martes, 23 de julio de 2013

Corea del Norte evoca al emperador de Mingus


Luis Cino Álvarez. CUBANET

No resultan convincentes las explicaciones de La Habana y Pyongyang.  Si todo es  legal, ¿por qué el dulce ocultamiento bajo un cargamento de azúcar en el barco Chong Chon Gang, retenido e investigado ahora en Panamá?

En este rocambolesco episodio, reminiscente de los tiempos de la Guerra Fría y que no se sabe cómo terminará, hay algo que huele muy mal. Por algo el capitán del carguero norcoreano infartó y quiso suicidarse. Había que morirse por el camarada Kim Jong Un, la dinastía de los  Kim y la ideología Juche… El tipo sabrá lo que está en juego y cómo se las gastan sus  jefes…

Para Cuba, el asunto resulta bastante inoportuno y peligroso, precisamente cuando parecía ─ luego de que no se le brindase asilo a Edward Snowden, como hicieron casi todos los demás países de la Alianza Bolivariana ─  que se tanteaban las formas de relajar las tensiones y lograr acercamientos con los Estados Unidos.

¿No tendría el gobierno cubano otro país menos conflictivo donde reparar su armamento obsoleto? Digamos, en China, o mejor aún, en Rusia, que fue donde lo fabricaron hace varias décadas, cuando el nombre oficial del país era Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Hace unos meses, cuando visitó Cuba el jefe del ejército norcoreano, el generalato de por acá le reiteró que el país está en la misma trinchera anti-imperialista que Corea del Norte, a la que ellos se empeñan en llamar República Popular y Democrática, a sabiendas de que no es ninguna de esas tres cosas.  Supongo que se pusieron demasiado eufóricos los generales cuando consiguieron que les repararan  los cachivaches de guerra soviéticos.

Solo unas semanas antes de esa visita a Cuba del entorchado generalote norcoreano, el pasado 29 de marzo,  Corea del Norte se había declarado en estado de guerra con Corea del Sur. Como no existía un acuerdo de paz, sino solo  el armisticio de Panmunjon, de 1953, técnicamente las dos Corea estaban en guerra desde hacía 60 años.

Con voz altisonante, una grandilocuente y operática locutora  de la TV única norcoreana, se hacía eco de las amenazas de  Kim Jong Un de “ajustar cuentas con los Estados Unidos”, y aseguraba  que  sus misiles nucleares apuntaban a objetivos en el sur de la península, el Pacífico y el propio territorio norteamericano.

Fue solo otra bravata chantajista de la dictadura norcoreana. Es probable que los misiles norcoreanos no tengan suficiente alcance para llegar a territorio norteamericano. Pero el gobierno de los Estados Unidos  tomó muy en serio las amenazas.  Hizo bien. Tratándose de esa dictadura y de un payaso megalómano y ridículo como Kim Jong Un, el nietecito de Kim Il Sung e hijito de su papá, el no menos ridículo y megalómano Kim Song Il, todo es posible.

Parece que los gobernantes cubanos, que han sido amigos de tipos como Saddam Hussein, Muammar El-Khadaffi, los narcoguerrilleros de las FARC, los etarras y el asesino Bachar Al-Assad,  no pueden resistir  la tentación de elegir sus amigos entre lo peor de cada casa.

Le zumba eso de meterse en una misma trinchera con una tiranía que a cada rato –cada vez que se queda corta de comida, combustible o dinero-  amenaza con desatar una guerra nuclear.

Si fuese posible, los gobernantes cubanos se aliaban con el emperador Mingus. Precisamente,  aquel planeta  de la película Flash Gordon es lo que evocan las imágenes irreales que llegan de Corea del Norte: tanta militarización,  uniformidad y simbología siniestra, tanta gente aplaudiendo al unísono y reverenciando al rollizo Líder, consumidos todos por el hambre y el odio.

Por mucha necesidad que tenga el gobierno cubano de mantener su capacidad defensiva, hacer tratos turbios con un estado paria como el norcoreano, solidaridades y afinidades ideológicas aparte, parece una actitud bastante irresponsable y que  dista mucho del “firme e irrevocable compromiso con la paz, el desarme, incluido el desarme nuclear, y el respeto al derecho internacional”, al que hacía referencia la declaración del MINREX del pasado día 16.

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