Raúl Benoit. DIARIO LAS AMERICAS
La política, según Maquiavelo, es la
forma en que los gobernantes mantienen el poder a cualquier precio, incluso
matando, persiguiendo y atropellando al pueblo.
El maquiavelismo mina el espíritu de
ciertos dirigentes de los Estados Unidos, en donde presumimos de ser una
democracia ejemplar y un país libre; sin embargo, tenemos que admitir que no lo
somos tanto, porque la democracia ante todo es justicia social y la política
tiene que amparar al pueblo y defender el derecho de una sociedad a vivir
equitativamente con seguridad, educación y salud.
La ultraderecha de los Estados Unidos
es un grupo poderoso y perverso encubierto en una agrupación con tintes
fascistas que se hace llamar Tea Party, los “patriotas”. Desde sus cuarteles
reservados solo para privilegiados, favorecen intereses económicos de grupos
precisos.
Lo que ha ocurrido en los últimos días
al obligar el cierre del gobierno federal, no es más que otro chantaje contra
el presidente Barack Obama, quien ha dicho la verdad al acusar a los
republicanos de mantener al país como rehén por cuestiones ideológicas.
El Partido Republicano (tras
bambalinas el Tea Party) lidera una maliciosa estrategia para ir allanando el
camino con el fin de retomar el poder en el 2016 y favorecer los intereses de
grandes corporaciones que aportan mucho dinero en las campañas de ellos.
El caballito de batalla es el plan
conocido como ObamaCare, el cual extiende la cobertura del Medicaid, (programa
de salud para personas de bajos recursos), a la gente que carece de un sistema
que la proteja completamente. El ObamaCare prohíbe a las compañías aseguradoras
rechazar usuarios por condiciones preexistentes y por género. Le dará acceso al
seguro médico a precios asequibles a más de 30 millones de ciudadanos que ahora
no tienen ese privilegio.
Manda a todos a tener un seguro médico
para 2014 y quienes ganen por debajo del cuádruple de la línea de pobreza
recibirán subsidios para el pago de ese seguro de salud. Obliga a los negocios
con más de 50 empleados a cubrir esa protección básica. Permite a los jóvenes
adultos, hasta los 26 años, a utilizar el seguro de sus padres.
Pero la maldad y la codicia son las
madres de la tergiversación. Le han metido el cuento a la gente que el Plan de
Salud de Obama es socialista y que lo pagaremos quienes ganamos más. ¿Por qué
el egoísmo de quienes viven mejor, de no sacrificar un poco para ayudar a los
necesitados? Otros dicen que esto favorecerá sólo a los hispanos y a las
comunidades afroamericanas a quienes acusan de exprimir al gobierno y ser improductivas.
Eso es una falacia.
Lo que está ocurriendo en el Congreso
estadounidense es una demostración de hasta dónde son capaces de llegar los
poderosos y multimillonarios para cuidar sus intereses y ganancias, léase,
entre otros, las farmacéuticas y las aseguradoras, que operan como auténticas
mafias.
Estos individuos harán hasta lo
imposible para seguir desacreditando y acorralando al gobierno y usarán nuevas
estrategias maquiavélicas con el fin de destruir la imagen de Obama quien
tendrá que colocarse la armadura para enfrentar los chantajes de estos bandidos
medievales.
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