Félix R.
Chacón. EL UNIVERSAL
Hace
unos meses acusaron a un cineasta de espía[1]
y lo metieron preso sin más. Solo para dejarlo en libertad tiempo después
corroborándose que la acusación no tenía ninguna base jurídica o real.
Ahora
ya se comenta que se ha fabricado una cumbre en Rusia a raíz del asunto Snowden
para tener acceso a él en el aeropuerto de Moscú, conocer de primera mano sobre
la importancia así como las posibles implicaciones de las informaciones
supuestamente reveladas a otros países. También estudiar acerca de las
posibilidades de asilo, y se comenta que hasta si se le transporta hasta
Caracas en el mismo avión en el que viaja Maduro.
En
casa fabricamos espías y los metemos presos con discursos rimbombantes de soberanía
nacional y cantos de "abajo el imperio", aunque infundadamente como
quedó establecido por la liberación y posterior expulsión del
"espía". No le da la mente a uno, lego en el tema, que siendo espía
se pueda dejar en libertad, así que tomamos como cierto que se le acusó y
apresó violándole sus derechos.
El
"espía" que cayó de Hollywood era un espía malo. Snowden por el
contrario ha de ser uno bueno, tanto que se lo pelean varios estados de estos
que ven espías en todos lados y los apresan inconstitucionalmente. Todos
quieren salvarlo para que no sea devuelto a EEUU en un acto motivado por los
más altos intereses en preservar los DDHH del Sr. Snowden. Para el que se
quiera creer esa historia. Y aquí habría que recordar que de Snowden no solo se
sospecha que es un espía, sino que detenta el título.
Lo
cierto es que su país lo reclama para someterlo a la justicia y enjuiciarlo
para que se determine si con sus acciones infringió las leyes que regían sus
actividades como funcionario de la CIA.
Pero
para los humanitarios que se pelean por ofrecerle y darle asilo, este espía
bueno sí tiene DDHH que resguardarle, mientras que el "espía" malo
que supuestamente habían agarrado con las manos en la masa, venía equipado con
DDHH defectuosos, tipo tapa amarilla.
Vale
ahondar en el asunto y considerar que el "espía malo" era tan malo,
que había que meterlo preso de una vez y sin más consideraciones, y aunque
quedó establecido que no lo era, había que expulsarlo sin más excusas, sin sus
pertenencias, y sin una debida
aclaratoria a la opinión pública que ayudara a entender lo que había pasado. Se
salvó de que no lo enviaran a su país con las siglas EM (espía malo) marcadas
en la frente.
Pero
otro espía bueno, este confeso de acuerdo a una grabación al parecer incontestable
que sirvió para que la Fiscalía abriera una investigación, y donde se le
escucha reportar a un supuesto funcionario de inteligencia de otro país,
asuntos sensibles a la seguridad del Estado venezolano y sobre funcionarios de
la más alta envestidura gubernamental y de los poderes públicos, solo calificó
para hacerle una invitación a ser entrevistado como testigo a pesar de que es
él quien se implica en los hechos como se desprende de la grabación.
Mientras
tanto la papa caliente sigue en el aeropuerto de Moscú esperando que algún
humanitario le dé una ayudadita. Todo sin intención alguna, y serían capaces de
jurar que jamás hurgarían en sus bases de datos para conocer el contenido de
las mismas.
[1]
Timothy Tracy, mientras se encontraba filmando un documental en Venezuela fue
acusado por Nicolás Maduro de financiar las protestas en su contra por
instrucciones de la CIA
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