Mario J. Viera
El nacionalismo castrista y su afán
por adueñarse de la historia cubana con el empleo de una retórica patriotera e
hipócrita ha generado una actitud, sino cínica, al menos indiferente hacia los
valores cívicos dentro de la sociedad cubana. La frustración generalizada que
se vive en Cuba por el fracaso del socialismo real ha impulsado a gran parte de
sus sectores populares a huir de una realidad agobiante por cualquier medio que
esté a su disposición. Escapar del “paraíso proletario” no importa dónde; no
importa a qué punto de la geografía mundial sea.
Los medios son numerosos, desde la
salida ilegal en frágiles embarcaciones, el ejercicio del jineterismo y el pinguerismo
con la esperanza de ser rescatados por algún extranjero de paso por la isla y
hasta optar por el regalo que España le hace a cubanos hijos y nietos de
españoles de hacerles ciudadanos españoles. ¿Se españoliza Cuba? De ningún
modo, la ciudadanía española no se obtiene por amor a España sino por rechazo
al castrismo.
Como contrapartida a las tesis
ideológicas del castrismo sustentadas en una fuerte retórica anti imperialista
ha renacido en muchos cubanos la esperanza muerta a mediados del siglo XIX del
anexionismo, corriente que tuvo un poderoso rechazo en el ideario de José
Martí. De los anexionistas dijo Martí en su artículo “Vindicación de Cuba”,
publicado en el diario The Evening Post,
de New York, del 25 de marzo de 1889: “Hay
cubanos que por móviles respetables, por una admiración ardiente al progreso y
la libertad, por el presentimiento de sus propias fuerzas en mejores
condiciones políticas, por el desdichado desconocimiento de la historia y
tendencias de la anexión, desearían ver la Isla ligada a los Estados Unidos”.
Pero no solo existe alguna corriente
pro anexión a los Estados Unidos entre algunos cubanos que han perdido la
confianza en sus propias capacidades cívicas; también desde el 2012 ha
aparecido un ridículo movimiento de cuatro gatos con un programa neo
anexionista o de integrismo ibérico trasnochado y totalmente desfasado de la
realidad y de la historia auto denominado Asociación Autonomía Concertada para
Cuba que se propone integrar a Cuba como Provincia Autónoma al reino de España.
Su propósito, así lo explican “es
reintegrar a Cuba dentro de España a través de un referendo, una vez
restablecido el derecho a la ciudadanía española de todos los cubanos”.
Esta
asociación ha renunciado a la cubanía y se declaran españoles de la isla de
Cuba aunque entre sus fundadores dos se presentan como franceses y dos como
españoles. Poseen una página digital denominada Comunidad Autónoma de Cuba y entre sus proyecciones están sus
respuestas a la pregunta que ellos mismo proponen “¿Por qué una Cuba española?”
Veamos algunas de sus más sugerentes respuestas argumentales:
Primera: Porque Cuba fue separada por la fuerza de España violando tratados
internacionales.
Segunda: Porque las fuerzas políticas no se fabrican por decreto y porque tras
más de 114 años de turbulencias y reino de un solo partido cada cubano se
considera a sí mismo ungido por la gracia divina.
Tercera: Porque podríamos deshacernos de toda la narrativa heroico mística que ha
desnaturalizado la historia de la hispanidad.
Cuarta: Porque la democracia no sólo en Cuba sino en todas las excolonias
españolas es más un malabarismo lingüístico que una realidad objetiva.
Estas son las propuestas más
significativas de los neo-integristas, no las únicas de sus absurdas y
anticubanas propuestas.
Veamos la primera propuesta. Cuba era
una colonia ultra oceánica de España poseída por el poder español de donde la metrópolis obtenía jugosas
ganancias a expensas de las libertades civiles y comerciales de los criollos.
Los puestos dentro de la administración de la Colonia eran ocupados por
funcionarios peninsulares con desprecio por los criollos. Las contradicciones
entre los intereses de los criollos y de los españoles provocaron desde muy temprano el siglo XIX
conspiraciones e insurrecciones dirigidas a la abolición de la esclavitud o al
derrocamiento del gobierno colonial. Así entre 1811 y 1812 se produce la
conspiración de Aponte de carácter abolicionista; entre 1821 y 1824 se produce
la Conspiración de los soles y Rayos de Bolívar que pretendía la formación de
la República de Cubanacán; en 1844 se descubre un movimiento abolicionista y
anti colonial que se le denominaría de la Escalera. El 4 de julio de 1851 se produce el
alzamiento de Joaquín de Agüero en Camagüey quien redactara un Manifiesto en el
que se decía: “En presencia del Supremo Legislador
del Universo, a quien invocamos llenos del más profundo respeto, para que nos
asista de sus luces, nos hemos reunido protestando ante los hombres que en
fuerza de las circunstancias no queremos ni podemos vivir por más tiempo
sometidos a España”.
