No es fácil dirigir uno de esos editoriales que de vez en vez publica el GRANMA en sus siempre editorialistas páginas. Es posible que muy pocos en Cuba pasen de la lectura del primer párrafo. ¡Lo de siempre! El que compra el diario, se encogerá de hombros, saltará la página, irá a la sección de deportes y luego enrollará el periódico y le dará el uso para el cual le compró como sustituto del papel sanitario o como envoltorio para los desechos de lo poco que quedó de la comida o para limpiar la caca del perrito.
El nuevo Editorial es un monumento de consignas, de autoalabanzas, de injurias y de absurdos sofismas. Es además la respuesta airada del régimen hacia las críticas que internacionalmente ha provocado la muerte de un opositor, al que pretende presentar como un delincuente común, en condiciones no bien aclaradas por las autoridades gubernamentales.
Cualquier crítica que desde el extranjero se haga a la gestión del gobierno siempre se presentará como producto de una “campaña de desinformación”, no contra el gobierno sino contra Cuba. Como si el gobierno y Cuba fueran la misma identidad. Reclaman como verdad indiscutible, lo que no ha sido demostrado por medio del voto libre y secreto del electorado cubano y supervisado por observadores internacionales imparciales, “los ideales de independencia y socialismo” de los cubanos.
Un hecho como el denunciado por la oposición cubana en cualquier país democrático con prensa independiente, con una sociedad civil consolidada, con un Poder Judicial independiente, sería objeto de una profunda investigación para determinar si el hecho es cierto y tomar las medidas que en consecuencia corresponda para ajustar el caso a derecho.
Ese es el respeto que todo gobierno debe a sus ciudadanos. No es cruzarse de brazos y dejar la respuesta a cargo de un periódico propiedad del partido de gobierno, con reporteros que deben obediencia a ese partido para alegar que la nueva campaña se haya desinflado en 72 horas. Siempre quedará en entre dichos lo que alegue un periódico con conflicto de intereses como es el GRANMA.
Exigen desde sus intereses “pedir excusas a la familia cuyo duelo no respetaron” los que denunciaron la muerte de Wilfredo Soto como consecuencia directa de violencia policial en tanto, que de manera irrespetuosa para esa familia, continúan denigrando y descalificando la figura del opositor muerto.
Es característica de esos gobiernos fascio-comunistoide la denigración de sus opositores. Chávez irrespetuosamente endilga a la oposición el epíteto de “piti yanqui” u “oligarcas”; los Castro, se empeñan en zaherir a sus opositores como “mercenarios al servicio de los Estados Unidos” o como últimamente les ha dado por denominar a los periodistas y blogueros independientes como “multipremiados”.
La fábrica de sofismas y consignas del GRANMA acusa a los medios internacionales y a muchos políticos e intelectuales de callar “ante el millón de muertos civiles en Iraq y Afganistán a los que definen como ‘daños colaterales’ y ante las ejecuciones extrajudiciales con aviones no tripulados en países soberanos”. Evidentemente se trata de una cifra exagerada. El diario conservador ABC de España haciéndose eco de las víctimas civiles, a las que no definió como “daños colaterales” citó datos de la ONU, en su edición del 31 de diciembre de 2010 que informaban que “5.480 civiles murieron en los diez primeros meses de 2010, de ellos 4,738 a causa de acciones de grupos insurgentes” en tanto que la cifra de civiles muertos tras la caída de Sadám se situaba entre 99 285 y 108 398. Un cable de REUTERS de agosto de 2010 reportó que la “Misión de Naciones Unidas de Asistencia en Afganistán dijo en su informe de mitad de año que 1.271 civiles han muerto en los primeros seis meses de 2010 en incidentes relacionados con la guerra y que los insurgentes son responsables de la mayoría de las muertes”. El informe reseñado por REUTERS señaló que los niños “muertos y heridos atribuidos a los insurgentes aumentaron un 55 por ciento respecto a 2009, señaló el informe, que destacó el uso de explosivos improvisados más sofisticados y un aumento del 95 por ciento en los asesinatos, con el objetivo más probable de disuadir a los afganos de que cooperen con las tropas internacionales”.
