martes, 30 de julio de 2013

Apestando a Chávez


Something is rotten in the state of Denmark" (Hamlet, Acto I, escena 4. W. Shakespeare)

Mario J. Viera

Cada vez que escuchamos alguna ocurrencia de los pichones del chavismo, no sabemos si reírnos, si quedarnos boquiabiertos o si tirarles a chacota. El post chavismo conducido de la mano de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y otros pícaros se me antoja como si se tratara de una ridícula parodia del Hamlet de Shakespeare sin que le falte hasta su fantasma de Elsimore pero sin padecimientos en el purgatorio, sino “galáctico”, “celestial” y “universal”, a lo dicho por el alcalde del Municipio Libertador de Caracas, el muy chavista, patriotero, socialista e inepto funcionario, Jorge Rodríguez Gómez.

Como el fantasma de Hugo Chávez aún vaga cerca de Nicolás, el ungido, inspirándole con la profundidad de su pensamiento, de sus preclaras ideas, con su superior sistema ideológico, nada más natural que el día de su 59 aniversario a Nicolás se le ocurriera una muy brillante, rutilante idea: Crear por decreto el Instituto de Altos Estudios ─ fíjense bien, altos estudios, algo así como nivel de doctorado, universitario ─ del Pensamiento del Comandante Chávez.

Buen trabajo le espera a los catedráticos que intenten rasguñar en el legado ideológico ─ si es que lo hubo ─ del comandante inmortal, del faro luminoso de toda América, ¡Quiá, América!, del mundo entero. No será fácil sistematizar el pensamiento de Hugo Chávez, porque con respecto a Simón Bolívar él será lo que con relación a Martí, un poeta adulador diría de Fidel Castro, “retoño martiano” y en su caso, “retoño bolivariano” (Fidel, fidelísimo retoño martiano,/ asombro de América, titán de la hazaña…)

Habrá que filtrar cientos y cientos de CD con los discursos, con la verborrea de Chávez en maratónicas audiencias de su “Aló Presidente”, si hasta a su aliado Raúl Castro le cansaban sus discursos: “Yo tengo un problema. Escucho su larguísimo programa 'Aló Presidente' cada domingo, pero dura tanto que pongo el televisor bajito y sigo trabajando. Después pido a algún ayudante que me haga un resumen porque él siempre dice cosas interesantes”.

Entre las cosas interesantes que dijo están las palabras de apoyo a violadores de derechos humanos y autores de crímenes contra la humanidad como Robert Mugabe: “Mugabe ─ declaró el comandante supremo ─ se ha convertido en blanco del ataque de distintos entes del sistema mundial y a través de la prensa occidental lo satanizan, lo atacan (…)  Quiero darle nuestro apoyo moral y político al presidente Mugabe y al pueblo de Zimbabue (…)  Este pueblo lo reconoce por sus luchas antimperialistas. Es un hombre que ha dedicado su vida a la lucha anticolonial. Tenemos que alinearnos en su defensa. Tal vez lo que afirmara de Muammar Gadafi cuando le regaló una réplica de la espada de Bolívar: “No estoy exagerando para nada: lo que es Simón Bolívar para nosotros los venezolanos y venezolanas es Muammar al-Gadafi para el pueblo libio. Es el libertador de Libia, el creador de la república árabe popular socialista”. Interesantes sus palabras cargadas de fe revolucionaria las que le prodigara a Mahmud Ahmadinejad al recibirle en una de sus habituales visitas a Venezuela: “Sólo un continente libre como Sudamérica puede ahora recibirte como te recibe. Bienvenido, hermano. Yo te llamaría incluso gladiador de las luchas antiimperialistas, ejemplo de firmeza, de constancia, de batalla por la libertad de su pueblo (...) La patria de Bolívar te da la bienvenida”.

Posiblemente los eruditos que estudien el pensamiento del fantasma viviente se decidan por dedicar todo un volumen  al glosario de lindezas que en vida le dedicara a sus opositores. Así habría que estudiar el valor semántico que encierra el descalificativo dado de “escuálidos” a los opositores; o ese de “majunche” que le regalara a Henrique Capriles o la clara expresión que le dedicara al candidato presidencial del Perú Alan García y luego electo presidente diciéndole “corrupto y ladrón de siete suelas”. Habría que estudiar la sutiliza del acertijo empleado para referirse a Capriles: “Tienes rabo de cochino, orejas de cochino, roncas como un cochino, entonces eres cochino”; y que decir de sus calificativos de “mafiosos”,  “oligarcas” y traidores. En ese glosario se pudieran incluir los descalificativos que les dedicara al presidente de Colombia Álvaro Uribe,  como esta joya de arte diplomático: “Uribe sirve para ser jefe de una mafia”.

El Instituto de Altos Estudios, según Nicolás el vidente tendrá como objetivo “ejercer la rectoría para profundizar el estudio y la difusión del pensamiento y los valores del comandante eterno”, quizá luego el profundo pensamiento de Chávez se dosifique para implementar la formación de los escolares en la luminosa ideología, y hasta sea posible que se fabrique con esa enseñanza al “hombre nuevo” del Socialismo del Siglo XXI… Esto si antes los venezolanos no mandan a los chavistas y a su Instituto al estercolero.

Mas ahí no se queda la peste de Chávez, su hedor llega hasta modificar el Himno o Marcha a Caracas. El alcalde del Municipio Libertador de Caracas, Jorge Rodríguez Gómez, tiene una gran preocupación, su inquietud  la puso de manifiesto el día de la conmemoración de los 466 años de la fundación de Santiago de León de Caracas; no se trata de las tantas personas que cada mes son asesinadas en la ciudad, ni que sus calles “están llenas de basura, de desechos sólidos y la oscuridad confabula con la delincuencia”, como denunciara el diputado Stalin González; ni que las parroquias estén “inundadas de basura, la vialidad destruida con huecos por doquier” como hiciera ver el Coordinador Operativo de Primero Justicia Caracas, Miguel Rivas. No, esos son temas de poca monta, preocupaciones de los escuálidos fascistas de la oposición.  La preocupación del alcalde tiene el éxtasis del patriotismo, del amor hacia la luz de Venezuela, hacia el Cristo del socialismo. El la emprende contra el Himno a Caracas: “Caracas no se merece un himno de la ciudad, que fue escrito por un señor que le hacía los lemas de campaña y las canciones a Carlos Andrés Pérez y a Jaime Lusinchi. Caracas no se merece ese pasodoble barato como himno de la ciudad” y tiene que ser cambiado por un nuevo himno “en el que se sienta la nueva vida que vivimos y se respire al hombre que ha moldeado la Caracas del futuro, nuestro comandante supremo Hugo Chávez”.

Tal como diría Marcellus en la torre de Elsimore ante la presencia del fantasma del padre de Hamlet: “Algo apesta en Venezuela… apesta a fantasma, a podrido…”

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