El 10 de octubre de 1868 se produce en
la Demajagua el alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes que inicia la Guerra de
los Diez Años. Al concluir el conflicto por el acuerdo concertado con Martínez
Campo denominado Pacto del Zanjón, los criollos, no los españoles de Cuba,
reiniciaron las hostilidades el 26 de agosto de 1879 en lo que sería conocida
como la Guerra Chiquita acaudillada con el alzamiento en armas del general
independentista Guillermón Moncada, y los coroneles José Maceo y Quintín
Banderas. Tras el fracaso de este segundo intento, finalmente se reinicia el 24
de febrero de 1895 la guerra de independencia que concluiría con la entrada en
la guerra de los estados Unidos y la derrota definitiva de las tropas españolas
el 1 de enero de 1899. Por los acuerdos de paz, España cedía su dominio de la
isla a favor de los Estados Unidos; un tratado firmado en consonancia con los
tratados internacionales. Y Cuba se hizo independiente, aunque con las
limitaciones que le impusiera el apéndice constitucional denominado Enmienda
Platt.
Algo más, según esta tesis, todos los
movimientos independistas que hayan alcanzado la victoria sobre sus metrópolis
han violado tratados internacionales; así la independencia de Estados Unidos
debe haber sido un despojo al derecho de Inglaterra a su dominio sobre sus
trece colonias, igual sería la independencia de todos los países de América
Latina; y la independencia de Haití habría sido un despojo en contra de
Francia.
La Segunda propuesta no merece ser ni
siquiera tomada en serio por su evidente desprecio hacia los cubanos que se
“creen ungidos por la gracia divina” y por la estupidez de considerar la
existencia del “reino de un solo partido” por más de 114 años.
La tercera propuesta es casi un poema
de desprecio hacia todos los próceres cubanos que forjaron la nacionalidad
cubana: “deshacernos de toda la narrativa
heroico mística que ha desnaturalizado la historia de la hispanidad”. Y en
virtud de esta propuesta, ya los neo-integristas han comenzado a lanzar lodo
sobre la historia cubana.
Mis abuelos eran españoles y siento
orgullo por mis raíces hispanas y reconozco a España como la Madre Patria; pero
los progenitores no son dueños de sus hijos y estos, cuando ya han alcanzado la
madurez requieren ser independientes de la tutela de sus padres. Cuba no es
española y nunca volverá a serlo.
No profeso el culto místico por los
próceres porque ellos no fueron dioses, sino hombres con sus virtudes y con sus
defectos, con sus grandezas y con sus miserias pero no comulgo con los que
aferrados a un ideario extraño a nuestras tradiciones intenten disminuir la
estatura de esos próceres para exaltar a la antigua metrópoli.
Fernando “Ferrán” Núñez ha tomado al
portal CUBANET, como tribuna de sus ataques contra la nacionalidad cubana por
medio de artículos de opinión o apostillando artículos de otros comentaristas.
Núñez comenzó su colaboración con CUBANET el 8 de octubre de 2012 con un
artículo dedicado al tema venezolano: “¿Quién ganó en Venezuela?” Escribió
después otros artículos que podían ser aceptados por cualquier opinante de la
oposición y el exilio cubano, todavía no había introducido su veneno
ideológico, aunque hay evidencias de que preparaba el terreno para hacer
campaña a favor de suprimir la independencia de Cuba a favor del integrismo
español en artículos como “La que se
avecina: El españolazo” en el que declara casi sin sutilezas: “…los Castro abren la válvula de la emigración
para calmar las tensiones sociales cada cierto tiempo. Ocurrió en los años ochenta del pasado siglo
con el éxodo del Mariel, en los noventa tras el Maleconazo y ahora en los 2000
con el Españolazo que se prepara discretamente con el contubernio de las
autoridades de la península, incapaces no sólo de aprovechar el momento
histórico que se les ofrece para reincorporar la isla dentro de una Federación
Española, sino de refundar un proyecto nacional que brinde a sus propios
ciudadanos un poco de esperanza y de
ilusión”. Véase lo que afirma: El gobierno español no ha sido capaz de
aprovecharse de la oportunidad, que muchos cubanos le han dado haciéndose
ciudadanos españoles, “para reincorporar” a Cuba al dominio español.
