¿Qué paso con los
periodistas de los medios de Gobierno que, con sus reportajes y entrevistas,
apoyaron la iniciativa Yasuní ITT y ahora apoyan campañas para decir todo lo
contrario?
Jeanette Hinostroza. HOY.com
(AP) Imagen de indígenas en el Parque Nacional
Yasuní en 2010.
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Tarde o temprano quedan al descubierto
las débiles posiciones del pueblo ecuatoriano que va a las urnas de la mano de
las novelerías del momento y no de verdaderas convicciones frente a los
proyectos políticos sobre los cuales tiene que decidir. En 2006 Rafael Correa
hizo campaña a favor de la despetrolarización de la economía ecuatoriana y en
su plan de Gobierno planteó la necesidad de desarrollar otras actividades
económicas como el turismo ecológico que, en otros países, genera enormes
recursos. Su propuesta era consistente y
sonaba muy bien; pero no se cumplió, pues su discurso anti petrolero se
desvaneció una vez llegó al poder y hoy es mas extractivista que todos los
gobiernos de derecha que tanto critica en sus sabatinas.
En 2008 se hizo campaña por una nueva
Constitución en donde se planteó que la naturaleza tenía derechos y que, si no
los respetábamos, lesionaríamos el futuro de las actuales generaciones. En ese
momento, técnicos y especialistas hablaban de una nueva tecnología que podía
extraer el petróleo sin causar mayores daños a la naturaleza; pero su teoría
fue descalificada y fueron tachados de malvados opositores interesados
únicamente en sus bolsillos llenos de petrodólares. Miles de ecuatorianos,
supuestamente conservacionistas, se conmovieron ante este discurso y le dieron
un multitudinario "Sí" a la nueva Constitución que nos comprometía a
buscar formas distintas al petróleo para financiar la construcción de escuelas,
hospitales y carreteras.
En la consulta popular del 2011 los
ecuatorianos se dejaron contagiar por una nueva fiebre ecologista y le dijeron
"Sí", a la polémica pregunta ocho que hablaba de los derechos de
toros y gallos. Había que ver cómo la
gente hablaba de su indignación ante la muerte de esos pobres animalitos que
merecían el apoyo de los ecuatorianos para correr libres por los campos y dejar
de morir en los ruedos a donde acudían salvajes aficionados.
¿Dónde está ese pueblo defensor de animales
ahora que van a explotar el petróleo que está bajo el Yasuní? ¿Quién defenderá
los derechos de todas las especies, algunas únicas en el mundo, que se verán
afectados por la invasión de máquinas, vehículos y técnicos? ¿Qué paso con los
periodistas de los medios de Gobierno que, con sus reportajes y entrevistas,
apoyaron la iniciativa Yasuní ITT y ahora apoyan campañas para decir todo lo
contrario? Yo me siento como una imbécil al haber invitado más de una vez a
Ivonne Baki a mi programa a exponer la iniciativa, cuando sabía que la amenaza
del Plan B era latente, hasta me puse la pulserita esa que ella repartía a los
que apoyábamos lo que parecía una gran idea. Ilusa de mí.
Imagino que tras todos estos años de
yasunización el pueblo ecologista no se creerá el cuento de que solo se va a
afectar el uno por mil de la zona intangible. El problema es que este no es un
país con conciencia ecológica. Lo único verde que tiene la mayoría gobiernista
son las camisetas de Alianza País. Cuánta hipocresía.
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