Están ahí, en la Puerta del Sol en Madrid. Se les denomina “indignados”. Representan un movimiento populista impulsado principalmente por jóvenes, una especie de Tea Party con sabor a chorizos, sin características ultraconservadoras ni ultra izquierdistas. No, dicen, ellos no representan a partido político ni asociación alguna, aunque ya la mano peluda del oportunismo comunista de Izquierda Unida comienza a entremezclarse dentro de los “indignados”.
Hablan de presentar ante el Congreso de los Diputados una lista de exigencias. Y Carlos Paredes, portavoz de Democracia Real Ya aseguraba: “Estamos hartos de ver a gobiernos democráticos arrodillados frente a los mercados, mientras los políticos se olvidan de la ciudadanía. Queremos que se elimine la corrupción y una ley electoral más justa, que se acabe con los paraísos fiscales de una vez y se pongan tasas a las transacciones financieras internacionales”
¿Qué exigen durante la concentración de protestas? La plataforma de los “indignados” la ha presentado Democracia Real Ya: “Nosotros los desempleados, los mal remunerados, los subcontratados, los precarios, los jóvenes… queremos un cambio y un futuro digno. Estamos hartos de reformas antisociales, de que nos dejen en el paro, de que los bancos que han provocado la crisis nos suban las hipotecas o se queden con nuestras viviendas, de que nos impongan leyes que limitan nuestra libertad en beneficio de los poderosos. Acusamos a los poderes políticos y económicos de nuestra precaria situación y exigimos un cambio de rumbo”.
Es una queja populista como antípodas del reaccionario Tea Party de Estados Unidos, pero expresa una misma insatisfacción frente a la política nacional. Se quiere un cambio y hasta hay quien ha proclamado desde la Plaza del Sol “Ya ha comenzado la revolución” por eso los jóvenes que se gradúan en las universidades y no encuentran ubicación en la esfera laboral profesional se han unido a la protesta y se cuestiona el bipartidismo de facto de la política española. Se ha calculado que el nivel de desempleo de los jóvenes de España alcanza el nivel del 40%.
Y la movilización se ha llevado a cabo, como lo dice la misma Democracia Real Ya, “al calor de internet y de las redes sociales”. Es por ello que algunos han comparado la concentración en la Puerta del Sol con las movilizaciones de la Plaza Tahrir; pero salvo la similitud del empleo de los medios sociales, Facebook y Twitter, ambas plazas no tienen otra semejanza, porque como ha hecho notar Ignacio Camacho del ABC “no se puede comparar a las revueltas árabes por la sencilla razón de que éstas se produjeron contra manifiestas dictaduras y regímenes autoritarios” lo que no es aplicable a España. El ex presidente español Felipe González relacionando la diferencia entre las protestas del 15 de mayo y subsecuentes días con el movimiento de protesta del mundo árabe expresó “en el mundo árabe piden votar y aquí dicen que no vale para nada votar”.
La crisis económica que ha estado sacudiendo al mundo y de la que no se ha librado la península ibérica ha sido el motor impulsor del descontento.
Salvo algunos medios como CNN, New York Times, Washington Post en Estados Unidos, Le Monde en Francia y otros de Alemania, las protestas del 15-M no han recibido amplia cobertura. En Cuba, Castro se refirió de soslayo al tema casi al final de su última “reflexión” con una absurda interrogante: “Una pregunta ─ anotó Castro ─ sí hay que hacerla casi de inmediato: ¿qué pasará en España donde las masas protestan en las ciudades principales del país porque hasta el 40% de los jóvenes están desempleados, para citar solo una de las causas de las manifestaciones de ese combativo pueblo? ¿Es que acaso van a iniciarse los bombardeos a ese país de la OTAN?”
Una pregunta le haríamos al denodado reflexionante: ¿Qué pasaría en Cuba si las masas protestaran en las ciudades principales del país por la falta de libertades, el sub empleo y el desempleo, algunas de las causas de las probables manifestaciones del oprimido pueblo cubano? ¿Es que acaso se sacarían los tanques, como en Siria, para acallar las protestas?
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