Más adelante en un nuevo artículo, “Cuba y España, de un pájaro la dos alas”
ya su posición a favor de la asimilación española de Cuba está más definida. En
ese artículo, Ferrán Núñez, expone que en Cuba “donde las actuales circunstancias políticas nacionales, hacen
irrealizable sino imposible, un proceso de transición pacífica, organizada y
plural; sin olvidar el creciente número de neo españoles que pronto llegará a
la significativa cifra de 300 mil personas, es decir, el 5 porciento de la
población residente dentro de la isla, lo que constituye una potencial – y
singular ─ fuerza política, capaz de impulsar desde dentro, la idea de una
reintegración a la Corona española”.
Hay que destacar que el 18 de julio de
2012 quedó constituida la Asociación pro dominio español nombrando como
Presidente, precisamente a Fernando Núñez Ramos, que en el acta constitutiva se
identifica no como ciudadano cubano o ciudadano español, sino como ciudadano
francés.
El primero de julio del presente año
Fernando Núñez publicó un nuevo artículo en CUBANET bajo el título de “Los cubanos no quieren la libertad”
donde exponía una serie de incongruencias e inexactitudes sobre la historia de
Cuba, lanzando toda su bilis contra el generalísimo Máximo Gómez ─ “entregaron las riendas del Ejército
Libertador a un extranjero, que, con la muerte de Maceo, se convirtió en un
actor político de primer orden, sin contrapeso posible”. Núñez dixit ─ y
que fuera rebatido certeramente por la periodista independiente cubana Miriam
Celaya en su artículo “Gómez era un genio
militar, no un político”.
Replicando a Miriam, Ferrán publicó
otro artículo ─ este no aparecido en CUBANET ─ titulado “Máximo Gómez no fue un genio militar, ni un buen político y ni siquiera
era cubano” donde ya va más lejos en su desprecio a los próceres cubanos;
así dice: “Anexionistas fueron casi todos
aquellos patricios cubanos, desde Céspedes hasta José Martí (este último
propuso la anexión de la isla a México). El mismo Ignacio Agramonte cayó en
combate con una bandera norteamericana cosida a la chaqueta”.
¿Qué intenta insinuar el neo
integrista con el detalle de la supuesta bandera de Estados Unidos cosida a la
chaqueta del Mayor? Quizá su propósito sea el de presentar a todos los
independentistas, tal como hace ahora Castro con los opositores, como agentes
del imperialismo yanqui.
Faltando a toda la seriedad que debe
caracterizar una afirmación que se haga sobre un tema histórico, Núñez adelanta
la tesis que planteara sin fuentes verificables ni material documentado Manuel
Moreno Fraginals en un ensayo suyo titulado “El anexionismo” donde dice: “Todavía a fines del Siglo XIX, algunos
pensaron, como solución al conflicto cubano, que si no se le podía ganar la
guerra a España lo mejor era anexarse a México. Tampoco esta opción prosperó,
aunque por los pocos documentos que han quedado se sabe de las conversaciones
que a este respecto sostuvo José Martí con el tristemente célebre dictador
mexicano Porfirio Díaz hacia fines de aquel siglo”.
La supuesta fecha de la entrevista de
Martí con el dictador mexicano se dice que fue el primero de agosto de 1894.
Sin embargo, Alfonso Mercado hijo de Manuel A. Mercado, en aquel tiempo Sub
secretario de Gobernación, dijo en “Mis
Recuerdos de José Martí”: “Puede
decirse que Martí vino a México en esa ocasión con estos dos objetos
únicamente: El de pulsar al Gobierno Mexicano en relación con el movimiento
revolucionario de la independencia de Cuba que estaba ya preparado, y el de
visitar a mis padres. Creo esto último porque la vida que llevó en esta ciudad
así lo comprueba…”; es decir, Martí hacía campaña, lobismo como se dice ahora,
a favor del “movimiento revolucionario de la independencia de Cuba”… de la
independencia… no de la anexión.
Con su propósito de denigrar la figura
de Máximo Gómez, el neo integrista dice en este artículo: “…según las listas reproducidas por Robert T.
Porter, mencionadas por Antonio Piqueras en su libro de 2004 “Sociedad y poder
civil en Cuba” los haberes de Gómez terminada la guerra ascendían a 20 mil
pesos”.
Antonio Piqueras Arenas. Catedrático
de Historia de la Universidad Jaume I, puede que sea un buen historiador pero
no por ello tenga que ser el referente sin discusión sobre la historia de Cuba;
además, las listas de Robert T. Porter a las que el historiador español hace
referencia establecían que Máximo Gómez recibió de Estados Unidos 10 000 pesos
en 1899 un año después de la derrota española y en la nota se señala además que
Gómez en los dos años siguientes ─
es decir 1900 y 1901 ─ 26 000 dólares más. (Nota
74, página 284 de Sociedad y poder civil
en Cuba)
Estos aportes que los Estados Unidos
le hicieran al generalísimo Gómez, luego de la derrota de los colonialistas
españoles luego que Calixto García autorizara sin consulta a Gómez la entrada
de las tropas americanas en el conflicto cubano-español, de ningún modo pueden
asegurar que Máximo Gómez fuera un “condottieri” o un “mercenario” como Núñez
lo califica. Acusar a Gómez de esto es simplemente una total falta de respeto,
por no decir algo peor.
