Tania Díaz Castro. CUBANET
El suicidio de Haydée Santamaría
Cuadrado continúa siendo un problema para Fidel Castro. En la cronología del 2007, editada por el gobierno,
no aparece el trágico suceso, ocurrido el 26 de julio de 1980. La prensa
oficial casi nunca reseña el percance.
La llamada “Heroína del Moncada¨ no
sólo escogió esa fecha tan significativa para dispararse en la boca una bala
calibre 45, sino que además coincidió con ciertos hechos ocurridos días antes,
que tal vez pudieron influir.
Del 6 al 9 de abril, su revolución
sufrió un golpe sin precedentes en la historia: en la embajada peruana de La
Habana penetraron más de diez mil personas con el fin de huir de Cuba, y luego,
a los pocos días, se marcharon otros 125 mil por el puerto del Mariel, en
embarcaciones procedentes de la Florida, durante un éxodo ininterrumpido que
duró cinco meses.
¿Supo Haydée que el propio Fidel
Castro dio la orden de realizar ¨actos de repudio¨ contra aquellos emigrantes,
que ofendió su dignidad al llamarlos escoria, o que dos embarcaciones, el Olo
Yumi y Veinte Aniversario, fueron embestidas y ametralladas por fuerzas
militares, al norte del Mariel y Río Canímar, donde murieron cincuenta hombres,
mujeres y niños, al tratar de dirigirse a las costas de Estados Unidos?
Conocí a Haydée en los años sesenta.
La escuché conversar muchas veces, dirigir reuniones con intelectuales cubanos
y extranjeros. Era una mujer extremadamente sencilla y humilde, apenas con un sexto
grado de escuelita rural.
Lejos de ser una genuina mandona, como
Margaret Thatcher, era evidente que no le importaba mucho haber escalado altos
peldaños en la política cubana: Fue miembro del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba, y del Consejo de Estado, así como directora de Casa de las
Américas.
Para nada su aspecto era el de una
mujer importante. Vestía como cualquier mujer de pueblo y asumía sin vanidad el
título de ¨ Gran heroína de la Revolución¨, que le otorgaron por haber
trasladado hasta Santiago de Cuba un par de maletas con fusiles y por cumplir
seis meses de cárcel en 1953. También por colaborar con el asalto al Cuartel
Moncada.
Alguien me contó que en ocasiones
lloraba en su despacho, cuando su hijo, Abel Enrique, le confesaba que odiaba a
Fidel Castro desde niño, porque cuando ella le proponía llevarlo de paseo,
tenía que cancelar por una reunión con Fidel.
El pasado 28 de julio, al cabo de
sesenta años de aquel sangriento acto terrorista, y traicionero, por llevarse a
cabo de madrugada, mientras los militares dormían, el propio Fidel Castro
confesó que no fue un acto racional,
¨…puesto que a partir de la experiencia acumulada habría sido mucho más
realista y más seguro iniciar aquella lucha por las montañas¨.
¿Acaso Haydée ya se había dado cuenta
de que el ataque al Moncada fue una idea loca de Fidel, por cuya causa ella
había perdido a su novio, y a Abel, el hermano más querido?
¿Acaso el día de su muerte sintió
remordimiento al pensar en el joven militar del Ejército que, amable y
caballero, la ayudó a bajar del tren sus pesadas maletas con armas, quizá también
asesinado por sus amigos disfrazados de militares?
Fuentes Consultadas:
- Carta de Fidel
Castro a los jefes que visitaron el país, 28 de julio de 2013,
Juventud Rebelde.
- Las ¨extrañas¨
maletas de Haydée y Melba, 30 de julio de 2013, Juventud Rebelde.
- Cronología Cubana,
Editorial Ciencias Sociales, 2007.
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