Sabina Covo. EL NUEVO HERALD
El comentarista radial de ultraderecha
Rush Limbaugh dijo en su programa después de la elección 2012, que las mujeres
habían elegido a quien las trataba como vaginas. Es obvio que este señor
utiliza sus micrófonos para tratar de ilustrar lo que considera su realidad con
comentarios increíblemente estúpidos y sin fundamento. Porque en caso tal todo
dependería del concepto de vagina de cada cual y del respeto de cada persona a
la mujer. Y el que en pleno siglo XXI no respete a la mujer por igual que al
hombre es sencillamente un delincuente. Ese comentario, como muchos otros de
los que emite, es ciego a la importancia del voto femenino en esta contienda. Y
como él, hay varios personajes que quieren regresar a épocas medievales, pero
les recuerdo que no lo han logrado, al menos no esta vez.
Un análisis sin fundamento como el de
Limbaugh solo ilustra el pánico que le tienen algunos machistas a la inteligencia,
capacidad y poder de una mujer. Y solo se compara con quienes dicen que hay
algunos hombres que piensan con el pene, comentarios también sin fundamento,
pero que me atrevo a asegurar que son hasta más acertados. Pero teniendo en
cuenta la libertad que hay en este país, volvamos al punto real, la importancia
del voto femenino que supera en cantidad al del hombre, tanto en registros como
en visitas a las urnas. Y las que ganaron esta vez fueron las mujeres.
Más allá de los partidos políticos,
las creencias y la ideología, que se respeta en cada caso individual, las
mujeres al salir a votar le ganaron a los que trataron de infringirle sus
derechos durante este 2012 con comentarios y proyectos de ley de los años 50
como tratar de redefinir el concepto de una violación, o no dejar que tomen
control de su cuerpo, o que tengan igualdad de pago, o que puedan ser madres y
profesionales, o que tengan una voz para defenderse del acoso, a prepararse.
Como decían los mayas, en este 2012
acaba una era y comienza otra. Empieza una en la que la mujer pierde el miedo a
decir lo que siente, a hacer lo que quiere y a tener el control de sus vidas.
No pudo triunfar la ideología de los que no la querían ver triunfar. Y más
importante aun hoy más tienen voz para abogar en el gobierno por sus derechos.
Por suerte los dos candidatos al
Senado federal que estuvieron en la lupa pública por comentarios irracionales
con respecto al cuerpo de la mujer no fueron elegidos, ni siquiera con las
cifras exorbitantes que tuvieron de publicidad financiada por los famosos Super
PACS. Y si en 1991 solo había 2 senadoras federales después de esta elección, a
partir de enero habrá 20. Una de ellas abiertamente gay y otra, la primera de
origen asiático en llegar a un escaño. Se hizo historia. Pero a nivel social
esto no para ahí, con una representación mas fuerte de la mujer en el senado,
habrá muchos cambios por venir y muchas mas voces serán alzadas.
Respetar las decisiones y la integridad
de la mujer, como se respetan las del hombre es el primer paso a una verdadera
igualdad. Y esta guerra social que nos querían hacer algunos fue superada, a
punta de democracia.
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