Mario J. Viera
Realmente no siempre la mayoría tiene la razón y mucho menos cuando su opinión responde al influjo de la psicología de las masas agitada por demagógicos manipuladores. Y señalo esto a propósito de las encuestas que dan un 48% de rechazo en la nación a la Ley de Reforma del Cuidado de la Salud aprobada por el Congreso el pasado año contra un 40% a favor.
Estados Unidos, la mayor potencia del mundo, el país de los libres, tiene sin embargo el peor sistema social de salud del mundo. Los intereses creados que se mueven alrededor de la asistencia médica han creado un engranaje con el que son triturados millones de americanos que no cuentan con los recursos económicos necesarios para obtener un cuidado médico digno.
Las compañías aseguradoras son los pulpos que exprimen entre sus tentáculos a una gran cantidad de ciudadanos de bajos ingresos. Imponen condiciones verdaderamente onerosas para la cobertura de los servicios de salud.
El elefante republicano que no pudo impedir la aprobación de la reforma de la salud propuesta por el Presidente Obama con la unanimidad de sus votos en contra, entra en escena a favor de las aseguradoras, ahora con el entusiasta apoyo del dinosaurio del Tea Party con el intento de derogar esa ley.
En la última sesión de la Cámara de Representante se obtuvo una mayoría de votos rechazando la reforma de salud. Los 242 representante republicanos de manera unánime como en cualquier Parlamento totalitario votaron en contra de la Ley a los que se le unieron tres representante de la bancada Demócrata, para una votación final de 245 a favor de la derogación contra 189 votos en contra.
Y aunque como bien señalara el diario español El País la retórica no fue tan incendiaria, su iniciativa sigue llamándose oficialmente “Revocación de la Ley de Salud que Asesina Empleos”. Tal vez la retórica de ahora no fuera “tan incendiaria” pero sigue siendo demagógica e ideologizada al extremo.
Esto y solo esto es lo que significa lo dicho por el presidente de la Cámara, el republicano John A. Boehner al decir: “La revocación significa mantener una promesa. Esto es lo que dijimos que haríamos”
El representante demócrata por Ohio John Lewis definió muy bien la victoria republicana: “Es increíble ─ dijo ─ que con tantas personas sin empleos y millones sin seguro que el primer acto de este nuevo Congreso sea el de privar del cuidado de la salud a los que acaban de obtener cobertura”
Ciertamente la revocación no tiene poca posibilidad de progresar cuando pase al Senado con mayoría demócrata y en última instancia con el veto presidencial.
A pesar de esto los republicanos controlan la Cámara y pueden boicotear la aplicación de la reforma de salud rechazando darle el apoyo financiero que la misma requerirá.
Mientras tanto, millones de americanos, que tal vez no formen parte del 48% de las encuestas que coinciden con las tesis republicanas, pero que no poseen seguros médicos o no cuenten con recursos económicos para cubrir los gastos de salud no cubiertos por las aseguradoras tendrán que exponerse a la muerte por la no atención médica o resignarse a declararse en bancarrota al no poder sufragar los elevados costos de la atención médica en el país más poderoso del planeta.
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