José M. Izquierdo. EL NUEVO HERALD
Tóxico para la sociedad, el cabildeo
sin control es un tema que mantiene irritada a gran parte de la población. No
puede estar lejos el día que las legislaturas y sus miembros se vean obligados
a enfrentar este problema con el rigor que requiere, para mantener la salud de
la sociedad.
En opinión de muchos, la Asociación
Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés) es una de las más influyentes
cabilderas en los altos círculos de poder de la nación. La culpan de los
continuos hechos de sangre protagonizados con armas de fuego, y su influencia
en el Capitolio y la Casa Blanca es incuestionable. Sin embargo, en Estados
Unidos, a diario se masacra al ciudadano común de formas más sofisticadas y
encubiertas a causa del cabildeo sin control, sin que los órganos de prensa lo
destaquen igual que los hechos de sangre causados por las armas de fuego.
Hechos donde las víctimas padecen, sufren, mal viven y mueren a causa de la
pobreza y desamparo extremo, víctimas de la avaricia e indolencia del cabildeo
protagonizado por intereses mercantiles, sin que los veamos derramar sangre,
sin el estrepitoso sonido de los disparos, sin el lastimoso llanto de los
familiares acosados por los reporteros, buscando sensacionalismo y noticias
impactantes.
Los desvalidos que no tienen un techo
seguro; los que no alcanzan a tener una alimentación adecuada; los que se
enfrentan día a día al creciente costo de los alimentos básicos, los cuidados
de salud y el techo; los que están obligados a pagar precios abusivos y
artificiales por sus seguros; los que son castigados por los altos impuestos y
observan callados como el gobierno derrocha el dinero que les arrebata. Todos estos
casos son consecuencia de un cabildeo sin control ni límites, permitido y
aceptado por personas que escalan posiciones públicas para enriquecerse. Un
lobismo sin leyes y sin límites, que ha tomado por asalto los altos círculos de
poder en la nación y corroe todo lo que toca.
Nuestros políticos y funcionarios
públicos tiemblan ante el símbolo del “$”. Su contubernio cómplice con los
monopolios dueños de las funciones básicas de la población, es más dañino para
nosotros que las guerras, las epidemias, el hambre, la miseria y las armas.
Líderes políticos que ostentan poder y marcan pautas en el destino de la nación
y sus ciudadanos, son culpables de un crimen solapado y letal con la nación y
sus conciudadanos, llamado “cabildeo”. Todo por la avaricia de poder y dinero.
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