la represión contra sus opositores y legitimar y justificar su pretendida defensa de la soberanía nacional. Un Mitt Romney en el gobierno como un George W. Bush sería el enemigo objetivo que requiere el totalitarismo para cargarle todas las culpas por sus fracasadas políticas socio-económicas y presentar a sus opositores como lacayos y mercenarios de una potencia enemiga.

Sin embargo, y a pesar de esto, han sido muchos los ataques tanto de Castro como de Chávez hacia el presidente Obama que, por supuesto, se omiten en el infundioso spot republicano.

Cuando Obama criticó la alianza del gobierno chavista con Irán y Cuba, Hugo Chávez saltó de inmediato. El 19 de diciembre de 2011, Chávez calificó de infame a Obama y dijo de él que daba lástima: “Mister Obama, salió por ahí atacándonos ─ expresó Chávez ─, pero eso no es extraño para nosotros. Obama dedícate a tus cosas, dedícate a gobernar tu país, que lo tienes vuelto un desastre, no seas tan irresponsable, farsante Obama, eres un farsante”, y agregó: “En verdad es que Obama da lástima. Anda y pregúntale a las comunidades negras de tu país lo que eres para ellos: la más grande frustración. Eres un afrodescendiente pero eres la vergüenza de toda esta gente”.

El 2 de noviembre de 2012, Chávez reclamó: “A Obama hay que exigirle que cumpla con las resoluciones de Naciones Unidas”, dicho esto en relación con lo expresado por Hillary Clinton en Haití cuando pidió al castrismo que iniciara una apertura en Cuba y que liberara a los presos políticos.

El 14 de abril de 2012, el canciller chavista Nicolás Maduro consideró que el gobierno de Estados Unidos volvía “por los caminos de la perversidad e intervencionismo” al cuestionar las declaraciones de Obama a su arribo a Cartagena de Indias para participar en la Cumbre de las Américas donde criticaba los vínculos del gobierno venezolano con gobiernos dictatoriales como Irán y Cuba.

Fidel Castro no ha dejado de decir sus lindezas hacia Obama. Con respecto al embargo, Castro consideró que Obama “no lo inventó pero lo hizo suyo”. Criticando el otorgamiento del Nobel de la Paz al presidente de Estados Unidos en sus Reflexiones del 3 de mayo de 2012, Fidel Castro apuntó: “El Premio Nobel Barack Obama, viajó aceleradamente a Afganistán como si el mundo ignorara los asesinatos masivos, la quema de libros que son sagrados para los musulmanes y los ultrajes de los cadáveres de las personas asesinadas” para luego preguntarse: “¿tiene acaso el Presidente de Estados Unidos el derecho a juzgar y el derecho a matar;  a convertirse en tribunal y a la vez en verdugo y llevar a cabo tales crímenes, en un país y contra un pueblo situado en el lado opuesto del planeta?”

En Reflexiones del 8 de enero de 2012 donde consideraba que el mejor presidente para Estados Unidos sería un robot, Fidel Castro escribió: “Imaginé a Obama, buen articulador de palabras, para quien, en su búsqueda desesperada de la reelección, los sueños de Luther King distan a más años luz que la Tierra del planeta habitable más cercano”.

Sobre la posición de Obama en la Asamblea General de las Naciones Unidas respecto al reconocimiento del Estado de Palestina, Fidel Castro en las Reflexiones del 26 de septiembre de 2011 declaró: “No hay un ápice de ética, y ni siquiera de política, en su intento de justificar su anunciada decisión de vetar cualquier resolución a favor del reconocimiento de Palestina como Estado independiente y miembro de Naciones Unidas” para a continuación afirmar que las palabras de Obama en su discurso “sólo pueden ser aplaudidas por los cañones, los cohetes y los bombarderos de la OTAN”; sentenciando a reglón seguido: “El resto de su discurso son palabras vacías, carentes de autoridad moral y de sentido”.

En las Reflexiones del día anterior, Fidel Castro había dicho: “Obama llamando a la paz, ¿con qué moral?  Un monumento histórico al cinismo el discurso del presidente Obama”. 

Con motivo de la decisión judicial que exigía que el espía castrista René González cumpliera la probatoria en Estados Unidos, Castro expuso en sus Reflexiones: “Si así no fuera, el imperio dejaría de ser imperio; y Obama, dejaría de ser tonto”.

Comentando el despacho de la AFP que recogía unas declaraciones de Obama donde planteaba que mientras fuera presidente de Estados Unidos estaría dispuesto a cambiar  la política con respecto a Cuba, siempre y cuando en ella se produzcan virajes políticos y  sociales significativos, Castro expresó:

Qué simpático! ¡Qué inteligente! Tanta bondad no le ha permitido comprender todavía que 50 años de bloqueo y de crímenes contra nuestra Patria no han podido doblegar a nuestro pueblo. Muchas cosas cambiarán en Cuba, pero cambiarán por nuestro esfuerzo y a pesar de Estados Unidos. Tal vez antes se derrumbe ese imperio”.

Queda evidenciado que para los Castro y para Chávez no hay aprobación alguna a favor de Obama; que, además, Obama no comulga con los postulados ideológicos del castrismo y del chavismo.

La política de distensión del presidente Obama es de hecho más perjudicial para el castro-chavismo que la política de confrontación, solo en el plano de la retórica, que han conducido los gobiernos republicanos y que aspira a conducir Mitt Romney, si por un error de opinión del electorado americano obtiene la victoria este 6 de noviembre.

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