Mario J. Viera
Creo haberlo dicho antes, que en
ocasiones esa parte muy interna mía de masoquismo intelectual me impulsa a leer
la página web del súper oficialista diario Granma. Hoy, tengo que confesarlo, sentí
curiosidad por saber de qué hablan por estos días tan cargados de noticias
internacionales, esos que se denominan periodistas. ¡Nada nuevo y muy poco de interés! A poco de deambular por
la aburrida página me topé con un titular de una sola palabra: “Intolerable”.
Me llamó la atención el tal título,
muy sugestivo por cierto. Hay tantas cosas intolerables en la Cuba de ahora
mismo… Cuando terminé de leer los dos parrafitos de la nota periodística me
entraron tremendas ganas de echarme a reír.
Voy a obsequiarles con la reproducción
del primer párrafo de lo intolerable, veamos:
“Los
culeros desechables se agotaron temprano ayer en la tienda La Época, de Galiano
y Neptuno. Sin embargo, personas inescrupulosas se apropiaron de ellos por
cantidades y lucraban en las afueras del inmueble con este artículo de tanta
sensibilidad para la población, revendiéndolos al doble del precio”.
A la caza de culeros desechables. Foto del Granma |
Lo que el gacetillero oficial
consideró intolerable no es la incapacidad de satisfacer la demanda de un
artículo “de tanta sensibilidad para la población” sino que hubiera gente
inescrupulosa, pescadores en ríos revueltos, revendiendo los culeros
desechables al doble del precio, es decir lo intolerable no es la causa sino el
efecto. Claro que en el segundo parrafito el muy indignado cronista oficial del
Granma deja muy bien sentado que aquello que resulta intolerable son “estas manifestaciones de indisciplina e
ilegalidad de las que estamos llamados a combatir mediante la acción concertada
de todos los factores sociales”; de paso se anota un tanto a su favor
siguiendo la nueva letra y música que ahora interpreta Castro el Pequeño con la
crítica a la pérdida de valores morales.
Ese patético reporte da ganas de reír
por lo ampuloso del lenguaje empleado, digno de mejores objetivos. Da pena
también que alguien, que tal vez se graduó en la Escuela de Periodismo, no enfile
sus cañones retóricos hacia el blanco real de lo verdaderamente intolerable y
no se atreva a hurgar como periodista las razones que permiten la actuación de
acaparadores que se mueven por el afán de lucro. ¿Qué es lo primario? Si no
existe la ocasión no existe la oportunidad.
El periodista que emite una opinión ─
la nota susodicha más que noticia es editorialista ─ debe ir más allá de lo
aparente, de lo superficial. Veamos: Lo primero que hay que deducir es por qué
en la tienda La Época se agotaron temprano las existencias del producto. No
basta con decir que muchos escrupulosos se hicieron con una gran parte de la
existencia para luego revenderla a precios mayores. De aquí se deduce que lo
primario es la oferta insuficiente para un producto de primera necesidad, esto
es: desabastecimiento. Segundo, el producto deficitario se ofrece en moneda
fuerte ─ CUC como sustitutivo del USA dólar ─ a la que no todos tienen acceso y
no en moneda nacional. Tercero, ¿la oferta del producto se hace solo en una
tienda? Cuarto, habría que preguntarse por qué la industria nacional no produce
el artículo en cantidades que puedan cubrir su demanda sin necesidad de recurrir
a su importación. Quinto, ¿la oferta es tan pobre que solo puede satisfacer a
una parte de la demanda con poder adquisitivo? Todo esto, realmente, es lo
intolerable.
Si observamos el comportamiento del
mercado minoritario en cualquier parte del mundo no veremos ningún producto de
gran demanda que desaparezca del mercado porque del mismo se aprovechen
acaparadores para su reventa a precios mayores. Si se buscan culeros
desechables se encontrarán en cualquier tienda en grandes cantidades y numerosas
marcas comerciales, unos más caros, otros más baratos. Ud puede ir a cualquier
mercado buscando un galón de leche. No hay acaparadores porque la oferta satisface
a la demanda. Está buscando papel toilette, salvo si Ud. vive en Venezuela o en
Cuba, lo encontrará de todas las calidades y de precios diferentes en cualquier
tienda; a nadie se le ocurrirá acaparar el producto para lucrar con su reventa.
¿Por qué ayer en la tienda La Época,
de Galiano y Neptuno se agotaron temprano los culeros desechables?
Sencillamente porque la dirección estatal de la economía en Cuba bajo los
dogmas del socialismo real es incompetente para satisfacer “las demandas
crecientes de la población”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario