Francisco Rivero Valera. EL UNIVERSAL
En Venezuela la economía no tiene pies ni cabeza. |
El ingreso per
cápita anual de
los venezolanos es de 10.810 dólares. El de los japoneses: 45.903. Y el de la
gente de Luxemburgo: 115.038. Banco Mundial.
¿Y dónde está
la diferencia?
En la
disciplina económica
Japón y
Luxemburgo manejan su economía con personal experto en control de calidad.
En Venezuela
la economía es manejada por gente que parece tener mucha importancia política y
poco de ese nivel de competencia profesional requerida para el eficiente
desempeño. Por lo tanto, no tiene pies ni cabeza, ni principio ni fin. Y no es
auditable.
Japón y
Luxemburgo realizan el mejoramiento continuo de sus productos y servicios,
identificando y corrigiendo cada error y desperfecto hasta lograr resultados de
óptima calidad.
Venezuela
realiza pruebas de ensayo y error. Recicla medidas económicas que ofrecen solo
beneficio político. No corrige errores y obtiene productos y servicios de
pésima calidad.
En Venezuela,
las estrategias económicas son transitorias y llevan el nombre del ministro de
turno. Ahora son de Giordani. En Japón y Luxemburgo son permanentes, con un
solo nombre: Calidad Total.
Y Calidad Total es una filosofía, cultura,
estrategia o estilo gerencial de un país o de una empresa, en la cual todas las
personas estudian, practican, participan y fomentan el mejoramiento continuo de
la calidad. K Ishikawa.
Se denomina
Calidad Total porque tiene como objetivo lograr la máxima satisfacción del
cliente al ofrecerle un producto o servicio de alto grado de calidad. Y es
total porque requiere del compromiso de todos los trabajadores del país. O sea,
es la satisfacción obtenida con el control de calidad en todos los aspectos del
país para lograr productos o servicios con alto grado de calidad, sin defectos.
Esto quiere
decir que la solvencia o solidez económica de muchos países no es producto de
la suerte o de estar probando teorías económicas, como disparando perdigones
con una escopeta, sino del trabajo constante de expertos en calidad y
reingeniería del pensamiento para lograr nuevos paradigmas filosóficos,
culturales, estratégicos y de conocimientos en toda la población, comenzando
por el presidente.
De esa manera
surgió el milagro japonés que cambió al país en bancarrota en 1945, ocasionada
por la Segunda Guerra Mundial, por una nación con grandes inversiones en el
extranjero en electrónica, automóviles y maquinaria en general, calculadas en
880 billones de
dólares en el 2011.
Venezuela, en
cambio, va caminando en sentido contrario. La economía del país parece una
piñata, llevando golpes ciegos de supuestos expertos, con pésimos resultados en
productos y servicios. Su inversión directa en el extranjero es de apenas 1.891 millones. Cepal. Y, en
atención y satisfacción del cliente, es el país de las colas: cada día son más
comunes, masivas y generalizadas en bancos, oficinas públicas y demás, como
signo directo del atraso porque, mientras más ineficiente sea un servicio,
mayores serán las colas, la insatisfacción del cliente y el subdesarrollo del
país.
En pocas
palabras, el desarrollo económico, cultural o filosófico de un país no depende
de la politiquería de un gobierno sino de la calidad de trabajo de cada uno de
sus habitantes. Al fin y al cabo, la
calidad no es un accidente, siempre resulta de 4 cosas: intención, esfuerzo sincero, dirección
inteligente y ejecutoria con talento. W Foster.
Creo que llegó
el año de despertar. Y de cambiar de actitud para salir de abajo.
Que así sea.
Que así sea.
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