Por último el neo integrista acaba de
publicar su último artículo “Crisis de
identidad”, donde ahora el blanco de sus
denuestos es nada menos que Carlos Manuel de Céspedes haciendo una llamada a
leer un artículo en el que se denigra la figura de Céspedes que, casualmente es
de la propia autoría del destacado neo integrista. Dolido porque su adorado
imperio español fue derruido en 1898, Núñez señala: “La gesta independentista criolla fue construida por los ganadores de la
República Mambisa y sus ideólogos con el fin de justificar lo injustificable en
el imaginario nacional”. Señores, digámoslo sin ambages, de estas
declaraciones que denigran la historia de Cuba a la traición a la patria no hay
más que un breve paso. Así queda sobrentendido del postulado del artículo 37 de
la Constitución de 1940: “Es ilícita la
formación y existencia de organizaciones políticas contrarias al régimen del
gobierno representativo democrático de la República, o que atenten contra la
plenitud de la soberanía nacional”. Todo intento de promover la anexión de
Cuba a cualquier potencia extranjera según la carta del 40 es ilícito por
constituir un atentado contra la plenitud de la soberanía nacional.
Analicemos ahora la cuarta propuesta
de la asociación neo integrista: “…la
democracia no sólo en Cuba sino en todas las excolonias españolas es más un
malabarismo lingüístico que una realidad objetiva”. Quizá tengamos que explicarle
a Núñez algo sobre la historia de España, desde la época de Fernando VII,
pasando por el reinado de Isabel II, la Revolución Gloriosa de 1868, el reinado
de Amadeo I, su derrocamiento y el establecimiento de la Primera República
española de 1873, para llegar al golpe de estado del general Manuel Pavía, la
dictadura del general Francisco Serrano y Domínguez antiguo amante de la reina
Isabel II con afanes continuistas en el poder y provocar la caída de la
República y la restauración de los Borbones en el reino de España y, más tarde,
continuar con el derrocamiento de Fernando XIII, el establecimiento de la
Segunda República, la Guerra Civil y la instauración del caudillismo de
Francisco Franco. Ciertamente también en España la democracia fue algo que ni
siquiera llegó a la condición de “un malabarismo lingüístico” y aún hoy, bajo
el reinado constitucional la democracia en España es algo así como “un
malabarismo lingüístico”, sino que lo digan los indignados de Madrid.
Desde Franco pasando por los gobiernos
del Duque de Suárez, el ex falangista Adolfo Suárez González, de Leopoldo
Calvo-Sotelo, Marqués de la Ría de Ribadeo y Grande de España, del socialista y
gran amigo de Fidel Castro, Felipe González Márquez, y del también socialista José
Luis Rodríguez Zapatero, todos han mantenido magníficas relaciones políticas,
diplomáticas y comerciales con el régimen de los Castro. Recuerdo además como
fuimos excluidos de ser recibidos en la Embajada de España en 1992 cuando
entregamos una nota protestando por el apoyo que el gobierno de Felipe González
brindaba al usurpador Fidel Castro.
Las relaciones e intercambios
comerciales de España y Cuba ni siquiera se vieron muy afectadas, salvo en lo
retórico durante el gobierno de José María Aznar. No debemos olvidar que los Castro
son cachorros de gallegos y siempre son bienvenidos en la península.
¡Cuál es el modelo de democracia que
nos ofrece Fernando Núñez! Quédese Núñez practicando su malabarismo lingüístico
en Francia soñando desde allí con la imposible devolución de Cuba a la corona
española y no ocupe páginas donde opinan cubanos que se sienten orgullosos de
ser cubanos y que honran y veneran al estandarte de la estrella solitaria.
Quizá ahora me ataque y me acuse de nacionalista, me adelanto a contestarle,
sí, soy furibundo nacionalista en cuanto a lo tocante de una Cuba independiente
y soberana, sin tutelaje o dominio de potencia extranjera, sea Rusia, sea
Estados Unidos o sea España.
Tenga por seguro Fernando Núñez que no
en vano en el Himno Invasor vibraron estos versos:
“De la guerra la
antorcha sublime
cubra el cielo de intenso fulgor,
porque Cuba se acaba o redime,
incendiada de un mar a otro mar”.
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