Sin embargo el Editorial se contradice en su párrafo 14 en lo referido al silencio de los medios en relación con las víctimas de las guerras en Irak y Afganistán cuando criticando al presidente Barak Obama su interés en el caso de Wilfredo Soto dice: “Sin embargo, no ha dicho nada y posiblemente ni recuerde el rostro angustiado o el relato de la niña iraquí Samar Hassan, publicado en el diario The New York Times, el pasado 7 de mayo, mientras narraba la terrible experiencia del asesinato de sus padres por una patrulla norteamericana, cuando regresaban del hospital tras curar las heridas de su hermanito”. Por fin, la prensa que identifican como capitalista ¿calla lo relacionado con las víctimas civiles de las guerras de Irak y Afganistán o denuncian casos como el de la niña citada por GRANMA?
Despectivamente el Editorial se refiere al eurodiputado José Ignacio Salafranca como “un tal Salafranca” al que le endilgan el título de “muchos méritos anticubanos y proyanquis”, reprochándole que ante el Parlamento Europeo dijera que Wilfredo Soto “falleció luego de su detención y golpiza por parte de la policía cubana". En realidad, Salafranca lo que hizo fue emplazar a la representante de exteriores, Catherine Ashton diciendo: “¿Está usted dispuesta a pedir una investigación que aclare estos luctuosos hechos? ¿Y está usted dispuesta, si de esta investigación se desprende que ha habido relación de causa-efecto después de la paliza recibida y su fallecimiento, a condenarlos?”
El Editorial del Comité Central del Partido Comunista pretendido como opinión del GRANMA se revuelve furioso contra los diarios españoles EL PAIS y ABC de España a los que acusa de ni siquiera molestarse “en disimular el contubernio con títulos diferentes” a los que encabezaron sus reportes sobre el caso. Con un despiste total se refieren a EL PAIS catalogándolo “de la España del Grupo Prisa y las confabulaciones del PP”. Ciertamente EL PAIS pertenece a la controversial Promotora de Informaciones Sociedad Anónima Grupo Prisa, sin embargo ese periódico es de tendencia centro izquierdista y muy afín con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) al igual que el Grupo Prisa que ha recibido beneficios por parte del gobierno socialista español y críticas de la parte del PP, en ningún caso ese diario tiene algo que ver con las pretendidas “confabulaciones del PP” como reclama el Editorial.
Metiéndose de lleno en el escabroso terreno del apoyo popular a la dictadura castrista, el Editorial afirma: “Lo que es imperdonable es que se censuren las grandes verdades y la historia de un pueblo heroico y bloqueado, que ha sido capaz de alcanzar lo que para la gran mayoría de la Humanidad es todavía un sueño”. Lo que es imperdonable es que se pretenda defender las grandes mentiras del castrismo que ha pisoteado la historia y las tradiciones políticas de Cuba y la aberración de que en Cuba se ha alcanzado “lo que para la gran mayoría de la Humanidad es todavía un sueño”.
No creo que sea un sueño de la Humanidad el modo de vida que se ha creado en Cuba por la incopetencia de sus gobernantes. No puede ser un sueño de la Humanidad vivir en un estado policiaco donde todos se sienten vigilados. No puede ser un sueño de la Humanidad vivir en ciudades convertidas en escombros, donde falta hasta lo más imprescindible para tener una vida digna.
Por otra parte, el Editorial elude referirse a la violencia que en muchos casos ejerce la policía contra ciudadanos inermes solo por la expresión de su oposición al sistema. De ello dan fe numerosos videos tomados furtivamente en Cuba. No es extraño que muchos médicos se presten a servir como cómplices de los actos del gobierno. Recuérdese lo que sucedía en el Pabellón Carbó Serviá del Hospital Psiquiátrico de Mazorra, así como la desatención de muchos galenos de las cárceles cubanas hacia los presos políticos y comunes que han producido muertes que pudieron ser evitadas. Indudablemente en el caso de Juan Wilfredo Soto, independientemente de la golpiza por él recibida hay un caso de evidente negligencia médica que hizo que el opositor perdiera la vida.
Tratando de justificar lo injustificable achacan a la oposición cuban la búsqueda de un pretexto, con el caso de Soto, para lograr una intervención militar de Estados Unidos: “En el pasado, se ha tratado de aislar a Cuba o de provocar desórdenes internos para provocar una intervención norteamericana. ¿Qué se pretende con estas campañas? ¿Solo denigrar o algo peor? ¿Será que a los que mueven los hilos y a sus asalariados internos les encantaría invocar la "protección de civiles" para bombardear La Habana?”
El Editorial es solo un reflejo del temor del gobierno. Temen una revuelta popular. Temen que el rechazo internacional que enfrentan se convierta en un clamor imposible de no ser oído por los que manejan el poder totalitario. Temen a la verdad y es por ello que no harán nada para esclarecer las circunstancias en que un cubano, un opositor, perdiera la vida.
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